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María José Hernández: “este gobierno no ha apostado por la Cultura, porque hace pensar a la gente, y no interesa” - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

“Tengo la esperanza de que haya una intención por parte de quienes nos van a gobernar, de que cambien las cosas. Porque en el último año, en lo tocante a la Cultura, se ha cortado mucho desde las instituciones, que han dejado de apoyarlas. La cuestión del IVA es ya la banderilla que nos ha hecho polvo. Porque si tienes que bajar cachés por la crisis, y del caché que has bajado hay un 21% que no lo ves, en muchos casos no te salen las cuentas. Este gobierno no ha apostado por la Cultura, porque hace pensar a la gente, así que no interesa. Y clarísimamente han ido minando por todos los lados: el IVA, el alejamiento o eliminación de la música de los curricula de base,.. y pequeñas acciones muy soterradas que van dirigidas a cargarse todo”.

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María José Hernández: “este gobierno no ha apostado por la Cultura, porque hace pensar a la gente, y no interesa

Ninguna mujer se había metido con el repertorio de Labordeta para hacer una visión en femenino

María José Hernández
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María José Hernández

La cantaurora con su banda, durante la presentación del álbum Las uvas dulces, en la sala Clamores, en Madrid. Foto: Julio Castro.

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María José Hernández

La cantaurora con su banda, durante la presentación del álbum Las uvas dulces, en la sala Clamores, en Madrid. Foto: Julio Castro.

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Julio Castro – La República Cultural

Hace años, Marta de la Aldea me sugirió conocer la música de María José Hernández, cantautora aragonesa a la que, por lo que he visto más tarde, debía haber escuchado ya en alguna colaboración discográfica con José Antonio Labordeta.

Desde aquel momento, cada vez que he tenido la ocasión de ir a escucharla en directo en cualquier formato, no lo he dudado. Además de tener una gran voz, sus propuestas musicales parecen ser capaces de abarcar cualquier idea que se le ponga por delante, con la condición de que le emocione.

Acaba de sacar su quinto álbum, con una peculiaridad diferente de los anteriores, y es que los temas parten de los poemas del propio Labordeta, y de los arreglos hechos sobre las canciones del Abuelo. La cercanía a aquel autor impregna este tema de Las uvas dulces, del que ya hablé cuando se publicó. Pero sé también que cualquiera no sería capaz de hacer un trabajo tan cabal y cuadrado como éste, sin caer en tópicos, o sin referencias ajenas. Ella sí, porque, como me explica en la entrevista, lo ha hecho suyo. Hay que decir que estamos ante una mujer cercana al cantautor aragonés, no sólo en los temas que canta, sino, evidentemente, en la manera de defender la Música, la Cultura y, cómo no, a la gente, y esto último es algo que, como la necesidad de la creación en el Arte, se tiene o no se tiene.

Con poco tiempo de diferencia se publicaba otra propuesta, Vivere memento, una idea también muy diferente que aborda con Joaquín Pardinilla y Luis Delgado, basado en temas de música antigua y canciones tradicionales, donde el atrevimiento de los artistas concluye en un trabajo aparentemente sencillo, pero también muy completo, fruto de la experiencia acumulada y del conocimiento mutuo de sus componentes. De este hablaré en otro momento, pero la entrevista de hoy surge a partir del primer concierto sobre el disco de temas de Labordeta que se hizo en la Sala Clamores de Madrid, precisamente, en cuyos camerinos entrevisté brevemente al Abuelo por última vez. Y es que a veces, los recorridos, los encuentros y los reencuentros son casuales, o bien es que buscamos siempre compartir lugares comunes con la gente cercana.

¿Por qué este disco de Labordeta? ¿de donde surge la necesidad de hacerlo?

Más que la necesidad, la idea surge a raíz de un homenaje que le hicimos en Zaragoza en 2009, en el que versioné Mal de amor, con Joaquín Pardinilla y, aunque hubo un montón de artistas que hicieron versiones de sus temas, caí en la cuenta de que ninguna mujer se había metido a fondo con su repertorio para hacer una visión en femenino de sus canciones.

También me di cuenta de que las canciones de José Antonio, aunque él era un autor con esa voz tan bronca y fuerte, su poesía era tremendamente sensible, y me pareció que no tenía género y se podían adaptar muy bien sin cambiar nada e interpretase desde el punto de vista de una mujer. Y a mí que me gusta bastante meterme en líos, me pareció un reto muy bonito, así que lo primero que hice fue llamarle y contárselo. Fue muy curioso que, en aquel mismo homenaje, se acercó el Abuelo al terminar el concierto, y con esa voz que tenía él me dijo “después de ver vuestra versión ya no me voy a atrever a cantarla”. De alguna manera, eso me encendió una lucecita, porque también mucha gente que no la conocía pensaba que la canción era mía.

Lo hablé con él y le encantó la idea, le pareció un proyecto muy bonito e interesante, y me dijo “hablaremos y te pasaré material inédito, y mi propia selección de canciones que creo que podrían ser más adecuadas para este trabajo”. Pero a los pocos meses, su estado de salud se agravó, y en aquella época yo andaba acabando mi anterior disco (Señales de humo), así que lo pospuse un poco y, con su enfermedad muy avanzada y al morir él, no quise seguir, porque emocionalmente no me sentía con fuerza. Yo le tenía mucho cariño y él también a mí (me decía que era como una hija), y emocionalmente no me sentía con fuerza de enfrentarme.

A los cuatro años de su muerte, sentí que era el momento. Ha sido más un pálpito, un pulso emocional.

En Aragón ha tenido muy buena respuesta

La verdad es que sí. Aunque no ha habido tantos conciertos como me hubiera gustado (los tiempos andan un poco raros con la Cultura con los conciertos), el disco ha gustado mucho, y para mí es una satisfacción muy grande, porque durante su elaboración, al contarle a la gente que estaba con un disco de versiones con temas menos conocidos, más de una mirada de escepticismo me encontré.

Porque José Antonio Labordeta era una persona muy querida y respetada en Aragón, en todos los ámbitos, como persona sobre todo, pero también como político, como cantautor, defensor de Aragón y de la libertad, así que meterte a dar tu visión personal de unas canciones que han significado tanto para la gente, es peliagudo. Y el que no sepa mirar más allá, y diga “qué tiene que ver tu voz o tu forma de cantar con la de José Antonio”. Me daba miedo, pero también más ganas de hacer algo distinto con este repertorio. Así que, cuando el disco salió a la calle y vi la respuesta de la gente, fue una satisfacción muy grande: para todo el mundo que lo ha comprado o ha venido a los conciertos, el resultado es unánime, porque dicen que les emociona sobremanera.

La emoción de las canciones ha seguido ahí, y la gente no me ha reprochado en ningún momento que le haya quitado su espíritu. ¡O al menos no lo han manifestado!

Otra cosa que para mí es de las más importantes, es que su viuda y sus hijas están encantadas con este trabajo. Antes de empezar fui a hablar con ellas para explicarles lo que quería hacer, y me dijeron que contaba con su apoyo y que estaban encantadas de que afrontara este repertorio de José Antonio. Porque es muy querido, pero gran parte de su repertorio es desconocido para mucho público.

¿Se han hecho muchos homenajes después de su fallecimiento?

En Aragón sí, pero quizá el más importante sea el que se hizo el pasado septiembre que pensaban hacer en el Teatro Principal de Zaragoza, pero al sacar las invitaciones se había agotado todo y la gente se pegaba por conseguir alguna, así que se hizo en la Sala Multiusos y se llenó.

El amor y el cariño por Labordeta siguen estando y permanecerá por mucho tiempo. Es el aragonés más querido, sin duda.

¿Este quinto álbum es lo ves muy diferente de los anteriores, o en lo que tu aportas lo ves muy cercano?

Pues es el primer álbum que he hecho versionando a otro autor. Cuando empecé a meterme en esto era un salto al vacío, porque tenía la idea de cómo quería que sonara el disco, pero el resultado final no lo sabía, eso lo descubres cuando hilas las canciones, haces los arreglos y vas trabajando con el productor. Entonces ves en lo que se van convirtiendo las canciones.

