Menú
laRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Inicio
LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Síguenos
Hoy es Viernes 19 de abril de 2024
Números:
ISSN 2174 - 4092

Mi amigo Pepe se puso el sombrero y marchó al teatro - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Salía de despedir a mi amigo Pepe. No, él descansaba, en aquellas horas, ya no había fuerzas para hablar, sólo para escuchar con los ojos cerrados. Así, con Marina al lado, charlamos brevemente de cómo se preparaba la nueva temporada, le apreté la mano y salí. Luego, ya en mi soledad de este abandonado mundo, tuve necesidad de hablar y de hablarle, de escribirle. José Henríquez, el hombre del sombrero, el que salió de una lucha tremenda para llegar a esta otra, de la batalla de Chile a la del internacionalismo humano en este Madrid, el periodista de enorme talla, se fue forjando desde el deporte a la Cultura y, hombre del pueblo de Neruda, trajo un poco de su retorno a las letras teatrales, así que decidió asentarse en ese tremendo espacio que tan injustamente se trata por aquí: el de los escenarios.

república, cultural, revista, digital, José Henríquez, Pepe Henríquez, fallecimiento, crítica, Escena, teatro, danza, circo, dramaturgia, teatro off, madrid, chile, despedida, La República Cultural

Mi amigo Pepe se puso el sombrero y marchó al teatro

José Henríquez supo construir amistad del teatro y de la crítica

José Henríquez
Ampliar imagen

José Henríquez

El periodista y crítico teatral charla con el público tras un espectáculo en la sala El Sol de York el año 2013. Foto: Julio Castro.

José Henríquez
Ampliar imagen
José Henríquez

El periodista y crítico teatral charla con el público tras un espectáculo en la sala El Sol de York el año 2013. Foto: Julio Castro.

Click en las imágenes para ampliar

Julio Castro – La República Cultural

Salía de despedir a mi amigo Pepe. No, él descansaba, en aquellas horas, ya no había fuerzas para hablar, sólo para escuchar con los ojos cerrados. Así, con Marina al lado, charlamos brevemente de cómo se preparaba la nueva temporada, le apreté la mano y salí. Luego, ya en mi soledad de este abandonado mundo, tuve necesidad de hablar y de hablarle, de escribirle.

José Henríquez, el hombre del sombrero, el que salió de una lucha tremenda para llegar a esta otra, de la batalla de Chile a la del internacionalismo humano en este Madrid, el periodista de enorme talla, se fue forjando desde el deporte a la Cultura y, hombre del pueblo de Neruda, trajo un poco de su retorno a las letras teatrales, así que decidió asentarse en ese tremendo espacio que tan injustamente se trata por aquí: el de los escenarios.

Seguramente por eso, porque todo estaba de parte de los contrarios poderosos, pero más seguramente porque el teatro escoge, y no al revés, ha sido uno de los mayores críticos teatrales de este país. Y conste que lo de crítico no me dice tanto, como entenderle en el contexto de una de las personas que más sabe sobre teatro: el actual o el clásico, pero, llamemos contemporáneo, al que vivimos y hemos vivido en este último siglo, ese que le hacía moverse por la gente.

El hombre del sombrero, al que veía en uno y otro teatro, con el que siempre me encontraba en Cuarta Pared, en El Montacargas, en Lagrada, en el CDN, en La Puerta Estrecha, en La Usina… en todos, en cualquier espacio diminuto que conocíamos o descubríamos el uno, el otro… muchas veces a la vez. La disponibilidad a participar en todo lo que significara remover la situación o favorecer la cultura, nos ha llevado a coincidir durante años en esas “otras cosas”, las que tanto importan: ¡cómo no íbamos a estar en el 15M!, tú, entre otros menesteres, en esa Solfónica que hoy pierde una voz, yo en la Asamblea de Cultura Sol. Pero también en aquellas Comunidades Creativas Ahora, que intentaban que la gente del teatro se posicionara de nuevo, en debates y espacios de trabajo, en lugares donde yo descubría que alguien había ido abriendo camino delante, y que allí había mucho que compartir.

La tímida propuesta, una tarde, en el coche, regresando de ver una obra en Kubik “ya sabes cómo va, pero las puertas de la revista siempre las tienes abiertas…”. La tímida respuesta de “os interesaría un artículo sobre…”. ¡Pues claro, Pepe!, cómo iba a ser de otra manera: Bailando tus huesos, Galicia Caníbal, el Festival de Teatro Iberoamericano de Cádiz… y la colaboración le convirtió en un habitual para La República Cultural.es

El cariño y las buenas palabras han sido lo habitual, no porque la vida le hiciera resignado o borrego, sino porque cada ocasión tiene su momento, así que he tenido la fortuna de encontrar al hombre alegre, positivo, trabajador incansable y lleno de vitalidad. Ese al que despido y tomo de la mano con buenas palabras, hablando de teatro y de la preparación de la nueva temporada, incluso cuando a las palabras les cuesta salir como un mundo por la boca.

