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ISSN 2174 - 4092

Surge Madrid bajo los adoquines - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Si hubiera fórmulas para promocionar las Artes Escénicas, nadie tendría necesidad de plantearse la búsqueda de promociones, apoyos y fomento. O tal vez esa sea la fórmula: dedicarse toda la vida a esperar lo que otros hagan para favorecer el trabajo propio de un entorno productivo, tan necesario para la sociedad que, sin ser considerado Sector o Subsector en la sociedad, necesariamente tendría que estar precisamente apartado del resto. No hablamos de Industria, por más que haya quien quiera arrastrar la producción artística a la economía en serie. No se trata de Construcción, no en el sentido de la edificación del ladrillo y el cemento. Nada que ver con la Agricultura, ni siquiera aunque pensemos en los procesos de siembra, crecimiento y florecimiento de sus trabajos, y, por favor, lo que faltaría es que se englobara en el Sector Servicios.

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Surge Madrid bajo los adoquines

Si las Artes Escénicas dan unos pasos más

Surge Madrid 2016
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Surge Madrid 2016

Imágenes de ¿“Hamlet”, es nombre o apellido?, de Compañía Tarambana, Ingenua figura, de la compañía A Pie de Guerra, La Venus abierta, de la compañía Vuelta de Tuerca. Fotos: Julio Castro.

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Surge Madrid 2016

Algunas imágenes de Más allá de lo meramente aparente, de The Little Queens & Cía, Nude&Naked, de la compañía Mary Dörp, Shimai 姉妹 Sisters, de Rebeldías Mínimas Danza Teatro. Fotos: Julio Castro.

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Julio Castro – La República Cultural

Si hubiera fórmulas para promocionar las Artes Escénicas, nadie tendría necesidad de plantearse la búsqueda de promociones, apoyos y fomento. O tal vez esa sea la fórmula: dedicarse toda la vida a esperar lo que otros hagan para favorecer el trabajo propio de un entorno productivo, tan necesario para la sociedad que, sin ser considerado Sector o Subsector en la sociedad, necesariamente tendría que estar precisamente apartado del resto. No hablamos de Industria, por más que haya quien quiera arrastrar la producción artística a la economía en serie. No se trata de Construcción, no en el sentido de la edificación del ladrillo y el cemento. Nada que ver con la Agricultura, ni siquiera aunque pensemos en los procesos de siembra, crecimiento y florecimiento de sus trabajos, y, por favor, lo que faltaría es que se englobara en el Sector Servicios.

Hace mucho que la atención sobre el inexistente Sector de las Artes debiera haber dado sus frutos, demostrando el volumen de población al que aglutina, la manera peculiar de organizarse, las necesidades específicas no comunes con los otros cuatro Sectores tradicionales de la economía, así como los otros más transversales, adaptados a la actividad de cada ámbito y materia. Es probable que, aquello que hasta el medievo se aglutinaba en la artesanía, y que compartía rasgos de utilidad cotidiana con otros decorativos y artísticos, ahora (digamos, desde hace varios siglos), componga un conjunto de actividades cuya naturaleza reside en el propio arte creativo, más allá de otras finalidades.

Lleva el mundo artístico de nuestra geografía (y de otras), tratando de perseguir el ejercicio de su realidad, mientras nos venden la necesidad superficial de vivir en otros elementos y, sin embargo, una y otra vez chocamos en el mismo lugar: esa realidad se construye sobre un contexto artístico.

En estos días se ha puesto en marcha una muestra comprimida de esta realidad que vengo apuntando, mediante la cual, con una mínima ayuda económica, la producción se dispara entorno a las Artes Escénicas. Digamos Teatro, digamos Danza, pero digamos mucho más, porque detrás reside la literatura, la música, la plástica… y hablo sólo de lo artísticamente creativo.

Lo que surge: “sous le pavès la plage

Una muestra que, bajo el título de Surge Madrid, proporciona un sentido y coherencia a esa situación, donde se evidencia que, bajo de los adoquines había mucho más que arena de playa, porque con la arena de playa se podían hacer tantas cosas…

Es el tercer año, la idea que naciera fundamental mente del germen de dos creador@s/gestor@s (Alberto García y Natalia Ortega), ha difundido y ha pasado progresivamente a ser un proceso más colectivo. Pero al margen de esto, la cuestión es que las principales salas de Madrid (que hoy no son las más grandes, sino aquellas en las que más se agita el movimiento artístico), tienen la posibilidad de ofrecer a las compañías posibilidades de crear, producir y mostrar en poco tiempo, sin el planteamiento habitual: “¿cuánto me costará esta vez el trabajo?”.

Si los datos no me fallan, en 2014, el arranque de la muestra superaba las 80 producciones, que se distribuían entre salas y espacios de muestra, y que era obviamente inabarcable. Este mayo de 2016, las cifras se han reducido a 41 propuestas que, para esta ciudad aparentemente de tanto nivel cultural, que no se refleja más que en los telediarios, sigue desbordando en la distribución de un único mes. Lo cual no es una crítica a la existencia de una gran oferta, sino una evidencia sobre las carencias de nuestro entorno (y más adelante, quizá una propuesta reorganizativa).

