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Petros Márkaris y Fernando Marías, para un martes y trece sin desgracias - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

La Semana Negra de Gijón siempre ha estado abierta, por lo inquieto de su carácter y por su sentido de mestizaje, a otras lenguas. De Grecia viene Petros Márkaris, un escritor que utiliza la novela negra para retratar la sociedad de su país. Se expresó en francés que la traductora Lourdes Pérez fue desentrañando para los periodistas en el sótano del Hotel Don Manuel, lugar en el que se vienen celebrando tradicionalmente las ruedas de prensa. Son seis las novelas que tiene publicadas en España, y una más, una especie de autobiografía, en su país. Taibo explica como preámbulo que el género negro es la novela social de nuestros días. El personaje principal de las historias de Márkaris es el inspector Jaritos, un policía con una vida familiar compleja, de pasado oscuro y con una personalidad malhumorada hacia el que tiene que perseguir. Es molesto para el sistema porque investiga lo que no tenía que investigar. Con cada caso te va contando la realidad de Grecia.

Petros Márkaris y Fernando Marías, para un martes y trece sin desgracias

Semana Negra. 13.07.2010
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Semana Negra. 13.07.2010

Portada del número 3 de este año del periódico de la Semana Negra: A Quemarropa
Foto: ® Javi Álvarez

Semana Negra. 13.07.2010
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Semana Negra. 13.07.2010

Fernando Marías
Foto: ® Javi Álvarez

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Javi Álvarez – La República Cultural

El retrato de la sociedad griega. "Los griegos estamos haciendo esfuerzos muy grandes sin saber si van a servir para algo"

La Semana Negra de Gijón siempre ha estado abierta, por lo inquieto de su carácter y por su sentido de mestizaje, a otras lenguas. De Grecia viene Petros Márkaris, un escritor que utiliza la novela negra para retratar la sociedad de su país. Se expresó en francés que la traductora Lourdes Pérez fue desentrañando para los periodistas en el sótano del Hotel Don Manuel, lugar en el que se vienen celebrando tradicionalmente las ruedas de prensa. Son seis las novelas que tiene publicadas en España, y una más, una especie de autobiografía, en su país.

Taibo explica como preámbulo que el género negro es la novela social de nuestros días. El personaje principal de las historias de Márkaris es el inspector Jaritos, un policía con una vida familiar compleja, de pasado oscuro y con una personalidad malhumorada hacia el que tiene que perseguir. Es molesto para el sistema porque investiga lo que no tenía que investigar. Con cada caso te va contando la realidad de Grecia.

Márkaris cuenta que lo suyo con la novela fue una vocación tardía. Se dedicaba a escribir guiones para la televisión. Con la serie Anatomía de un crimen estaba alcanzando un gran éxito. Después de tres temporadas y unos 75 guiones para ella, se encontraba agotado, así que habló con el responsable de televisión y le dijo que no podía seguir. Se sorprendió, pues todo en la serie iba fenomenal, estaba produciendo un montón de dinero para todos… así que convenció a Márkaris para que hiciera un guión más y luego hablarían de nuevo. Se puso a escribirlo, pero mientras lo hacía se encontró con una familia de tres personas sobre su mesa de trabajo. Era una familia pequeño burguesa, así que su primera reacción fue pedirles que se fueran, pues ya estaba todo dicho sobre ellas y a él no le apetecía hacer nada con ellos. Pero el hombre era muy persistente, volvía cada mañana. Al cabo de un mes le resultaba ya una tortura su presencia, tanto le hacía sufrir que sólo podía ser una de estas dos cosas: o policía o dentista. Asumió que era un policía y se dio cuenta que ya conocía mucho de él. De esta forma nació Jaritos y su familia.

Escribe novela negra porque en estos momentos es la principal manera de escribir con un trasfondo socio-político. Márkaris se considera una persona de izquierdas desde su juventud, interesado en las cuestiones sociales y políticas, así que la única forma de expresarlas que encontró fue la novela negra, ningún otro género las aborda con esta profundidad. Ahora hay muchos escritores en su país con gran interés por este género y allí está de moda. No sabe si es la crisis lo que ha motivado este resurgimiento, aunque lo duda. Señala que ahora en Grecia hay diez autores jóvenes muy interesantes que trabajan con novela negra.

Ha colaborado asiduamente con el director de cine Theo Angelopoulos y también con Costa-Gavras. Su afinidad política es más cercana a la Angelopoulos con el que le une un trabajo juntos de cuarenta años. Petros y Theo son diametralmente diferentes, tal vez esas diferencias sean el motivo de una amistad tan duradera. Su trabajo de guionista nada tiene que ver con el de novelista. Cuando trabaja escribiendo para el cine no es autónomo, se adapta a las ideas del director, comportándose como su ayudante. Taibo está interesado en invitar a Costa-Gavras a la Semana Negra del próximo año y Márkaris se compromete a transmitirle la invitación y a traerle.

Es esta su tercera visita a la Semana Negra. Dice que ha visitado decenas de festivales a lo largo de Europa, pero que este le sigue pareciendo único porque no es exclusivamente un festival, sino una fiesta de la novela negra. No se conforma con las presentaciones de los libros y que los autores hablen con el público, es un punto de encuentro entre escritores que durante unos días comparten sus experiencias.

