Julio Castro – La República Cultural
Veintiocho sketch diferentes y cerca de 80 personajes son los que las chicas de la compañía Pombo Teatro sacan a escena en menos de hora y media. Sea por separado en dúos o tríos, es un desembarco con el telón de fondo de un programa radiofónico que da título a la obra: Matar X Matar.
Con este trabajo de Vanessa Palomo, las tres actrices Pili Palomo, Paloma del Campo y Laura Garmo dan rienda suelta a la ironía de encontrarse con el deseo de matar al que tienes al lado, con motivo de la cosa más nimia que pueda pasársete por la cabeza en un día poco acertado.
El humor del texto, muchas veces de lo más negro, hacen que el absurdo llegue a parecer lo más normal del mundo, casi al comienzo de la representación una ancianita, con su rosario y crucifijo colgados del brazo, se harta de la chica que remueve el café sin cesar en la mesa de al lado. Cuando ésta decide darle la explicación correspondiente, todo se desata: la nerviosa anciana saca un pistolón del bolso y se lo descarga a la joven.
Desde ese momento, todo va in crescendo, la risa y las situaciones. Los espacios más largos entre escena y escena se cubren con el sonido del programa radiofónico que, desde la participación de sus oyentes hasta los anuncios es mortal de necesidad. Es la parodia del espantoso programa Hablar por hablar de una conocida cadena de radio. Y es que a veces es pa’ matal-los.
A medida que avanza la representación todo va cambiando, tenemos sketch cortos y más largos, pero algunos ya llegan a ser brevísimos y sólo de palabra: “era del PP, no podía hacer otra cosa” momento en que una mujer se lanza a los brazos del (la) protagonista de esta explicación. Luego otro personaje al que le pisan en el autobús, explicará que, en definitiva, esa muerte es culpa del zapatero (mientras pone su dedo sobre la ceja). Así que hay para casi todo el mundo en esta historia. Tan casi para todo el mundo, que al principio la espuma de afeitar de un degollado, salta democráticamente entre los espectadores.
Entre parodias, historias de cuño propio y todo tipo de cuestiones, se desliza una pequeña obsesión con el deporte, hasta que caen el marido pesado y desconsiderado, el imbécil que falló un tiro a puerta estando solo… y todo lo que cualquiera pueda imaginarse en el aspecto que sea de la vida y de nuestra sociedad. Ni los enfermos se salvan: si no te curas con el tratamiento, no vas a romper las estadísticas.
En cuanto a la representación, es admirable la agilidad con que se desenvuelve todo, la organización que se nota en el trabajo y hay que señalar la dificultad de meterse en cada uno de los diferentes papeles, con cambios de vestuario por medio, disposición de los elementos que usan en escena y sin un solo fallo, que desencadenaría un problema para los que vienen detrás.
Para rematar el espectáculo, la famosa Sabrina saldrá a enseñar sus melones, pero todo acabará en desastre y bronca con la propia autora de la obra. Y es que muere hasta el apuntador, ya se sabe: matar x matar.