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Cuando sentamos las bases para seguir con Pepe Henríquez - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Era necesario, imprescindible, un homenaje al mejor crítico que ha tenido la escena madrileña, donde las raíces del teatro habrían vivido abandonadas en la ignorancia de la mayor parte del público. Así que la Sala Cuarta Pared, de acuerdo con otras salas y artistas, quiso ofrecer este espacio de encuentro por Pepe Henríquez, donde poner en común la riqueza de una vida dedicada a la lucha desde la cultura. A sala repleta y desbordada de invitad@s, se fueron sucediendo intervenciones y actuaciones. Primera fila para Pepe: sus sombreros. Bien arropados, porque en fila menos uno, se atiborraba de gente en el suelo, mientras en la fila de atrás se ubicaba la familia. Quienes se enteraron a tiempo no quisieron dejar pasar la ocasión de acompañar y acompañarse, porque teatro, danza y circo, entre otras muchas artes, han conocido la voluntad del también escritor y dramaturgo, que quiso levantar y comprometer a todas las profesiones para cambiar la sociedad.

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Cuando sentamos las bases para seguir con Pepe Henríquez

Sobre el homenaje al escritor en la Sala Cuarta Pared

Homenaje a Pepe Henríquez
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Homenaje a Pepe Henríquez

Alberto García, de la sala DT Espacio Escénico, hace un fragmento de una obra, durante el evento en la Sala Cuarta Pared. Foto: Julio Castro.

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Isabel H. Dimas, antigua alumna de Pepe Henríquez, habla en el evento en la Sala Cuarta Pared. Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Dirección y producción: Adolfo Simón
Intervienen: Rocío Herrera, Laura de Casas, Lidia Rodríguez, Carlos Sarrió, Miguel Ángel Nava, Miguel Ángel Martínez, Rodolfo Cortizo, Alberto García, Esperanza Elipe, Carmen Mayordomo, Carlos Be, Julio Castro, Laura Corcuera, Celia Bermejo, Isabel Herrero Dimas, Manu Benito, Miguel Torres, Aurora Navarro y Manuel Fernández, Elisa Gálvez, Juan Úbeda, Eli Zapata, Magda Labarga, Coro de la Solfónica, Marina Navarro, Nuria Henríquez, Laura Henríquez, Adolfo Simón
Promovido por: Sala Cuarta Pared

Julio Castro – La República Cultural

Era necesario, imprescindible, un homenaje al mejor crítico que ha tenido la escena madrileña, donde las raíces del teatro habrían vivido abandonadas en la ignorancia de la mayor parte del público. Así que la Sala Cuarta Pared, de acuerdo con otras salas y artistas, quiso ofrecer este espacio de encuentro por Pepe Henríquez, donde poner en común la riqueza de una vida dedicada a la lucha desde la cultura.

A sala repleta y desbordada de invitad@s, se fueron sucediendo intervenciones y actuaciones. Primera fila para Pepe: sus sombreros. Bien arropados, porque en fila menos uno, se atiborraba de gente en el suelo, mientras en la fila de atrás se ubicaba la familia. Quienes se enteraron a tiempo no quisieron dejar pasar la ocasión de acompañar y acompañarse, porque teatro, danza y circo, entre otras muchas artes, han conocido la voluntad del también escritor y dramaturgo, que quiso levantar y comprometer a todas las profesiones para cambiar la sociedad.