Las ventas de libros en Grecia han bajado un 40%, es un dato objetivo y también una causa directa de la crisis. En su país, la virulencia de la crisis se ha vivido en las calles, donde sus ciudadanos han salido a protestar y a luchar en defensa de sus trabajos y condiciones, a señalar a los culpables. Márkaris no rehuye hablar de estos temas. Indica que los griegos en estos momentos están viviendo una situación muy dura. Su opinión es que en octubre Grecia se habrá convertido en otro país diferente. No es optimista, no tiene claro que el nuevo país sea mejor que el que han tenido estos años. El futuro se ve muy oscuro y lo peor es que los griegos no saben si todos sus sacrificios y esfuerzos servirán para algo. Todas las medidas van orientadas con el objetivo de tener una salida de la crisis en el 2012. Duda si en esas fechas el país habrá salido para delante o habrá sido destruido. La incertidumbre es generalizada para todo el mundo.

No podía faltar la fantasía y la realidad de Fernando Marías. "Voy a contarles una historia real de erotismo que me ocurrió a mí"

Cuando uno se acerca más tarde a la Semana Negra de Gijón se encuentra con que el tráfico aumenta, pues mucha gente viene buscando, a esas horas en las que ya ha finalizado la jornada laboral, la parte de feria de atracciones y copas que tiene la Semana. No buscan las carpas literarias, ni las de exposiciones, ni las casetas de los libreros, sino ese otro espacio con el que se convive. Hay sitio para todos, para pasear de un lado a otro, para divertirse con las diferentes oferta lúdicas, para elegir, para mezclarse y para que surja una contaminación que nos enriquezca a todos. A esas horas no quedan bañistas en la playa, han recogido las toallas, sombrillas y demás artilugios y han desaparecido. Me cuenta Alberdi que el nombre de la playa viene de la palabra "arbeyos" que es como se llaman a los guisantes en asturiano. Añade también que a la playa antigua de La Calzada se la conocía popularmente como "la playa de la Casera" porque estaba situada al lado de una fábrica de gaseosas de esa marca.

En la carpa del Encuentro, Fernando Marías presenta su novela Todo el amor y casi toda la muerte. Su presencia en la Semana Negra siempre tiene algo de especial, incluso mitológico, así que la carpa se llena de otros escritores que quieren escucharle contar sus historias. Que no es una presentación como las demás se perfila desde el principio, cuando se sienta sólo, o eso parece, sobre la mesa. Dice que con él y sentados en las sillas se encuentran dos espectros a los que presenta: el de una mujer y el de un hombre invisible que nos están mirando a todos. También hay una mujer real que no ha subido a la mesa por vergüenza, pero que está entre el público y nos incentiva para que averigüemos quién es. Señala entonces su camiseta y dice que la elección de la prenda no ha sido casual, que explica algo. Es un polo ajedrezado con dos colores, un azul suave y un tono marrón tierra. Dice que inicialmente había pensado en una camiseta partida en dos colores para representar la doble identidad que posee de un Fernando Marías bueno y de otro malo, una especie de doctor Jekyll y de señor Hyde propia. Pero las dobles personalidades son siempre más complejas, no se pueden separar por un línea, se mezclan, como los colores de la camiseta. Así que nos propone otro acertijo, averiguar que color corresponde a cada Fernando.

Anticipa que va a contarnos una historia real de erotismo que le ocurrió a él. Es algo dolorosa. Comienza diciendo "yo era una persona feliz" y las palabras que vienen después desgranan la historia y sirven para explicar la génesis del libro.

Escribir suele ser una lucha de los dos colores de la camiseta, un tira y afloja, que saca al exterior los fantasmas propios, pues en toda novela el escritor habla de sí mismo. Si no es así, no vale para nada. Todo libro supone un cambio. El fracaso es la puerta del éxito para una persona inteligente.

Marías se planteó lo que quería contar y lo trasladó a la novela. Se dio cuenta que no podía hacerlo con una sola persona, una sola historia y un sólo género. Así que escribió un novela negra emocional donde lo que trataba de desentrañar era por qué había apretado el gatillo el asesino. Creó una novela romántica para contar una historia de amor oscuro sobre los delirios del deseo y narrar algo que en realidad no es amor. Y finalmente una historia de corte fantástico de un soldado que tiene un idilio con una mujer que vive en el fondo del mar y con la que logra los mayores éxtasis posibles. Con estos tres elementos construyó la novela.

Marías se confiesa cuando comenta que antes pensaba que escuchaba a las mujeres, pero no era así. Ahora ha aprendido, por eso bendice a aquellos fantasmas que aparecieron en su momento. Se queda mirando la portada, La leyenda de Andrómeda de Gustavo Moré. Señala que en ella está la esencia del libro, no en la mujer desnuda del centro de la imagen que es una trampa para engañar y atraer, sino más abajo, en el monstruo escondido que apenas se ve. Esa es la clave del libro, la que representa el delirio del deseo. Marías insiste en que todos necesitamos vivir una pasión sexual que nos ponga al borde del abismo para que podamos valorar la vida y lo que trae.

La novela está escrita con el corazón y recomienda que miremos la portada pero que no lo compremos, pues su lectura provoca en las personas melancolía y una fuerte amenaza de dejarse llevar por delirios y pasiones. A él, sin embargo, escribirlo le ha servido para lograr la serenidad.

Al final, mirando al público a los ojos propone un acertijo más: "¿Cuáles de todas las palabras han sido mentira y cuales verdad? Yo les digo que todo ha sido verdad. Lo ha dicho la parte de mí que no miente".

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