Pero, si bien es cierto que existe una seria dificultad para alcanzar a la gente desde la escena, no vamos a centrarnos de nuevo en los llantos y lamentos. Porque hoy lo importante es demostrar de qué manera puede crecer un conjunto de actividades (llamémosle Sector Artístico), que no sólo muestra, sino que además, con pequeñas inversiones, puede tener retornos mayores: en forma de número de empleos, de diversificación laboral, de aporte al PIB, de cotizaciones sociales, de formación, de reinversión en otros sectores de actividad… Ah, me olvidaba, y de un elemento tan fundamental para la sociedad como es la Cultura.

No es por nostalgia de un ’68 (que, lógicamente, no pude conocer), ni por retornar a un pasado que tampoco era mejor, sino porque, precisamente, aquel Mayo se olvidaba de algo fundamental: habían salido a levantar la calle para crear algo. Y comenzaron, como tantas cosas comenzaron en nuestras revoluciones o en otras, pero lo importante estaba, como siempre, en qué hacer con tantos adoquines, qué forma darle a la arena: ya no era tiempo de erigir castillos en la playa.

Por eso, cuando digo que tras los adoquines estaba lo importante, es porque la revolución nunca llegó, y porque cada día se amaga una tras las Artes, donde creadores y creadoras tratan de esparcir los resultados de un inevitable germen que va dentro, que quiere crecer y que se queda en la mínima expresión tras el primer intento. Festivales y eventos de verano acaban por rellenar programas de mano e informativos, mientras sus verdaderos responsables no saben cómo salir adelante en el interín.

No vamos a asumir que este Surge Madrid sea precisamente una revolución (que no lo es), pero es lo que pretende: una muestra. Una muestra donde hay ciertas manos libres para proponer y para programar, con dos importantes resultados: la visibilidad y un pequeño retorno económico.

Formatos y periferias

Este año hablamos de teatro y danza en diferentes formatos, con resultados dispares, como es lógico, pero en su mayor parte con la mirada puesta en la generación de un público afín a la escena.

Hay tres grandes bloques que han integrado esta edición, que se reparten entre el teatro de texto, la danza y las acciones performáticas, pero si apuramos la mirada algo más, podemos distinguir entre una comedia más clásica frente a intervenciones diferentes sobre la escena, o entre los puros textos frente a la acción física, o a través de manipulación de objetos.

  • Desde el centenario de 1616

La clave contemporánea no ha impedido que diversas miradas de temas centrales se dirigieran hacia el doble centenario de Cervantes y Shakespeare, ya sea a partir de temas de sendos autores, o en marcos mucho más abiertos que los diseccionaran.

Apenas he podido abarcar un tercio de las propuestas del mes aproximadamente, pero una de las más compactas parte de la creación de la Compañía Tarambana con su deconstrucción de Hamlet, rehecho en una comedia muy potente, donde el argumento nace de una idea en la que todo el texto original quisiera ir más allá y decir cosas que en su día debieron ser peligrosas, y hoy, como mínimo, complejas. Un formato reelaborado, pero con un contenido potente, donde la comedia transgrede todo el original sin miedo al público y con un enorme dinamismo.

Hace unos días ya hablaba del producto de la compañía A Pie de Guerra, que en esta ocasión atrapa una parte del Quijote para reconducir hacia otras intenciones el punto de vista sobre el personaje. La pieza, en formato de danza, teatro y música en directo, se ocupa de la ingenuidad del hidalgo ante las mujeres, y de su empeño en una dignidad habitualmente dañada. Su propuesta, con un empaque bien logrado, hace recopilación de lenguajes diferentes con los que saben trabajar adecuadamente, como ya demostraron en propuestas anteriores.

Reaparece Shakespeare en el trabajo de Vaivén Teatro, en una idea sobre parte de los sonetos del autor, llevados a escena entre la tragedia y la comedia. Por supuesto, el de La Puerta Estrecha y Alma Viva Teatro, es un montaje pendiente, que seguirá en sala, y que se muestra arriesgado, aunque sólo sea por la posibilidad de contar con un gran elenco.

  • La mujer en el eje central

Por señalar al polo opuesto en la muestra, el formato de la compañía The Little Queens & Cía en su recorrido callejero de danza, reinventa una manera de dar la vuelta a las responsabilidades, dejando en manos del público la exposición a su realidad. Así, mediante un trazado sobre las esculturas de mujeres en el barrio de Malasaña, van engrosando el público que las sigue y que se hace consciente de otro entorno, el de cada día, pero donde seres inanimados subrayan la importancia de los seres vivos y de su presencia.