Y un año después, voy descubriendo que es un trabajo que no es tan distinto de mis discos, porque lo que he pretendido es llevar las canciones a mi terreno, hacerlas mías y sentirlas como mías. Y eso no ha sido difícil, porque tenía claro que en este disco las protagonistas iban a ser las letras. Si ves el diseño, he querido que sea un pequeño libro, donde lo primero que ves son los textos, porque las canciones de José Antonio eran poemas, él era un poeta que descubrió que podía llegar a más gente si las poesías las convertía en canciones. Todo gira alrededor de eso, el concepto acústico de la música, en donde he querido que mande el piano en un trío acústico junto al contrabajo y la guitarra.

Así que, como las protagonistas son las letras, es muy fácil dejarse llevar por la belleza de sus textos y no ha sido complicado hacerlas mías.

¿A la hora de la composición de cada tema, el trabajo ha sido individual o colectivo?

Ha habido un poco de todo. La primera labor de selección la hice yo. Hubo algunos discos que me costó conseguir, pero al final tuve todos. Quería que la selección fuese muy “de piel”, por instinto. Soy de qué sensación me produce una canción cuando la escucho de primeras, y “no prestándole atención”. Así que los escuchaba incluso haciendo otras cosas, y hay canciones, como me pasó con La vieja, que te llaman la atención, te capturan, te enganchan.

Hice una primera escucha y ¡me salieron 40! Así que ahí empecé a seleccionar y descartar hasta que me quedaron unas 20. No quería que me influenciaran los arreglos existentes, que en los años ’80 dejaban mucho que desear. Los de los primeros años estaban muy bien, porque era “Labordeta en estado puro”: él con la guitarra.

Después de seleccionar, y hacer mi propia estructura de los temas, hice unas primeras maquetas muy acústicas con Sergio Marqueta, en las que se cambiaba el concepto musical. De la melodía y la letra tuve claro que no iba a cambiar nada, porque soy muy respetuosa con la obra de los autores, pero las armonías en algunos casos las hemos llevado a otros lugares, darle un poco de riqueza, introducir algún puente o instrumentar en alguna canción que no estaba… pero salvo eso, melodía y texto están intactos. Luego me puse en contacto con Gonzalo Lasheras para tener una visión externa del trabajo, porque cuando estás mucho tiempo con unas canciones, pierdes la perspectiva. Y pude contar con su producción que terminó de “pasar el plumero”, con algunas cosas que no estaban muy claras, y tuvo algunas ideas brillantes como hacer Caminaremos sólo con cello. Yo quería meter un himno en el disco, pero no podía ser el Canto a la libertad, y me parece que Caminaremos es más himno, y como canción y como texto me parece mejor. Creo que gran parte del éxito de ese tema en el disco es la desnudez de hacerlo así, porque es muy directo.

Pero con respecto a los primeros arreglos, fui yo quien los estuvo trabajando.

Respecto a los temas elegidos, y su estructura dentro del disco, imagino que tendrá su sentido

En principio son los temas del Abuelo que a mí me llegan más. Pero al hacer la selección me di cuenta de que no podía ser un disco de canciones de amor, porque José Antonio tiene un abanico de vertientes muy grande, pero aunque tiene muchas canciones de amor, la nostalgia está presente en muchas, hay otras más de corte social, canciones que hablan de la postguerra… y creí necesario que se vieran distintos aspectos de su obra, aunque fuera en 12 canciones. Estuve a punto de incluir la de Sacco y Vanzetti, que me gusta mucho, pero se quedó fuera para meter otras como Qué queda de ti, que queda de mí, y ahí ya fui un poco objetiva: poner alguna de amor, pero también un himno, y más con el Labordeta que la gente tiene en la cabeza.

