Julio Castro – La República Cultural
Vestimentas plateadas, ropa ajustada, otra más suelta y volátil, lentejuelas, minifaldas, shorts, chaquetas con capucha, todo es gris o plata sobre sus cuerpos… escenario oscuro, con focos muy señalados hacia lugares concretos, acciones que suben, rápidas variaciones en los ritmos, músicas más electrónicas, del blanco al rojo y viceversa. Es una creación recreación de El Curro DT.
La mirada al fracaso nunca es ajena
Queriendo, o sin quererlo, esta nueva manufactura del trabajo de El Curro DT ofrece una mirada doble, con camino de ida y vuelta. Propone el análisis de la ficción que supondría vernos ante diversas opciones en la vida, para buscar el éxito y para encontrar el fracaso: todo a la vez, todo revuelto, como en la orgía de sentimientos que se mezclan en el choque de sus personajes, y como la calma de un día al sol en la playa.
La idea construida por la compañía habla de quienes buscan el éxito, el estrellato, lo más alto de la cúspide, donde siempre está el riesgo de llegar y caer o, más aún, de caer por el camino y no llegar. Personajes que cuentan sus fracasos, que tratan de llegar al lugar deseado unos sobre otros, que de la cúspide caen y mueren. No es una historia narrada de manera lineal con un personaje, sino que cada uno de los doce integrantes son la estrella que pretenden ser y el fracaso al que llegan, o la masa que es arrastrada y que sigue o entierra a la estrella. Tod@s luchan por tratar de cumplir con su tarea, pero no sólo en el estrellato artístico, sino en el de la vida también
En sí mismo, el proceso encierra la crítica, y en sí mismo encuentra la solución o la falta de ella, porque ese toque nunca está lejano al trabajo de la compañía, y siempre encierra su intención.
Un complejo engranaje creado en movimiento
Para esta idea juegan con un formato en el que predomina la danza, donde la parte física es la base del trabajo escénico, pero donde las ideas son las que envuelven, a través de la música, de los textos o de sus propias narraciones, un recorrido en el que el éxito y el fracaso de una vida quedan al descubierto ante un mundo que quiere medir y comparar, donde nos medimos y comparamos constantemente, para ser otros, para ser, para dejar de ser.
Pueden estar hablando de un personaje protagonista, visto desde múltiples facetas de su evolución personal, o podemos asumir que se trata de numerosas miradas al trayecto y resultado de distintas personas fracasadas en su intento. La acción se ve convertida en un trabajo en equipo, en el que encontramos solos, pasos a dos, acciones entorno a la danza urbana, contacto…, en dos momentos se forma una enorme melé que acaba en una especie de orgía, donde se encuentra cada uno de los fragmentos del personaje que tratan de recorrer, o que se convierte en el pozo de los fracasados que relatan su historia, pero ell@s no paran de hablar al micrófono, de contar, de recordar.
Todo elemento suma a la acción, desde músicas de distintos estilos y épocas, hasta proyecciones de textos con largas reflexiones que, ni interrumpen la parte escénica, ni son interrumpidas por estas, ya que en parte son opcionales. Pero también se juega con distintos elementos, como aros, iluminación con luces estroboscópicas que no sitúan en discotecas o shows de otra época, y voces en off y creadas en directo a través de un micro que pasa de mano en mano acorde al movimiento individual dentro del conjunto.
El trabajo de coordinación es bastante espectacular, ya que parece emular un movimiento aleatorio en ciertos momentos, pero lo cierto es que hay una intención y un fin en cada acción. Pero también llama la atención el volumen de información que se proporciona a través del conjunto de su trabajo, propiciando que el público no sea inerte, ni pueda quedar inocente, siempre que su mirada siga la propuesta. Numerosa imágenes muy potentes, y secuencias que son capaces de trasladar la idea principal y sus detalles, y aunque el argumento contiene ideas diversas que conectan entre sí, al estilo de El Curro DT, crean sus propios retablos de imagen y de acción.
Crear recreándose
Es preciso decir que este año es de aniversario para la compañía y que, como casi siempre, saben reinventarse y reelaborarse. La apuesta en esta ocasión pasaba por formar a un grupo de jóvenes artistas, para rehacer o repensar sus propias manufacturas de éxito de décadas pasadas. En esta ocasión deciden ser ell@s quienes harán de aprendices ante el resto de la manada, para ver qué sale de toda un nuevo desarrollo. Y el producto es este, que se muestra como estreno en Surge Madrid, con una hechura que se encaja de manera muy precisa en los parámetros de la compañía, pero que desborda completamente en su desarrollo ante el público.
Quizá el concepto es que el hijo mata al padre, como buen Edipo, y que el discípulo supera al maestro, como buen aristotélico. Pero la realidad se complica en la creación de este trabajo, ya que los propios creadores originarios participan aquí como uno más, o incluso a las órdenes de la nueva generación dispuesta a proponer algo diferente partiendo de un espacio creativo no impuesto. Así que no sabemos quién precede a quién, pero cuando nos encontramos con un tema como With a little help from my frend, seguramente podemos esperar que, no sólo es una idea que mira desde el escenario hacia el público, sino que habla del propio proceso de creación.
Lo cierto es que es un trabajo de gran formato (al menos para estos tiempos) de los que resultan más sugerentes y propositivos en la acción física y en la plástica, aunque en esto, si recorremos el bagaje de El Curro DT, tienen ya sus precedentes.