Julio Castro – La República Cultural
La más potente dama del soul acoge la pieza con su voz de fondo, la enérgica acción de danza de Lucía Marote en este escenario, donde estrena una pieza muy diferente a todo lo anteriormente visto, y que compartirá con Poliana Lima. Así, a todas luces y con todas las fuerzas, estrenaron su pieza de danza en la muestra Surge Madrid 2017, Lucía en una explosión de movimiento, que se quiebra en el encuentro de la calma, casi quietud del cuerpo desnudo de Poliana.
El sentimiento que se mueve
No hay reserva ni ambages, ni para el encuentro, ni para el desarrollo, ni tan siquiera para lo que habrá de ocurrir en el transcurso en que se desenvuelve en el sentimiento entre ambas. Todo es danza, pero, especialmente, todo es fluidez y conexión en la traslación y comunicación de su sentimiento mutuo que une, como todo es lejanía de proximidad en el sentimiento mutuo que disgrega.
En el trabajo que ahora nos muestran han decidido apostar por los grandes contrastes que, en buena parte quieren evidenciar y que, en otros momentos, deciden entregar a la percepción del público que, inevitablemente, se ve envuelto y rodeado de la energía y la pasión que sucede en escena.
Una muestra de contrastes sin causas
Entre los contrastes, el del movimiento explosivo inicial, a la par que el sonido elevado y potente y la intensa iluminación, que más tarde veremos convertido en el sinónimo de la intimidad en las penumbras, silencio total y movimientos lentos que no dejan de ser potentes. Todo ello, apenas roto por los posteriores gritos desesperados, gritos silenciosos a veces, gritos sonoros otras.
A través del movimiento, en ciertos momentos transformados de forma pasajera en la expresión del mimo, Lucía y Poliana han logrado hacer la disección (si eso es posible) del sentimiento, del momento del nacimiento y de su evolución. No es un análisis de causas ni de consecuencias, sino que se limitan a exponer cómo es y de qué manera crece o muere. Lucía escenificará el paso de la soledad escogida, mientras que Poliana será la del vacío del abandono entorno al mismo lugar común.
Sentimiento/movimiento que fluye
La ejecución del movimiento obedece en su mayor parte al contact, un estrecho desarrollo durante la mayor intensidad del sentimiento, que derivará, precisamente, en la separación y ausencia del mismo como contraste a la acción principal.
Hay secuencias en las que, atrapado en el propio desarrollo del contenido, no alcanzo a comprender la manera en que un par de movimientos se suceden con ambas unidas. Y sin embargo ocurren. Estamos ante un territorio en el que la poética envuelve a la acción y es imposible desligar el objetivo del hecho en sí ni de su intención.
Es cierto, el final ofrece la desazón al público, como también el consuelo de la propia obra artística. Parecen encontrar amparo entre la idea de los más oscuros cubistas y el concepto de los dadaístas más luminosos, en un formato cuya plástica es el desarrollo de la danza junto al planteamiento de la idea.
Puede haber instantes que me retrotraen a algunas ideas de Luz Arcas con Koke Armero, pero son destellos de ideas, mientras que en otras me disponen a ver otros trazos de otras coreógrafas, pero la realidad es que veo mucha Lucía Marote, y mucha sinergia con otros trabajos de Poliana Lima, que es la sugerencia más fuerte que me puedo llevar.
Sinceramente, no sólo descubro a dos artistas nuevas en las que ya conocía, sin que encuentro la potencia más grande en el conjunto de su propuesta, mucho mayor que lo anteriormente visto. Quienes tengan la fortuna de poder asistir a su pieza comprenderán enseguida que es así.