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Ciencia ficción, telebasura y escritores argentinos matizan el negro de la Semana - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Cada día se hace más complicado encontrar el hueco para convertir en crónica la vertiginosa experiencia de la Semana Negra de Gijón. Cargo el portátil todo el día, lo abro encima de cualquier mesa, de cualquier escalón, para poder seguir narrando este ir y venir de autores, autoras, prensa, libros, entrevistas, ruedas de prensa y presentaciones. Se marchó Gioconda Belli y llegó Rosa Montero. Se fue Dolores Redondo y apareció Selva Almada con sus Chicas muertas. Rosa Montero trae bajo el brazo El peso del corazón, la segunda novela de la serie de ciencia ficción protagonizada por la detective replicante Bruna Husky, que estrenó vida en Lágrimas en la lluvia. La escritora y periodista explica: “la ciencia ficción siempre me ha parecido una herramienta metafórica poderosísima para hablar de la realidad”.

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Ciencia ficción, telebasura y escritores argentinos matizan el negro de la Semana

Rosa Montero y Carlos Salem nos acercan sus últimos trabajos

Semana Negra de Gijón 2015
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Semana Negra de Gijón 2015

Lara Alcázar habló en la carpa sobre Manifiesto Femen. Foto: Inma Luna.

Semana Negra de Gijón 2015
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Semana Negra de Gijón 2015

Un hombre levita a la entrada de la Semana Negra.
Foto: Inma Luna.

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Inma Luna – La República Cultural.es

Cada día se hace más complicado encontrar el hueco para convertir en crónica la vertiginosa experiencia de la Semana Negra de Gijón. Cargo el portátil todo el día, lo abro encima de cualquier mesa, de cualquier escalón, para poder seguir narrando este ir y venir de autores, autoras, prensa, libros, entrevistas, ruedas de prensa y presentaciones. Se marchó Gioconda Belli y llegó Rosa Montero. Se fue Dolores Redondo y apareció Selva Almada con sus Chicas muertas.

Rosa Montero trae bajo el brazo El peso del corazón, la segunda novela de la serie de ciencia ficción protagonizada por la detective replicante Bruna Husky, que estrenó vida en Lágrimas en la lluvia. La escritora y periodista explica: “la ciencia ficción siempre me ha parecido una herramienta metafórica poderosísima para hablar de la realidad”. Considera, sin embargo, que el poco éxito de este género en nuestro país se debe al “desprecio de la sociedad española por la ciencia”. Además, le interesa dejar claro que “el género de ciencia ficción tiene en común con la novela negra, el trasfondo social que hay en ambos”.

Esta novela (explica refiriéndose a El peso del corazón) es en parte de ciencia ficción, futurista, en parte, obviamente, negra, pero también es política, de amor, existencial, metaficcional, porque reflexiona sobre la escritura: tiene un montón de ingredientes”, concluye.

Volviendo la vista hacia Crónica del desamor, la que fuera su primera novela, publicada en 1979, afirma que de aquella experiencia “queda poquísimo porque la novela es un género de madurez” y la autora considera que a lo largo de la vida se cambia y se aprende: “creo que ahora escribo mucho mejor”. Sigue evocando cómo empezó a escribir y se define a sí misma como una escritora orgánica, se recuerda narrando historias desde los cinco años y dice que lo ha seguido haciendo para poder aguantar la vida.

Nos habla también acerca de su penúltimo libro, el delicioso La ridícula idea de no volver a verte, que surge del encargo que le hacen de escribir un prólogo sobre el pequeñísimo diario de 28 páginas de Marie Curie acerca de la muerte de su marido. Según Montero, en el mismo momento en que leyó el diario se le ocurrió escribir un libro “como una fuerza del inconsciente”. De ese libro ha recibido si cabe más respuestas del público lector que de cualquier otro, respuestas en las que la mayoría de la gente le transmitía la experiencia de sus duelos tras la pérdida de personas cercanas, pero, explica: “lo que es sorprendente y maravilloso es que esas historias de duelo que me contaban no eran tristes, eran historias bellas, hermosas, conmovedoras, que celebraban la vida, que celebraban el amor”. Esto supone, según la escritora, que “el libro ha proporcionado un espacio para que la gente pueda darse cuenta también de la belleza que hay en el dolor”. En este sentido recordaba la frase de Georges Braque: “El arte es una herida hecha luz”.

