Eliane Hernández Montejo - La República Cultural
Un hermoso zorro rojo sostiene entre entres sus dientes un zorro ártico. Las cabezas de ambos, inclinadas casi en el mismo ángulo, contrastan con el fondo blanco de la imagen. El rojo de la sangre destaca en el pelaje del zorro ártico, igual que el negro vacío que se abre en su lomo. El canadiense Don Gutoski realizó la fotografía en el momento en que el zorro rojo, después de alimentarse, trasladaba los restos del zorro ártico como reserva para otro momento. Y su historia de dos zorros ha sido la ganadora de la última edición del Wildlife Photographer of the Year.
Porque la imagen no es una escena más de la naturaleza, sino que muestra la forma en la que el calentamiento global está afectando a ambas especies. El zorro rojo está trasladando su territorio de manera progresiva hacía el norte, lo que le ha llevado a compartir el mismo ecosistema que el zorro ártico, con el que compite por los animales más pequeños que forman parte de la dieta de los dos, además de convertirse en su mayor depredador.
La exposición con las imágenes ganadoras y finalistas de las distintas categorías del Wildlife Photographer of the Year visita Madrid como parte de la gira de exhibición del certamen organizado por el Museo de Historia Natural de Londres. En esta edición, la número 51 del certamen, destaca la presencia de España, tanto el número de fotógrafos españoles que se encuentran entre los ganadores y finalistas, un total de quince, como por la cantidad de imágenes que han sido tomadas por fotógrafos internacionales en distintos entornos naturales de nuestro país.
El concurso no solo premia la imagen más creativa o con una mayor complejidad técnica, sino que también busca fomentar el respeto hacía la naturaleza, tarea para la cual las fotografías siempre han sido un gran aliado. Ya que, a través de las mismas, es posible concienciar a la sociedad de la importancia de la protección del entorno natural y la vida salvaje
Por eso está abierto también a participantes amateurs y no solo a fotógrafos profesionales, e incluso cuenta con cuatro categorías de jóvenes hasta 17 años. Exhibición de combatientes ha sido la ganadora en categoría juvenil, una imagen captada por Ondrej Pelánek durante el sol de medianoche del verano en el extremo norte de Noruega. El ganador absoluto entre los más pequeños ha sido este joven checo, participante en la categoría para fotógrafos entre 11 y 14 años; mientras que Carlos Pérez Naval ganó en la categoría para 10 años o menos, con Días de verano, y situó también como finalista la instantánea Beber o no; y El vuelo del ibis escarlata, de Jonathan Jagot, fue el primer premio para participantes entre 15 y 17 años. En la pequeña reseña biográfica de Jagot se señala que su objetivo es animar a la gente a viajar y admirar la naturaleza que les rodea. Algo que sin duda consigue, porque contemplando la espectacular belleza de las fotografías del Wildlife Photographer of the Year uno acaba preguntándose cómo es posible que nuestra especie sea capaz de destrozar día a día su entorno sin el menor remordimiento de esa conciencia que se supone que todos tenemos.