El siguiente disco ha salido casi inmediatamente a continuación. Sacar dos cosas tan distintas debe de ser complicado

Sí, pero ese no es sólo mío. Es un proyecto que llevábamos tiempo dándole vueltas en la cabeza. A Luis Delgado lo conozco de toda la vida, de cuando empecé, y hace más de 20 años que nos conocemos (cuando yo empezaba a venir a Madrid con la guitarrica…). De hecho tocó conmigo los primeros años en la banda. Ha habido paréntesis de no vernos en estos años, pero siempre ha estado ahí. A raíz de un proyecto conjunto con músicos tunecinos, que nos encargó el Gobierno de Aragón para conmemorar los 400 años de expulsión de los moriscos, coincidimos e hice de nexo entre Joaquín Pardinlilla (mi guitarrista de muchos años) y Luis. La experiencia fue estupenda, e hicimos un espectáculo muy bonito, basado en la música aragonesa, la morisca, la de Túnez… así que siempre pensamos que debíamos hacer algo nuestro conjunto. Y salió hacer este grupo de música antigua, pero a la luz de nuestro tiempo.

Luis es un especialista en música antigua, y yo nunca había cantado ese tipo de música. La de Joaquín sí que va hacia el folclore aragonés, pero llevado a su terreno con el bagaje de jazz, rock…

En principio montamos el repertorio para un concierto. Es un trabajo pensado para hacer en iglesias y escenarios de este tipo, prácticamente en acústico, llevo un pequeño ampli para la voz y utilizamos el revere de los espacios. Y el resultado fue asombroso y la reacción de la gente fue alucinante. Llevamos cantigas, temas del Libre Vermell… yo que vengo de fuera de este ámbito no sabía cómo lo iba a encajar la gente, porque en la música antigua la gente a veces es muy integrista, y quienes no son de ese entorno igual podrían decir que esto era un rollo, pero yo misma he de reconocer que la reacción del público fue increíble, y te das cuenta del poder que tienen las melodías: canciones compuestas hace 500 ó 600 años siguen capturando las emociones de la gente. Sobre todo la música sefardí, los romances,…

Salieron un par de conciertos y la gente pedía el disco, así que lo grabamos. Fue rápido porque casi es un repertorio en directo, por eso ha salido un poco solapado, pero el de Labordeta lleva muchísimo más trabajo de preparación que éste. Estuvimos presentándolo en Madrid y no descartamos volver.

¿Y la posibilidad de volver con el de Labordeta?

A mí me gustaría. Porque siempre me da el coraje de que parece que la gente no se entera de esto. Lo intentaré de nuevo, no sé si con toda la formación, o en formato más acústico… tampoco sé en qué otros lugares se puede hacer. Pero me gustaría muchísimo.

¿Se puede vivir de la música (en tu caso)?

Ahora mismo no. Ya ves que soy tajante. Hasta hace cuatro o cinco años, sí que he estado viviendo de la música.

¿Y qué ocurre?

El argumento de la crisis y de que la gente no tiene dinero, en parte es cierto, pero más bien creo que la gente está perdiendo la necesidad de ir a cierto tipo de espectáculos: hay más oferta que demanda. Nunca ha habido más música, teatro o espectáculos al alcance de la gente, pero creo que, en muchos casos, sólo se llenan los espectáculos o los artistas que tienen una presencia mediática fuerte. La gente ha perdido la curiosidad por ir a una sala a ver qué se encuentra, independientemente de que le cueste gastarse los 10€ de la entrada, (que también es cierto) pero la gente ha perdido la curiosidad y puede gastarse 50€ en la entrada de un musical, no es capaz de gastárselos en cinco conciertos de 10€, o diez conciertos de 5€…

¿Pasa igual en Aragón?

Sí, con la diferencia de que allí musicales vienen de vez en cuando, y cuando vienen se petan. Fiestas del Pilar, Los miserables, 15 días: todo vendido. Pero también tengo la sensación de que el circuito musical se mueve en torno a la música indie, o cierta estética, y me parece que lo que menos importa es la música.

En todos estos festivales cerrados y acotados salvo que tengas una estética, a veces importa menos el fondo musical que todo lo de alrededor. Porque muchos de los que ahora están tocando, son los cantautores de toda la vida, pero con una estética concreta. Y no deja de ser gente que sale con su guitarra a hacer sus canciones. Pero lo que importa es el negocio para la firma de cervezas que avala el festival, la acampada que se hace que genera mucho dinero… y los jóvenes van a ese tipo de festivales, pero por otros motivos y, al final, la música sólo es un elemento más, pero creo que no es el centro.