Un acto preciso y comedido, que arrancaba en el hall, donde ya no cabía un alfiler, y la compañía Teatro en el Aire, con Rocío Herrera, Laura de Casas y Lidia Rodríguez entonaba una canción mexicana sobre la vida y la muerte, invitando al público a entrar en la sala. Chavela nos aguardaba en la música de fondo al acomodarnos, para dar paso a la introducción de Carlos Sarrió, una charla breve en la que supo sintetizar como nadie cómo era Pepe, quién era, por qué estábamos allí con él: “vivimos tiempos sombríos y oscuros, y la pérdida de un valor como Pepe Henríquez no es ninguna tontería”, nos dice, y sigue “vamos a tomar ejemplo de su trabajo, de su compromiso vital, artístico, político, y a seguir en la lucha, que es lo que él haría”. Él mismo introduce a Cuentos y Cantos, el dúo narrativo de Miguel Ángel Nava y Miguel Ángel Martínez, que ofrecen, a voz y acordeón, un cuento del propio homenajeado, el del niño Alfredo, al que llamaban Güeñi (que significa niño en mapuche), este relato les ha acompañado durante años. Como dijo Carlos Sarrió, luego todo fue fluyendo,… claro, las personas, las palabras, las emociones, los encuentros y todos los sentimientos, mientras abrazábamos a Pepe.

Daniel, hijo mayor de Pepe, que no vive cerca, envía un texto con una carta de nuestro chileno sobre una rueda de prensa de los Colombaioni en el año ‘97, donde descubre “así aprendo, gozo, me faltan horas del día, alguna vez te lo he dicho, Daniel, creo que en esta ciudad hay cosas mías, que yo las he hecho, para que sean felices”.

Rodolfo Cortizo, de La Pajarita de Papel, leyó un texto de Afonso Becerra de Becerreá, que leyó el día posterior de su fallecimiento en un homenaje en el Cercle Artístic de Ciutadella de Menorca. Entre la lectura y su propia narración de la historia con Pepe, no pudo evitar la emoción “nuestras charlas eran ‘de parados’”, explicaba el director argentino aludiendo a las largas horas de pie hablando, “íbamos andando hasta la boca del metro, y allí siempre charlábamos durante una hora y media. Un día decidimos entrar en un bar a tomar un café, y duramos diez minutos”.

Alberto García, de la compañía El Curro DT, nos mostró un fragmento de su emigrante, un expresivo y desesperado quijote que se golpea a sí mismo y explica cuáles son los problemas de nuestra España, de las manos manchadas de sangre (aquí convertida en el símbolo del vino de porrón) “sangre, España ya no tiene otra moneda” y de la posible indiferencia de la unidad o la ruptura “aquí queremos vivir, y si un día saliere mal la suerte, ¿cuál es el problema?, repartimos los fueros y cada uno en su casa y dios en la de todos: se acabó España, nos jodemos”. Pero antes de su quijote clown explica sobre el protagonista de nuestro homenaje que “asumió la responsabilidad de ser testigo de un movimiento escénico que esta comunidad congregada aquí, ha ido construyendo, y lo hacía por una vocación muy elemental, y es que lo que más le gustaba en la vida, era estar sentado ahí”.

Los de Cambaleo hace una simulación de ensayo de una pieza, donde Pepe les llama por medio, quiere fotos, y el texto, y… y sigue con un fragmento, si mal no recuerdo, de Cuando todo esto haya terminado, que acaban a su manera, sin que falte la seriedad del texto o la sonrisa que acompaña la complicidad.

Carmen Mayordomo y Carlos Be, hablan de la última introducción que se publicó para la dramaturgia del autor, Muere, Numancia, muere, y que tras publicarse, no llegó a tiempo para poderla entregar al prologuista, pero que, como siempre, deriva en un texto comprometido de Pepe, a partir del propio compromiso de Carlos. Habla del poder arrasando a la ciudadanía, de la resistencia de la Acampada de Sol frente al sitio policial, del sitio de Gaza por el ejército israelí y, finalmente, “en contrapunto con esta obscenidad del poder, compartimos la intimidad cotidiana del ciudadano sitiado, sus amores, sueños, amistades, su dolorosa esperanza”. Pero ellos también hablan de la faceta de cocinero, en La Selecta, o en su casa. “Pepe nunca dejó de alimentar al teatro para que el teatro viviera”, dice Carmen “le veo guisando mientras piensa ‘el teatro está vivo’

Escuchamos con Esperanza Elipe un fragmento del programa de radio, a propósito del premio de ficción radiofónica por su dramaturgia Continuidad en los campos, ambientada en la dictadura chilena, y desarrollada a partir del mundo del fútbol. Esperanza desarrolla gran parte del texto, con el sonido del futbol de fondo. Justo a continuación, entran en escena las actrices de Teatro en el Aire, con su homenaje a los huesos del muerto, donde van construyendo pieza a pieza al finado, desde la obra Bailando tus huesos, donde él colaboró en su momento para la construcción, y que desarrollan Laura de Casas, Rocío Herrera, Lidia Rodríguez.

