Julio Castro – La República Cultural
Aquello que cualquiera puede temer más, o lo que otros pueden anhelar, va a ocurrirle a una persona sin que sea responsable de los sucesos que le dirigirán en adelante: un trabajador sin trascendencia va a convertirse en el Ciudadano Juan.
Francisco de los Ríos firma y dirige su propio texto con la compañía Teatro del Sótano, donde nos propone analizar de forma satírica el prototipo del ciudadano actual en su trabajo. Para su historia elige a un trabajador dentro de una fábrica en una cadena de montaje que, sin intención alguna de generar polémicas, abandona unos momentos el puesto de trabajo. A partir de ese instante se desencadenan todas las alarmas sociales y políticas, y trata de huir acosado sin saber el motivo por el que se le perseguirá y se le encarcelará en soledad.
La compañía elige un formato bufo, en el que comparte el drama con la comedia de líneas muy clownescas, desde donde genera personajes de contraste con el protagonista, que parten del humor, pero también de una clara crítica ácida contra el sistema establecido.
El desarrollo toca diferentes formas en su desarrollo, e incluye desde secuencias de proyección de video, donde un personaje analiza cómicamente el comportamiento social de las hormigas, hasta juegos de teatro de máscara con cercanía a la Comedia del Arte, e incluso una marioneta.
A través de su argumento, denuncia la situación de una sociedad dormida, acostumbrada a creer en el oficialismo de la información mediática, incluso cuando es contraria a la realidad que se observa. La parodia incluirá al juego del espionaje, la conspiración y la lucha por el poder político. Confiesa su autor que escribió esta comedia más de diez años atrás “bajo el pseudónimo de Jerzy Korda para prolongar el juego de la manipulación mas allá de la escena”, y que no imaginó que el contenido seguiría siendo actual tantos años después.
Salvo el personaje del Ciudadano Juan (Javier Lago), todos los demás realizados por el propio Francisco de los Ríos y por Jennifer Baldoria, son ejecutados como personajes múltiples (una misteriosa asesora de imagen, la mujer del protagonista, el carcelero, un espía, abogados, fiscal, juez, o un locutor de televisión).
“¿Qué color tiene el cielo cuando estamos dentro de la fábrica?”, la pregunta es la motivación del protagonista, que no comprende el jaleo que se ha organizado “¡Tanto jaleo por querer mirar el cielo!”, se sorprenderá más tarde. La comedia tiene claramente dos posibles finales (yo me inclino por uno de ellos), que podrían haber dado un carácter completamente opuesto al trabajo, si la propuesta terminase pocos minutos antes de su final real, y que podría haber convertido al género en un drama de conspiración social de contenido paródico, pero se mantiene hasta el último momento la opción de comedia bufa, más próxima a nuestra sociedad que a un film de acción.