A pesar de que este libro tiene mucho de autobiográfico, me parece muy interesante el hecho de que Rosa Montero asegure que no es más íntimo que sus novelas. Esto se puede explicar por el hecho de que la historia que relata, en la que habla de su propio duelo por la muerte de su marido, el periodista Pablo Lizcano, la escribió “de manera consciente”, mientras que las novelas “se escriben desde la ensoñación y hablan de lo más íntimo, turban más, se controlan menos”. A ese respecto asevera: “Podría decir que El peso del corazón es una de mis novelas más íntimas

El infierno de la telebasura

Mi amigo Carlos Salem es un asiduo de la Semana Negra y este año viene con una novela muy suya, pero en la que se mete en terrenos pantanosos: el bien y el mal, dios y el diablo y… la telebasura. En el cielo no hay cerveza es el santo y seña de este nuevo trabajo. Salem es un tipo argentino que va de canalla, pero me consta que se toma la literatura mucho más en serio de lo que parece.

En el cielo no hay cerveza es una novela muy crítica con el mundo de la televisión, con la que el autor se muestra verdaderamente crítico. Le preocupa también la nula capacidad de sorpresa que tenemos en este siglo y el “modelo moral y ético que están proporcionando algunos periodistas: cuando yo era chico queríamos ser astronautas y ahora quieren ser tronistas”.

Pero es también y sobre todo una novela negra, hay muertos, hay sexo y, en sus palabras, “un homenaje a El largo adiós, de Raymond Chandler”, además de muchas referencias a los apóstoles, a la historia del nuevo testamento, con apóstoles incluidos, tanto es así que Salem está pensando “enviársela al papa”.

El autor está también aquí como poeta. La poesía, desde hace años, es uno de los intereses destacados de la Semana Negra. Salem participará el próximo viernes en la segunda velada poética de la programación, junto a Escandar Algeet, Irene X y Diego Ojeda. Salem habla de poetas mujeres: “nosotros sí creemos que hay grandes poetas mujeres, aunque yo no hago estas distinciones; hay poetas mujeres que están diciendo cosas muy interesantes como Inma Luna y Ana Pérez Cañamares, por eso quise también que estuviera Irene X porque quien la escuche se va a acordar de ella mucho tiempo”. Le agradezco el guiño, por supuesto y ya os contaré cómo va ese recital, aunque casi segura estoy de que no quedará ni un hueco libre en la carpa de encuentros.

Crónica negra

Cambiamos de tercio aunque hablemos también de una autora argentina. Chicas muertas es el contundente título de la crónica novelada de la escritora Selva Almada. El relato de tres sobrecogedores crímenes a tres adolescentes en la década de los años ’80. Los crímenes en los que se basa la historia son reales. No están relacionados entre sí, salvo por el hecho de que los asesinatos se cometieron en la misma época y a chicas muy jóvenes.

Selva era también una adolescente cuando conoció la muerte de la primera de ellas. Afirma que lo que más le conmocionó fue el hecho de que “fuese asesinada en su cama, mientas dormía y con los padres en la habitación de al lado”. La casa, como ella dice, parece un espacio seguro, en el que no hay nada que temer y, sin embargo, fue el escenario de un asesinato que, además, nunca fue resuelto. Su interés por el tema de la misoginia y el femicidio le llevó a unir estos tres relatos y proporcionarles una trama en la que se pregunta por qué las mujeres mueren a manos de los varones.

La autora nos habla de la situación en Argentina, donde una mujer es asesinada cada 30 horas por un hombre que normalmente es además una persona conocida y hace referencia a la campaña Ni una menos que pusieron en marcha periodistas, escritoras y artistas a principios de este mismo año con el fin de que se tomen medidas contra esta lacra social.
Por la tarde, en un nuevo picoteo de carpa en carpa, me sorprende la voz contundente de Lara Alcázar en la presentación de Manifiesto Femen. La carpa está a reventar y ella hace referencia a la necesidad de que “se pongan en práctica el 100% de los objetivos que se plantean en las teorías feministas”. Frente a la denominada Ley Mordaza, Alcázar propone “mantener las acciones de protesta y no pagar las multas”. Por poner un ejemplo dice: “Si a Guti no le multaron por romper una mano a La Cibeles, nosotras no vamos a pagar por subirnos a la fuente con una pancarta reivindicativa”.

Me paso también un rato por el espacio A Quemarropa, donde Gabriela Cabezón presenta el libro de relatos Y su despojo fue una muchedumbre, junto a su ilustrador, Iñaki Echevarría. Gabriela lee uno de los relatos, el que da título al libro y que hace referencia al soldado Omar Carrasco que fue asesinado en Argentina mientras realizaba el servicio militar y tras cuya muerte éste dejó de ser obligatorio.

Otro argentino más (con razón el diario A Quemarropa de hoy lleva como titular principal Corazón latino) ha presentado la novela Subsuelo acompañado por el director de contenidos de la Semana Negra, Ángel de la Calle.

Y seguimos una noche más, entre hombres que levitan, mujeres que cuentan cuentos y niños comprando globos en esta fiesta de la literatura que invade el antiguo astillero de la Naval y que perfuma todo Gijón.

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