A los dos nos apasionaban los festivales y las sobredosis escénicas”, dice Laura Corcuera cuando dice su artículo dirigido a él, pero vuelta de espaldas al público y tapada la cara con el periódico Diagonal. Recuerda su trayectoria de los últimos diez años, el teatro, los trueques de artículos, un concepto muy arraigado en él, el del trueque. “Hoy te diría, querido amigo, que sigo perdida, confusa, con dudas, me gustaría que vieras lo que estoy haciendo y me comentaras. Pienso que cientos de compañías teatrales han de sentir lo mismo”. Tras Laura, inevitablemente según el programa, me toca, y hago lo que puedo, y por eso dejo mi texto más abajo para quienes les pueda interesar, pero Marina me dijo que le gustaría que se dijera un poema de Inma Luna que en mi despedida en agosto incluí dedicado a él, y como es de una gran mujer que no puede estar, por las cosas injustas de la vida, y de la imposibilidad del trabajo en este país, creo que debe leerlo otra mujer que le ponga voz y corazón, y lo hace Eli Zapata, que con toda su discreción, antes me cuenta detalles que me hacen saber que ese texto, ese Tocarlo todo, no puede estar en mejores manos, y así es.

Y ya toca el turno a Celia Bermejo y a su compañero Gonzalo, que salen con su clown y sus malabares, para defender la figura que les sacó de la calle para dar una identidad al circo en nuestra ciudad, y por el que deben estar en este día contándolo, y aprovechan para robar nuevas sonrisas a los “Pepes” que estamos entre el público.

Isabel H. Dimas trae otro punto de vista, porque recuerda la formación recibida en la sala El Montacargas, donde el escritor daba formación sobre dramaturgia, y donde ella la recibió “nos daba a leer lo último que estaba en la cartelera madrileña, no sabíamos cómo lo hacía pero él siempre tenía todos los textos”, dice la actriz “así descubrimos a Lluisa Cunillé, a Teatro del Astillero, a Rodrigo García… eran propuestas que quizá no hubiésemos ido a ver solos”. Por su parte, Miguel Torres, director de la sala de Teatro Lagrada, hace un fragmento de La última cinta de Krapp, de Beckett, antes de hablarnos de los años a los que se remontan los primeros encuentros con Pepe en aquella otra sala Espacio 100, hace más de una década allá por el barrio de Chueca, donde comenzó el propio Miguel.

No pueden faltar tampoco Aurora Navarro y Manuel Fernández, que son el alma de la sala El Montacargas (al otro lado del río), donde llevan décadas con su Clown de otoño, ahora como pueden por la falta de ayudas, pero que no han abandonado jamás. Entre palabras de agradecimiento le dedican el texto de Brecht “Hay hombres que luchan un día y son buenos…”, y al hablar del teatro alternativo, cuentan que “Pepe apostó por todos nosotros cuando nadie lo hacía, cuando nacimos, cuando era una iniciativa descabellada, cuando éramos unos locos que abríamos unos espacios porque queríamos hacer teatro de otra manera, y siempre estaba allí: su apuesta fue arriesgada, personal y de corazón”.

Un mensaje de Pepe en el contestador de Juan y Elisa, donde dice que está volviendo de Galicia, y que aunque va a ir a votar con la nariz tapada, irá a votar, nos pone a tod@s un poco en pie, “parados”, como decía Rodolfo, casi para hablar con él, pero el breve mensaje termina y Magda Labarga cuenta un breve cuento, la historia de un punto.