El hombre del sombrero nos enseñaba a conectarnos, potenciaba la comunicación en redes humanas: sí, esa sociedad que no está en Internet, sino en la calle, en los libros, en el teatro y la música, o de personas sentadas en asientos contiguos compartiendo miradas.

Hombre tranquilo e inquieto, acaparador de enormes experiencias, nunca se quedó estancado en su conocimiento, como, por lo tanto, tampoco supo ni quiso quedarse estancado en la lucha. Querido Pepe: la lucha no nació con nosotros, y te aseguro que tampoco dejaremos que desaparezca con el mero hecho de no aparecer. Echar de menos tus charlas o tus correos, los comentarios y los intercambios… eso no tiene disculpa ninguna. Sé que has trabajado hasta el último instante, porque no podía ser de otra manera.

Los recuerdos de Pepe, con Marina o por su cuenta, los pequeños ratos de charla, su libreta de breves anotaciones, conocer a todo el mundo, y reconocer a cualquiera que hubiese pasado por su vida, son ideas inmensas que no alcanza mi cabeza a procesar, ni a cerrar, porque no quiere cerrar puertas a la memoria de lo cercano.

Me permito robarle a Inma Luna este texto de su último poemario, ese que no podrás leer, pero que, ya sabes… porque en él encuentro esa necesidad tuya, Pepe, de mirar detrás de las cosas, de palpar la evidencia y adentrarse en su trama.

Tocarlo todo,
la raspa herida del alcornoque,
el conejillo destripado,
su sangre.
Beberlo todo,
la clorofila de las hojas,
los líquidos amnióticos,
el agua fresca en la corriente,
el verdín estancado.
Probarlo todo,
respirar nubes de mosquitos,
chupar las piedras,
clavarse las raíces,
hundir los pies descalzos en el fango,
tan frío, doloroso.
No basta con mirar
hay que adentrarse en los pozos oscuros,
en sus gritos.
Morder el gozo,
babeantes,
inocularse el virus,
acariciar los aguijones
rindiéndose al veneno.
Tocarlo todo,
embadurnarse en el poema,
en su saliva cáustica.
Tocarlo todo,
tocarlo todo.

El hombre del sombrero es y será siempre un referente, un hito que marca caminos para transitar. Quedan pendientes unas jornadas que ya no compartiremos, los teatros con la butaca vacía, esperando, el silencio que aguarda tu mirada. El hombre del sombrero está fijo, ahora, en mi memoria, no puedo evitarle. Compañero, amigo, que aquí estamos, el tránsito fue dulce y placentero, pero a nosotr@s se nos abre un infinito. Que queda esa maravillosa familia que han creado juntos en su casa, y queda esa enorme familia que se ha crecido en el espacio escénico. Ambas lloran hoy su marcha, aunque el deseo de alegría de Pepe hace que mañana tengamos que mirar alrededor con su sonrisa, esa limpia y a la vez socarrona, capaz de decir casi todo en una mirada, y mucho más sobre un papel. Mientras, yo sé que te pusiste en pie, te calaste el sombrero y bajaste caminando levemente por la calle.

DATOS RELACIONADOS

José Luis Henríquez (José Henríquez), periodista, crítico teatral y escritor. Nacido en Santiago de Chile en 1947 y fallecido en Madrid el 22 de agosto de 2015. Tras su forzada salida de Chile después del golpe de estado militar, vino a España el año 1976, donde amplió sus estudios de periodismo y se quedó a ejercer esta profesión. Es periodista con un postgrado de Educación, y ha sido colaborador en los últimos años de la revista La República Cultural.es en su sección de Teatro. Ejerció como crítico especialista en información teatral y jefe de redacción en la revista Primer acto, en la revista Ubú de la Red de Teatros Alternativos (donde también ha sido jefe de redacción) y en las publicaciones Diagonal, Guía del Ocio y La semana de Madrid.

Obtuvo en 2007 el Premio Internacional de Periodismo Cultural “Paco Rabal” con su artículo El rico camino de “13 rosas”.

También se le concedió en 2010 el Premio de Ficción Radiofónica Margarita Xirgu por su texto Continuidad en los campos, ambientado en el Chile de la dictadura de Pinochet y se centra en el mundo del fútbol, un galardón que conceden Radio Exterior de España y la Agencia Española para la Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Alojados en NODO50.org
Licencia de Creative Commons