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Potestad, sin patria, arrebatadora denuncia de los crímenes fascistas - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Hay trabajos impactantes por la realización, otros por el montaje, otros tienen un argumento muy trabajado y algunos un texto que se sale. Los hay que consiguen una coordinación fabulosa entre los intérpretes, están los que incluyen una música o una coreografía poco comunes… Potestad no tiene nada que ver con estas peculiaridades: se las salta, es un trabajo que nace del sufrimiento de miles de corazones pisoteados por los animales del terror, para llegar a los oídos de quienes ignoran su propia realidad. La obra creada por Eduardo Pavlovsky consigue dar una visión nada común al resultado de los horrores de la dictadura militar argentina, concretamente acerca de los secuestros de niños de las víctimas de su masacre. Claro, pensamos que es un tema zanjado, o en vías de terminar, cuando en realidad es algo candente, que puede llevar décadas aún, en que aquellas criaturas, hoy hombres y mujeres, acaben por darse cuenta de que algo raro hay en sus historias, sus orígenes, sus recuerdos, aquellos sueños recurrentes con otra madre, otro padre, otro lugar…

Potestad, sin patria, arrebatadora denuncia de los crímenes fascistas

Un texto irónico sobre la hipocresía de los secuestradores de niños en la dictadura Argentina

Potestad
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Estaban en la cama, con la cara destrozada, pero lo merecían, eran rojos…
Foto: Julio Castro.

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Aquel sábado, a las 15:30… Es Hugo Kogan y los dos personajes ausentes.
Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Autor: Eduardo Pavlovsky
Compañía: Teatro La Granada
Intérprete: Hugo Kogan

Julio Castro – La República Cultural

Hay trabajos impactantes por la realización, otros por el montaje, otros tienen un argumento muy trabajado y algunos un texto que se sale. Los hay que consiguen una coordinación fabulosa entre los intérpretes, están los que incluyen una música o una coreografía poco comunes… Potestad no tiene nada que ver con estas peculiaridades: se las salta, es un trabajo que nace del sufrimiento de miles de corazones pisoteados por los animales del terror, para llegar a los oídos de quienes ignoran su propia realidad.

La obra creada por Eduardo Pavlovsky consigue dar una visión nada común al resultado de los horrores de la dictadura militar argentina, concretamente acerca de los secuestros de niños de las víctimas de su masacre. Claro, pensamos que es un tema zanjado, o en vías de terminar, cuando en realidad es algo candente, que puede llevar décadas aún, en que aquellas criaturas, hoy hombres y mujeres, acaben por darse cuenta de que algo raro hay en sus historias, sus orígenes, sus recuerdos, aquellos sueños recurrentes con otra madre, otro padre, otro lugar…

Casualmente conocí hace unos años la iniciativa de Teatro x la Identidad, que actores y dramaturgos argentinos pusieron en marcha para intentar buscar, primero en su país, luego incluso en Europa, a personas que pudieran darse cuenta de su origen real, frente al engaño en que habían vivido sumidos. Ahora me llega la oportunidad de ver este trabajo que pone en escena Hugo Kogan, y que no es más del o mismo, sino la hipocresía plasmada en la cara de los padres secuestradores, ladrones de vidas que ahora quieren hacerse pasar por víctimas, tras pisotear a las auténticas que sufrieron el horror.

Serían tres personajes los que encarnarían esta historia, además de la niña robada, pero todos ellos los suplanta, los cita y los describe el único intérprete en escena. Es grande la expresividad de este actor, así como los cambios de registros que hace a lo largo de la función. Comienza en un tono alto, que parece que tendrá que ir a menos, pero logra llegar a unas cotas elevadísimas de tensión que hacen al público mantenerse necesariamente atados a ese hilo argumental que, partiendo de una aparente nimiedad de la vida, consigue desenrollar una madeja que atará presente, pasado y un futuro incierto para unos, nuevo para otros, injusto para todos a resultas de los crímenes fascistas.

Reconozco que hay un instante hacia los 25’ de desarrollo, en que pienso en irme por la dureza, no de la obra en sí, sino de lo que representa en mi imaginación aquello que veo venir inexorablemente. Pero el actor y el trabajo lo valen, así que me niego a darme por vencido, asumo que quienes lo sufrieron pasaron mucho más y no pudieron huir.

No deja de martillarme en la cabeza que es la punta del iceberg. Que aquí tenemos cosas aún peores que no se han destapado ¿dónde están los niños robados por los malditos fascistas en España? ¿Qué hicieron con ellos? ¿por qué se nos niega justicia a los españoles y se exige a los argentinos, chilenos, ruandeses…? ¿Qué tipo de “democracia” es esta?

Mi amiga Carmen me envía una demanda que, precisamente en Argentina, han cursado las víctimas del franquismo que aquí no pueden hacer prosperar. Habla de niños y niñas, de cómo se les robó de sus padres, en las casas, en las cárceles, y se puso a disposición de otras familias, o de sucios colegios de la iglesia católica, con su mente retorcida, que harían lo posible para distorsionar las mentes y castigar el alma de esas pobres criaturas. Y me acuerdo del autor Carlos Giménez, y su Paracuellos, y otros trabajos, y lo que me apuntaba acerca de lo vivido en la infancia.

Casi a la par, dos días después, presencio como alguien cercano narra algo que ha callado toda la vida: que tuvo un hermano y se lo llevaron, en Valencia, porque había nacido fuera del matrimonio. La madre nunca llegó a saber nada de él, de Santiago. Estas historias en España son miles, y los silencios por miedo y por la costumbre al miedo, son otro tanto. ¡Ya basta!

Cuando la obra acaba, me paro unos minutos con Hugo Kogan, y como viene a cuento, tras darle la enhorabuena por su trabajo, le señalo el trabajo que está por hacer aquí y en el que nos llevan años de ventaja “Ah, sí, leí algo acá estos días acerca del juez. Algún día…” Claro, algún día dejaremos de criminalizar a los inmigrantes ¿los “sudacas”, no? ¿Los “negratas”? ¿Los “moros”? Y la casa sin barrer.

Gracias por este trabajo, que no queda en los límites del Cono Sur, porque aquí las responsabilidades aún se sientan en los despachos, senado y parlamentos. Tristes guerras: que paguen los criminales fascistas.

Fecha: el Domingo 2 de mayo de 2010

Horario: a las 20:00h

Lugar: Sala El Montacargas - c/ Antillón, 19 -Puerta del Ángel- (Madrid)

Entradas: 12€ (reducida: 8€)
Información y reservas:
Tfno: 91 526 11 73
Correo-e: elmontacargas@yahoo.es
Para más información:

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Fecha: el Domingo 2 de mayo de 2010

Horario: a las 20:00h

Lugar: Sala El Montacargas - c/ Antillón, 19 -Puerta del Ángel- (Madrid)

Entradas: 12€ (reducida: 8€)
Información y reservas:
Tfno: 91 526 11 73
Correo-e: elmontacargas@yahoo.es
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Fecha:

del Jueves 29 de abril de 2010 al Sábado 1ro de mayo de 2010 Horario: a las 21:00h

Lugar: Sala El Montacargas - c/ Antillón, 19 -Puerta del Ángel- (Madrid)

Entradas: 12€ (reducida: 8€)
Información y reservas:
Tfno: 91 526 11 73
Correo-e: elmontacargas@yahoo.es
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