La Solfónica, donde él cantó durante los últimos años, ha acudido en pleno, y van llenando el escenario de la sala, para interpretarnos un fragmento de la Cantata de Santa María de Iquique, de los chilenos Quilapayún, un tema clásico de esperanza y de unidad, porque no podía ser de otra manera.

Marina Navarro, que igual que su compañero como gran mujer, es una valiente y luchadora, así que se atreve a salir a despedir el acto, y hacer el breve cierre de agradecimientos. Tom Waits nos despide al fondo.

Antes de comenzar, la tensión y los nervios de la emoción habían cuajado en la mayoría de participantes en el acto, algún@ de l@s cuales comentaba la preocupación por ser capaz de contenerla, cada cual la expresa a su manera, con rápidos paseos, en abrazos silenciosos, o en charlas sobre esto y aquello, sobre él y sobre lo que hay. No sólo quienes intervienen en el acto, porque no hay tiempo para tant@, pero también veo por allí a l@s Tarambana, o a l@s Nave 73,… y tanta gente más que no puedo retener. Todo seguirá más tarde, durante horas, a la salida, entre amig@s y conocid@s, con Marina, con Nuria, con Laura, con Amador, con la multitud de asistentes. Hay quienes tuvieron que salir corriendo, y hay quienes lucen espíritu más taciturno. Adolfo Simón, que ha cometido la locura de preparar y dirigir este encuentro, ni sale. O no le veo. Es difícil marchar, y las charlas se van enredando, así que cada cual aguanta lo suyo hasta donde puede. Seguimos y seguiremos con Pepe en la mochila, con pepe bajo el brazo y en la memoria hasta de su voz, porque el camino se ha allanado bastante por su trabajo.


Texto que escribí y leí en el homenaje a Pepe Henríquez en la Sala Cuarta Pared

Homenaje a Pepe Henríquez en la Sala Cuarta Pared (16/11/2015)

Un día, Laura Ruiz me sugirió que fuese a ver su nuevo trabajo a un sitio por la sierra madrileña, así que monté en el coche y me fui para allá. Tras una serie de vueltas por los alrededores, descubrí que el lugar, dentro de la hípica de Buitrago, era la propia cafetería reconvertida y acondicionada, y que se llamaba La Selecta. Aparco, me acerco al edificio: un hombre sentado en una silla, a la fresca del calor veraniego y a la puerta del lugar, miraba hacia abajo y ordenaba unos tacos de entradas. Al llegar a su altura, levanta la cabeza y:

¡Coño, Pepe, también aquí!- , le digo yo.

¡Hombreeeee!, qué bien. Pues ya ves, aquí ayudando a las compañeras…".

No hablaré del proyecto de La Selecta, que corresponde a sus compas decir de aquello… Pero meses más tarde volví a subir acompañado de Eva Egido y otra amiga, para ver el previo que hacía Esperanza Pedreño del texto de Angélica Liddell.

Pepe", digo al entrar, y andaba enredando con arreglos, tapando ventanas para los oscuros… "que vengo acompañado".

Yo sabía que el trabajo de Eva ya lo conocía, y aquello se convirtió en una larga charla en la que se entremezclaban las cuestiones familiares y profesionales, porque otra de las características de nuestro amigo, es la de una memoria prodigiosa, que sabía utilizar de forma muy adecuada y precisa.

Si la segunda de las cualidades (la del enorme almacenamiento de datos en su disco duro), se limita a un beneficio biológico o al ejercicio del mismo, lo interesante de él es la manera de utilizar sus cualidades. Pero no es la principal característica, sino que supo evitar que la escena se convirtiera para él en una forma de entretenimiento, o de rellenar páginas para subsistir, o de deleitarse en el ego por el alcance de su trabajo. Y esto es muy importante, porque su actividad trasciende a los teatros ¿por qué?

