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Mujeres libres de amor en el Motel Oh! - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

“Hay algo en los hombres que les impulsa a pensar con lo que mean”, dice Lía a Des, y luego, sobre la culpa que inopinadamente siente ésta, prosigue Lía “Es culpa del hombre si una mujer cae en el desgobierno de su propio ser. Nosotras tenemos nuestra bilis, bien lo puedo decir porque bien lo sé, y también fabricamos venganzas, pero que sepa un hombre que tanta libertad tienen ellos como nosotras, que tantos sueños caben en sus pechos como en los nuestros. ¿Qué razón cabe en sus cabezas para tratarnos así? Y yo misma, ¿por qué se lo permito?”.

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Mujeres libres de amor en el Motel Oh!

Félix Estaire y la banda de los moteros de Otelo

Motel Oh!
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Motel Oh!

Tello (Joseba Priego) con Iago (Álvaro Moreno) y la arena. Foto: Julio Castro.

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Tello (Joseba Priego) con Iago (Álvaro Moreno) y la arena. Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Dramaturgia y dirección: Félix Estaire
Intérpretes: Joseba Priego, Marta Morujo, Álvaro Moreno, Maribel Per
Diseño iluminación: Álvaro Guisado
Escenografía y vestuario: Paola de Diego
Composición y arreglos musicales: Álvaro Moreno
Ayudante de dirección: Javier Prieto
Producción ejecutiva: Ana Pedrosa
Producción: Jokoan Producciones

Julio Castro – La República Cultural

Hay algo en los hombres que les impulsa a pensar con lo que mean”, dice Lía a Des, y luego, sobre la culpa que inopinadamente siente ésta, prosigue Lía “Es culpa del hombre si una mujer cae en el desgobierno de su propio ser. Nosotras tenemos nuestra bilis, bien lo puedo decir porque bien lo sé, y también fabricamos venganzas, pero que sepa un hombre que tanta libertad tienen ellos como nosotras, que tantos sueños caben en sus pechos como en los nuestros. ¿Qué razón cabe en sus cabezas para tratarnos así? Y yo misma, ¿por qué se lo permito?”.
Félix Estaire adapta libremente el original de Shakespeare, dando unas vías mucho más independientes a sus personajes y a las relaciones de amor y, sobre todo, de odio, sobre la trama del creado por el autor primigenio. Lo que tal vez se apunta en Otelo, aquí sale a la luz como con la veladura de un cuadro, poniendo en premier plano cuestiones como la libertad que las mujeres ya conquistan por su propia mano, y que no debe depender de la voluntad de los varones, la violencia que desarrollan las relaciones sociales y profesionales, o la indiferencia que el amor y la amistad ejercen en las mismas.

La idea del texto de Félix se crea con apenas cinco personajes, de los cuales sólo aparecerán realmente cuatro, en contraste con la más de una veintena con los que cuenta el original. El peso de su desarrollo está en Dess, Tello, Lía y Iago, de manera que Ksio es un personaje que, siendo principal en el juego de la trama, ni siquiera tendrá que aparecer, ya que desde el comienzo está fuera de juego. En este sentido se aprecia el sentido de la realidad y, diría yo, del humor del autor, al evidenciar que, aparezca o no, muera o no, el que será la mano derecha del protagonista no ejerce peso alguno sobre los motivos, el nudo o el desenlace que los cuatro personajes se encargan de elaborar y librar.

Contexto diferente en entorno diferente

El entorno elegido muy diferente al pensado, en el que el juego de poder será paralelo al de la época de Otelo, pero traído a una situación actual: una banda de moteros, en la que su jerarquía es fundamental para los integrantes. Por otro lado, se evidencia el desarraigo de quienes lo conforman, de forma que lo importante son las propias relaciones que llevan adosadas consigo, mientras que lo que les rodea es pasajero.

Como cuestión adicional, la realidad de los moteros, de un motel de carretera en ruta y de un local nocturno, encuentra espacio para la música en directo, con la que el propio elenco ejercerá sus momentos de intimidad o de enfrentamiento, a través de la guitarra, el piano y la voz.

El trabajo del equipo artístico logra generar el necesario ambiente envolvente para que la historia del motel de carretera nos transporte a un paisaje del medio oeste yanqui, en algún lugar del desierto al borde de la Ruta 66. Precisamente, la situación favorece la importancia de la música dentro de la puesta en escena, que además se hace en directo.