Y por otro lado, lo que se programa ahí es para una franja de edad que, todo lo que se sale de ahí, no sé si tiene mucho circuito.

¿Festivales que han durado muchos años no tienen una herencia al haber cambiado la generación?

Sí, continúan, pero fuera de estos que son pesos pesados y siguen aguantando… Pero algunos se mantienen porque hay instituciones apoyando, o son una industria, pero ahora hay muchos festivalitos por toda España, que después de muchos años de hacer cierto tipo de música, sólo se dedican a llevar ciertos grupos de música pop.

Y al final, la gente, antes de ir a ver un concierto, prefiere irse de tapas.

¿Te parece que este cambio en el ciclo político que parece que hay modificará algo, o no hay interés por la Cultura?

Tengo la esperanza de que haya una intención por parte de quienes nos van a gobernar, de que cambien las cosas. Porque en el último año, en lo tocante a la Cultura, se ha cortado mucho desde las instituciones, que han dejado de apoyarlas. La cuestión del IVA es ya la banderilla que nos ha hecho polvo. Porque si tienes que bajar cachés por la crisis, y del caché que has bajado hay un 21% que no lo ves, en muchos casos no te salen las cuentas. Este gobierno no ha apostado por la Cultura, porque hace pensar a la gente, así que no interesa. Y clarísimamente han ido minando por todos los lados: el IVA, el alejamiento o eliminación de la música de los curricula de base,.. y pequeñas acciones muy soterradas que van dirigidas a cargarse todo.

Tengo la esperanza de que cambien las cosas, pero no basta con que digan “vamos a invertir en conciertos y programas culturales”, es que el trabajo de educar a un público no se hace ni en cuatro ni en cinco años, sino en muchísimo tiempo, y como ha habido muchos cortes, ahora tengo la sensación de que a muchos chavales les educa internet, o la tele y lo que reciben de los medios, que están completamente copados.

Ahora no se puede ver nada diferente de música por la tele (nada que no sea Alejandro Sanz, Shakira…) antes sí, había programas, en la radio igual.

¿Además de la parte educativa, qué echarías de menos en cuanto a la Gestión Cultural?

Me gustaría que se encontrara un modelo no encaminado principalmente a subvencionarnos, que es lo que pudo ocurrir en años anteriores. Porque todo cuando todo se convirtió en gestión pública, se mató a la iniciativa privada, que es uno de los grandes problemas.

Hace 30-40 años había empresarios de la iniciativa privada, que organizaban conciertos, pero cuando lo público comenzó a pagar cachés desorbitados, se mató la gallina de los huevos de oro. Y vamos siempre dando bandazos, entre el todo y la nada, y lo ideal sería encontrar un modelo de gestión desde el que se apoyara la Cultura, que tuviera algo de financiación para las gestiones artísticas, pero promoviendo y ayudando a la iniciativa privada. Con teatros que no tengan que depender exclusivamente de la subvención, o un grupo o unos artistas, que no tengan que depender de estar poniendo el cazo, porque eso también es malo.

Lo primero que debería hacerse es bajar el IVA al 4%, porque se revitalizaría el sector. Es que se ha quedado mucha gente sin trabajo, más de la que parece, y no sólo entre los músicos que nos subimos al escenario, sino, por ejemplo, técnicos.

En este país se piensa que la Música y la Cultura son como “al pueblo pan y circo”, y no, es un sector muy importante dentro de la economía del país.

¿Cuál crees que puede ser el futuro a corto o medio plazo de la música en este país?

La música no va a desaparecer, porque, por suerte o por desgracia, los músicos no podemos dejar de hacer música. Cuando uno decide coger una guitarra y ponerse a expresar, no está pensando en el dinero ni en hacerse millonario, sino que es una necesidad de expresarse, es como respirar. Y sabes que vas a seguir haciéndolo.