Me dice Marina hace unas semanas acerca del homenaje de hoy: "verás, es que nosotros hemos sido siempre muy ’hacia dentro’, y entiendo que véis a Pepe diferente, pero…". Y claro, no puedo evitar pensar que en ese tándem se juntaron la piedra y la yesca, porque de un lado los libros y del otro el teatro, unían en un mismo punto dos mundos complementarios e indisolubles, en que el uno conduce al otro, y el otro no puede vivir sin el uno, y así se comprende que todo se potencie cuando se une. Así se comprende que esas coincidencias entre lo que yo pretendía y lo que ellos han hecho durante años en el plano cultural de este país, me hicieran sentir que ese campo de lucha estaba abierto y era posible. No bastaba con las salas, con los artículos, con los análisis,… faltaba el debate, ese que podía construir fuera de cualquier espacio, para mover a la gente hacia un entorno que nuestra sociedad no llega a compartir. Y mientras algunos andábamos por la Asamblea de Cultura Sol el 15-M, el estaba en la Solfónica, y mientras se dirigía a salas de una parte de la geografía, resulta que yo estaba por otras, sin necesidad de haber compartido parámetros que estaban allí y que nos ligaban a esa lucha, eminentemente social, arbolada desde la Cultura.

Por hacer entender en un símil lo que ha sido ese trabajo de construcción, encuentro como ayuda el Tangram, la propuesta china de piezas poligonales que se encajan en una superficie cuadrangular, para formar figuras con sus geometrías desiguales. Entre la sociedad y la cultura hay una relación dependiente, pero que se mueve en ambas direcciones. Pepe supo proponer diseños de figuras sobre la superficie de la sociedad, a la vez que aplicó las figuras de la sociedad sobre la superficie de la cultura. Lo importante no es el diseño, sino la apertura de esa vía, desde la que el trabajo queda por hacer entre tod@s, porque no tiene final, solamente figuras ilimitadas y superficies infinitas, que se pueden ir mezclando y superponiendo para componer ese tapiz que nos falta. Si se deja ahí, de su esfuerzo quedará poco. Pero sé que no será así.

En 2012 me enviaba el primer artículo para la revista, donde hablaba de Bailando tus huesos. Este concluía así "Allí, las cantineras se multiplican como cantantes, narradoras, titiriteras, médiums y camareras, en una serie de juegos teatrales y cuadros plásticos que celebran el amor, la vida y la memoria de los huesos queridos, ironizando a la vez el terror religioso de la muerte, el menosprecio del gozar y del vivir, hipotecados para un supuesto “más allá”. Entre brindis, bocados, canciones, bailes y perfumes, se suceden los relatos y pequeñas representaciones de muertes risueñas y ridículas, eróticas y poéticas, tenues y aparatosas… y ¿por qué no?, hasta llegar al juego de nuestra propia despedida". Podríamos caer en creer que este fue principio que anunciaba el final, pero nada más lejos de la realidad, porque el camino que señalaba Pepe, se extiende delante de nosotr@s y a nuestro alrededor.

Poema de Inma Luna, leído por Eli Zapata en el homenaje

Tocarlo todo,
la raspa herida del alcornoque,
el conejillo destripado,
su sangre.
Beberlo todo,
la clorofila de las hojas,
los líquidos amnióticos,
el agua fresca en la corriente,
el verdín estancado.
Probarlo todo,
respirar nubes de mosquitos,
chupar las piedras,
clavarse las raíces,
hundir los pies descalzos en el fango,
tan frío, doloroso.
No basta con mirar
hay que adentrarse en los pozos oscuros,
en sus gritos.
Morder el gozo,
babeantes,
inocularse el virus,
acariciar los aguijones
rindiéndose al veneno.
Tocarlo todo,
embadurnarse en el poema,
en su saliva cáustica.
Tocarlo todo,
tocarlo todo.

Fecha: el Lunes 16 de noviembre de 2015

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Cuarta Pared - c/ Ercilla, 17 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Lunes 16 de noviembre de 2015

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Cuarta Pared - c/ Ercilla, 17 -Embajadores- (Madrid)

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