La mujer toma su papel frente al rol machista

En esta situación, el concepto de la mujer frente al varón es únicamente la de un bien más, que debe rendirle pleitesía y ayuda, sin ser conscientes de la rebelión que se va a tejer en su entorno a cuenta del amor y los celos. Gracias al contexto elegido es posible potenciar las relaciones y los enfrentamientos aumentando los contrastes, sobre la idea de un mero texto que tape la realidad de la acción teatral de conjunto.

Cuando se trata del tema de relaciones hombre mujer, paralelamente a las de amo y subordinados, se puede ver claramente la manera en que el autor pretende romper relaciones convencionales a través del contexto. No se ha intentado generar un desajuste que sugiera la invención de unas relaciones imposibles, ni de personajes que no sean creíbles al salirse del contexto, sino que en el marco de esa banda de moteros, se permitirá que exista la evolución, creada por una mujer, para romper con las convenciones de obediencia, silencio y sumisión hacia ellas, pero también para romper con los condicionamientos de amores establecidos sin límites en un único sentido. Lo que podría tener un final igual al de Otelo, consigue un desarrollo paralelo, en el que la peor condena recae sobre ellos, sin equiparaciones

Un equipo equilibrado con distribución de pesos

Hay bastante equilibrio entre sus cuatro integrantes, permitiendo el enfrentamiento, la complicidad, el establecimiento de rangos, o la sumisión, en su caso, en los roles que tocan para cada cual. Tanto es así que, entre la creación textual y la ejecución, nadie espera que aparezca Ksio, ni se percata de que, en realidad, no ha estado ni siquiera en el momento de su muerte. La parte musical merece la pena y envuelve bien a la teatral, sobre todo con la voz de Maribel Per. Precisamente, la recepción al público será con la guitarra de Álvaro Moreno y la voz de Maribel. Si se hubiera podido contar con equipos inalámbricos para el sonido, el efecto en escena hubiera sido mucho mejor, adaptándose precisamente a un espacio más plástico.

Cada par de personajes tiene su propia escena de encuentro y/o desencuentro, aunque las mejor trabajadas están entre Joseba Priego y Álvaro Mayo, donde las situaciones de tensión permiten a Joseba elevar el tono de su personaje. Algo similar ocurre con las desarrolladas por Marta Morujo con Joseba Priego, donde se mezcla la fuerza de su movimiento (claro, en el que se podría haber jugado más con un diseño coreográfico), el ejercicio textual y el diseño de iluminación, para ofrecer momentos muy interesantes de pausa dentro de la tensión.

Respecto a la idea del diseño escenográfico, es muy interesante la que se propone en el texto, donde las paredes no tienen interés para separar los espacios, porque eso no condiciona ni ata al público, y en la puesta en escena, la diferenciación de distintos planos de actuación, llevando las acciones de enfrentamiento más duro a primer nivel, próximo al público, dan mayor potencia a la obra y muestran que no hay ningún miedo en que el resto de la acción quede oculta por la lejanía. Sin embargo, el diseño y los elementos elegidos para la puesta en pie no sugieren mucho, dificultan la idea original de cara a esa libertad del espectador, y condicionan a veces el movimiento del equipo actoral entre pasarelas y escalones, a mi modo de ver, sin necesidad.

Por otra parte, el juego del diseño de iluminaciones en primer plano sí favorece la recreación de las acciones más intensas.

Más información

El desierto acoge una huida hacia delante, un viaje que no es más que la lucha encarnizada de cuatro fuerzas que ansían prevalecer, ser. La tierra, resquebrajada por la sed, busca agua que beber. El agua, atraída por el fuego, trama la forma de poseerlo. El fuego sabe que puede con todo y con todos, pero el viento aviva tanto su garra que quizá termine por arrasarse a sí mismo…

Motel-Oh habla de celos, de lucha de clases, de envidia y de codicia. Pero también habla de relaciones, de batallas por alcanzar el destino deseado y de libertad. Si rompemos con lo establecido y buscamos la motivación en cada uno de estos cuatro personajes vemos a seres humanos sensibles y dolientes que pelean por mostrar su verdad al mundo.

Fecha: el Domingo 26 de febrero de 2017

Horario: a las 19:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Domingo 26 de febrero de 2017

Horario: a las 19:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Sábado 25 de febrero de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Domingo 19 de febrero de 2017

Horario: a las 19:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Sábado 18 de febrero de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Domingo 12 de febrero de 2017

Horario: a las 19:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Sábado 11 de febrero de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Domingo 5 de febrero de 2017

Horario: a las 19:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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Fecha: el Sábado 4 de febrero de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: Sala Nave 73 - c/ Palos de la Frontera, 5 -Embajadores- (Madrid)

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