Pero la profesión de músico es otra cosa: ahora mismo nos han quitado la profesión. Cuando me preguntabas si se podía vivir de la música, honestamente, creo que muy poca gente está viviendo de ella. Y me refiero a vivir con la normalidad que viviría un profesor de instituto, alguien que tiene un trabajo, su casa, sus hijos,… vivir normal. Otra cosa es vivir de la música, o, en el otro extremo, ser millonario. Pero conseguir ese estatus, es realmente complicado.

Pero los músicos a veces, no son capaces de reconocer que no viven de ello. Si nos pusiéramos a rascar, quitando a los superfamosos, nos daríamos cuenta de que muchos son profesores de música, o tienen un negocio, o su padre les ha dejado una pasta, o se buscan la vida con algo, para ir haciendo música: nos obligan a tener otro trabajo.

En definitiva, la enseñanza musical se ha convertido en un adorno, porque no se espera que tenga futuro

Totalmente. Aunque en realidad hay unas generaciones de músicos alucinantes, vienen muy preparados. Hace 20-25 años no existían los conservatorios superiores, las escuelas de jazz moderno, ni youtube para que tengas un tutorial con un profesional que es buenísimo… entonces ahora, los chavales vienen que tocan todos… Pero la profesión es un cuello de botella en el que, casi siempre se acaba enseñando música, y hago mis bolos y mis cosas, pero con algo más seguro.

No se puede vivir yendo a tocar a garitos, y ganar 20€ en una noche. Y de la venta de discos no se puede vivir, porque ahora no se venden discos, pero es el soporte actual, aunque están cambiando los procesos. Con mi próximo trabajo me estoy pensando si sacar disco, o ir sacando cada canción en internet.

Ahora todos los artistas se están dedicando al directo, y los más famosos se han metido en el circuito que antes ocupábamos el resto, y nos echan. Y luego los cachés han bajado a la mitad o han desaparecido, y o bien estás todo el día en la carretera por cien euros el bolo, o no hay manera.

Y antes de acabar en cualquier garito tocando en cualquier condición, prefiero buscarme un mini-curro alternativo, antes de seguir con la presión de tocar a cualquier precio para pagar el teléfono.

La parte positiva es que no puedo dejar de cantar, que lo disfruto y que cuando veo a un grupo de 30 ó 40 personas que se emocionan contigo, te das cuenta de que merece la pena lo que estás haciendo porque esas personas han elegido estar contigo en lugar de hacer otras cosas. Entonces el peso específico es de toneladas, y esas personas se merecen que sigas ahí. Y cuando alguien pone en redes sociales algo que no tenía por qué poner sobre tu concierto, ese tipo de comentarios sinceros, son lo que me hace seguir adelante. Y por otro lado, la música sigue siendo una manera de decir cosas que de otra manera no me atrevo. Así que creo que hay que seguir adelante, aunque el viento no venga a favor.

DATOS RELACIONADOS

Más información y compra de álbumes:
María José Hernández

Las Uvas Dulces:
1.- Guárdate
2.- Dvuélveme
3.- Rosa Rosae
4.- Nieve en abril
5.- Con tu voz
6.- Mar de amor
7.- Quién te cerrará los ojos
8.- Que queda de ti, qué queda de mí
9 .- Abrí todas las puertas
10.- Si fueses como la aurora
11.- No me digas ahora
12.- Caminaremos
13.- Nadie

Voz: María José Hernández
Piano Yamaha: Sergio Marqueta
Contrabajo y violonchelo: Daniel Escolano
Guitarra acústica, guitarra eléctrica, pandereta, shaker: Gonzalo Lasheras
Guitarra eléctrica, mandolina: Julio Calvo
Guitarra acústica en Mar de amor: Joaquín Pardinilla
Coro en Caminaremos: Jesús Adán, Dani Clemente, Ernesto Cossío, Carlos Estrella, José Estrella, Javier Hernández, Sergio Marqueta, Carlos "Sonero"
Producción y dirección musical: Gonzalo Lasheras
Arreglos: Sergio Marqueta, Gonzalo Lasheras y María José Hernández (excepto Mar de amor por Joaquín Pardinilla y Caminaremos, por daniel Escolano y Gonzalo Lasheras)

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