Absolutamente distinta es la idea de Rebeldías Mínimas, donde se a través de música dj, video, teatro y danza y a través de una irónica comedia, examinan el papel de la mujer en la sociedad japonesa, de la manera en que cuestiones tradicionales pueden convertirse en situaciones limitantes y que marcan diferencias. Igual que en el caso anterior utilizan un lenguaje múltiple que permite mirar desde ángulos diferentes al contenido de la propuesta.

Un aspecto en el que coincide el trabajo de Vuelta de Tuerca con el anterior es que trata sobre mujeres, en la idea de crítica/denuncia, con un punto de vista diferente, acerca de feminismos y pérdida de objetivos. Hay otra cercanía, que es el del formato de comedia, desde el que la visión proporciona perspectivas diversas, y abre un punto de debate respecto al tema central.

Aparece la cuestión de mujer en otras propuestas en diferentes formas, como el caso de la nueva propuesta de Mary Dörp, donde el equipo de María Escobar ofrece una pieza a la vez abierta e intimista, en la que expone Ofelias y Jacintos, en una propuesta performática que combina teatro y danza, para volcarse más en esta última. O en la Ophelia de la compañía Nada en la Nevera, trata de aproximarse también desde la temática del bardo, estableciendo un diálogo de la protagonista consigo misma en un desdoblamiento de personalidades intro y retrospectivas que abordan la cuestión del suicidio.

  • Otros entornos vistos

La obra de Sudhum Teatro propone un tema diferente, y se centra en el acoso. Si una de las principales creaciones de la compañía ha venido funcionando en diferentes países durante muchos años, y se centra en un tema similar (la persecución por homofobia), ahora hay una mirada distinta y actualizada, porque va a la raíz de otro asunto relacionado: el bulling o acoso escolar, a partir de las orientaciones sexuales diversas.

El montaje de Sala TÚ e Intemperie producciones es una estupenda propuesta, donde el autor y la puesta en escena parecen tener una gran proximidad con la línea teatral de Orton, y hay un límite difuso en el que no sabemos si se trata de aproximación al autor, parodia de la parodia de las “road movies” o puro texto libre que quiere analizar los caracteres contrapuestos.

Hay temas muy diversos, como también la propuesta de Fulminati Teatro, muy en la línea de la compañía, donde la comedia se ve envuelta por un entorno escénico llamativo y construida a partir de la fragmentación del argumento. Esta es otra de las propuestas que continuará disponible para el público.

La compañía Grumelot incide en esta ocasión en un trabajo orientado al momento político y social, en el que se evoluciona desde el período previo a las elecciones generales del pasado diciembre, para culminar en el momento actual, en el que pocos meses más tarde estamos avocados a nuevas elecciones. Es una propuesta que proviene de un equipo de su propia escuela, que continuará en el proceso, al menos, próximamente.

La idea de Winged Cranes apenas se apunta dentro de las actividades transversas de la muestra, pero su ya conocido trabajo con títeres para adultos, y en este caso con el formato del Bunraku, es muy llamativo y es evidente que dará un gran resultado. Por su parte, Santi Senso presenta un nuevo montaje, en el que quiere hablar de cadenas y prisiones frente a la toma de libertades, con un formato diferente a sus anteriores ideas.

Futuros y posibilidades

Con un tercio de las propuestas vistas, es complicado hacer una valoración de conjunto que, por otra parte, tampoco me interesa ni me corresponde. Sin embargo, ya vengo apuntando a la idea de potenciar cualquier idea de creatividad y de crecimiento de las Artes Escénicas, en este formato o, incluso, en otros más libres que compaginen espacios cerrados y compañías, pero también los espacios abiertos, como lugar de exploración y/o combinados con las salas.

Creo que debe resolverse la cuestión de la pequeña “saturación” que supone para la programación madrileña esta concentración en menos de un mes, cuestión que podría solventarse ofreciendo dos períodos mensuales a lo largo del año (sean primavera y otoño u otros), con la consiguiente mayor difusión para las propuestas, dado que se daría pie al doble de difusión en el año. De esta forma, no es necesario recortar, sino tal vez ampliar algo, pero, eso sí, diversificando horarios, ya que, salvo casos muy contados es imposible compaginar unas propuestas con otras, y la oferta horaria puede haber sido limitante para una parte del público, en cuanto que restrictiva.

Lo que podría surgir

Sinceramente, lo que sería deseable que surgiera de la muestra, antes o después, sería el debate. Un debate sobre el significado y la posición de centenares o miles de profesionales en nuestro país, que no saben dónde están, que no se plantean habitualmente qué lugar ocupan, que no reclaman, ni por asomo, lo suficiente el derecho a equipararse a otras profesiones valoradas.

Ignoro si finalmente esto queda en el dinero que se cobra por unos días de trabajo, o en la esperanza de poder preparar algo igual para el siguiente año, pero creo que el marco se presta a potenciar un amplio diálogo, centrado de una vez por todas en lo que interesa a l@s profesionales: su profesión, las Artes. Y si esto surge, la arena de playa saldrá del pavimento para contarnos su historia. Y si no, tal vez debamos conformarnos con tapar los adoquines.

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