Blanca Vázquez - La República Cultural
Sexo, mentiras y cintas de video fue el espaldarazo de Steven Soderberg, con quién comenzamos a apreciar el cine independiente americano. Pero etiquetar a este chico de raíces suecas de director Indie seria muy inexacto, pues en veinte años de carrera ha flirteado con el cine comercial (Erin Brockovich, Traffic, la saga Ocean´s) tanto más que con proyectos extraños o más personales (Schizopolis, The Underneath, las dos producciones sobre Ernesto, Che, Guevara ). Se estrena ahora en DVD y Blu-Ray la última experiencia visual del director de Atlanta, una producción elegante con un pie en la crónica social de nuestros tiempos de crisis. The Girlfriend Experience es una joya inusual en la sección de alquiler.
Ya sea porque a Soderberg le gusta ser audaz, ya porque en sus proyectos más personales quiera capturar lo que de real pueda ofrecer el cine, al puro estilo Cassavettes, la actriz del casting viene de una exitosa y rápida carrera en el cine porno. Esto le confiere una mirada especial al personaje, una prostituta acompañante de hombres de negocios, que sin embargo, carece del carisma y la expresividad que pueda aportar una actriz profesional de la interpretación.
En todo caso lo que subyace de importante en el film, bajo una estética de largos planos generales, desenfoques, penumbras, flashbacks y flashforward es el retrato que el director y los guionistas David Levien y Brian Koppelman hacen del advenimiento de la crisis económica en la gran urbe (lo mismo puede servir para Londres, París, Barcelona o Roma), los miedos y ansiedades que conllevan los cambios de un infinito crecimiento que no puede seguir dándose; lo vendida que tenemos el alma al dios dinero; o el cóctel que la palabra crisis contiene: crisis moral, económica, ética o de valores, cultural, etc. Todo bien espolvoreado con dosis de autoengaño. Terrible, pero cierto, esta real pretty woman, que nos vendió Garry Marshall en los noventa, cuyo auténtico final sería que el cliente, Richard Gere, le paga sus servicios el último día y le aconseja que invierta en oro, pues los tiempos son propicios.
Con el supuesto reportaje que un periodista prepara sobre Chelsea (Sasha Grey), a modo de modesto argumento, Soderberg desliza por nuestros ojos, de manera contemplativa, el estado de las relaciones sentimentales entre los hombres de cierto poder adquisitivo. Chelsea lo aclara fríamente, no soy yo quien les interesa, pagan para que seas como ellos quieren, dócil y que les escuches. Ir de compras, mantener un cierto estatus de mujer exquisita, y sobre todo complaciente. Geishas perfectas de los tiempos modernos.
Otra cara de la crisis la pone Wendy, una joven en busca de mejores oportunidades para luchar contra el paro que la desaceleración económica ha ocasionado en Norteamérica. Kelly Reichardt (Old Joy, River of Grass) expresa con profundidad conmovedora la desolación de una joven sin futuro buscadora de empleo que se dirige a Alaska en un destartalado automóvil junto a su perra Lucy en la entrañable Wendy and Lucy, nueva colección de películas presentadas por "Cahiers du cinéma España", oportunidad para no perdernos un importante, necesario y sólido cine contemporáneo. La decadencia moral en la América del comienzo de la era Obama se vislumbra atrozmente triste, tanto en la vacua vida de los personajes de Soderberg como los de Reichardt. Imprescindibles.
También se estrena en DVD: