Eliane Hernández Montejo – La República Cultural
Salvo algunas llamativas y extraordinarias excepciones, la pintura modernista en España es casi inexistente. En lo que a las artes plásticas se refiere, el modernismo, en nuestro país, se circunscribió casi siempre al ámbito arquitectónico y a diferentes elementos decorativos dentro de esos edificios, especialmente en Cataluña, por lo que la verdadera representación de dicho movimiento queda enclavada en el modernismo catalán.
Con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, CaixaForum dedica una exposición a uno de sus máximos representantes, Ramon Casas Carbó. Una muestra concebida como un constante diálogo entre las creaciones de Casas y las de otros pintores de la época, como su amigo Santiago Rusiñol. De forma que al contemplarlas sea posible reconocer las características que los enmarcan dentro de una misma corriente artística, pero también las notables diferencias entre ambos, como la paleta de colores, más clara en el caso de Casas dada la importancia de la luz en todas sus obras.
Durante una larga etapa de sus vidas, ambos compartieron intereses, exposiciones, temáticas, se retrataron el uno al otro e incluso llegaron a protagonizar de manera conjunta un cuadro de autoría también compartida: Santiago Rusiñol y Ramon Casas retratándose. Además, junto con Miquel Utrillo y Pere Romeu, fundaron Els Quatre Gats, un local de que durante sus seis años de existencia se caracterizó por albergar todo tipo de actividades, tanto de carácter popular como artístico.
Pero, con el tiempo, la evolución de cada uno se fue reflejando no solo en su técnica sino también en sus temáticas principales, Rusiñol se centró cada vez más en paisajes y jardines mientras Casas se convertía en un reputado retratista. Y aunque comenzó con autorretratos o retratando a amigos íntimos y familiares, para pasar después a dibujar a diferentes personajes destacados del mundo de la cultura, lo cierto es que las mujeres, uno de los temas destacados del modernismo, no tardarían en convertirse también en las principales protagonistas de muchos de los cuadros de Ramon Casas.
Ellas aparecen recreadas como elegantes y coquetas damas en algunos casos, mientras que en otros se convierten en ávidas lectoras y escritoras o en conductoras de automóviles, transformándose también, en ocasiones, en las mejores representantes del folclore nacional, ataviadas como majas, chulas o manolas. Sin olvidar los retratos de carácter intimista como Antes del baño, o la serie de desnudos que realizó en la década de 1890.
Pinturas, dibujos y carteles de Ramon Casas forman parte de una exposición en la que es posible apreciar también sus influencias e intereses gracias a la comparación con obras de Toulouse-Lautrec, John Singer Sargent, Julio Romero de Torres, Joaquín Sorolla, o Pablo Picasso, además de comprender mejor el periodo en el que vivió a través de una serie de fotografías de la época.