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Uribe, el Grupo Prisa, Vargas Llosa, los príncipes y más vergüenzas en La puta y el gigante - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

El texto, la voz, el cuerpo y un foco, pareciera lo único que le bastan a Marco Canale para poner en escena este trabajo propio del dramaturgo, que ahora se expone para contar lo que le sale y le desborda el alma, no con un sentimiento de rabia, sino, como él mismo explicará, de vergüenza. Porque es lo que genera la historia de Colombia y la tergiversación que tanta gentuza ha venido haciendo para convertir los crímenes de Uribe, los militares y los paramilitares, en un suceso anecdótico e inevitable que justifique la voracidad de los elementos fascistas, convertidos en capitalistas de pro… o prohombres, como quiso tildar Gabriela Cañas a semejante elemento: ese “gran Uribe”. Se me viene al corazón que lo de Canale es “estrenar en seco”, quiero decir, que la dureza y la escasez de medios utilizados engrandecen su trabajo, y magnifican lo que otros tampoco tienen. El texto es directo, el autor es valiente y honesto, sarcástico a veces, irónico otras, cruel, porque cuenta crueldades… El actor reúne estas cualidades para hacer su trabajo en primera persona, evitando que otro hable de lo que dijo aquel. De hecho, así ironiza en cierta manera, cuando parece imitar lo que ellos hacen para manipular la verdad. La obra se centrará en los crímenes y en sus colaboradores necesarios, como lo debe haber sido el diario El País, el Grupo Prisa (dueño del anterior), sus directores y sus periodistas, a partir de los cuales se centrará en la sucia labor llevada a cabo en este caso (y seguro que en otros) por Maite Rico y su marido Bertrand de la Grange, que durante años han llevado a cabo ese deleznable ejercicio mediante el cual todo lo que suene a revolucionario se puede traducir a sus viles conceptos económicos, o al menos habrá que tratar de mostrarlo como perversión, en tanto que el poder establecido debe ser loado por los costados. Pero si este diario, con poder incalculable en Latinoamérica, es uno de los pilares del argumento, el autor tiene una especial habilidad para ir enlazando un tema con otro, y de fondo otra mente retorcida, como la de Vargas Llosa, otro vividor a costa de víctimas, que ejerce su palabra contra los desamparados a través de El País, justificando u ocultando crímenes por medio de los que comenten las FARC. Así que Marco Canale lo coloca como juez del Tribunal Supremo, con Miguel Ángel Bastenier a su lado… y uno ya no tiene claro quién es el gigante, si el propio Uribe que se adueñó de las tierras, e incluso encarceló a su primo (vecino de tierras) por ser jefe de los paramilitares, o Vargas Llosa, o el grupo Prisa,… y quién es la Puta Culta, si será Bastenier, la rico y esposo, o Gabriela Cañas y su entrevista digna de la revista Hola.

Uribe, el Grupo Prisa, Vargas Llosa, los príncipes y más vergüenzas en La puta y el gigante

Marco Canale pone los puntos sobre las íes con un duro estreno en Escena Contemporánea

La puta y el gigante
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La puta y el gigante

Marco Canaley el Gigante Uribe.
Foto: Julio Castro.

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Marco Canale durante la función.
Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Texto, interpretación y dirección: Marco Canale
Ayudante de dirección e interpretación: Patricia Orantes
Iluminación: Fernando Renjifo
Producción: Marco Canale y Escena Contemporánea
Con el apoyo de: Iberescena
Duración: 60’

Para más información:
Escena Contemporánea
Programación en pdf

Julio Castro – La República Cultural

El texto, la voz, el cuerpo y un foco, pareciera lo único que le bastan a Marco Canale para poner en escena este trabajo propio del dramaturgo, que ahora se expone para contar lo que le sale y le desborda el alma, no con un sentimiento de rabia, sino, como él mismo explicará, de vergüenza. Porque es lo que genera la historia de Colombia y la tergiversación que tanta gentuza ha venido haciendo para convertir los crímenes de Uribe, los militares y los paramilitares, en un suceso anecdótico e inevitable que justifique la voracidad de los elementos fascistas, convertidos en capitalistas de pro… o prohombres, como quiso tildar Gabriela Cañas a semejante elemento: ese “gran Uribe”.

Se me viene al corazón que lo de Canale es “estrenar en seco”, quiero decir, que la dureza y la escasez de medios utilizados engrandecen su trabajo, y magnifican lo que otros tampoco tienen. El texto es directo, el autor es valiente y honesto, sarcástico a veces, irónico otras, cruel, porque cuenta crueldades… El actor reúne estas cualidades para hacer su trabajo en primera persona, evitando que otro hable de lo que dijo aquel. De hecho, así ironiza en cierta manera, cuando parece imitar lo que ellos hacen para manipular la verdad. La obra se centrará en los crímenes y en sus colaboradores necesarios, como lo debe haber sido el diario El País, el Grupo Prisa (dueño del anterior), sus directores y sus periodistas, a partir de los cuales se centrará en la sucia labor llevada a cabo en este caso (y seguro que en otros) por Maite Rico y su marido Bertrand de la Grange, que durante años han llevado a cabo ese deleznable ejercicio mediante el cual todo lo que suene a revolucionario se puede traducir a sus viles conceptos económicos, o al menos habrá que tratar de mostrarlo como perversión, en tanto que el poder establecido debe ser loado por los costados. Pero si este diario, con poder incalculable en Latinoamérica, es uno de los pilares del argumento, el autor tiene una especial habilidad para ir enlazando un tema con otro, y de fondo otra mente retorcida, como la de Vargas Llosa, otro vividor a costa de víctimas, que ejerce su palabra contra los desamparados a través de El País, justificando u ocultando crímenes por medio de los que comenten las FARC. Así que Marco Canale lo coloca como juez del Tribunal Supremo, con Miguel Ángel Bastenier a su lado… y uno ya no tiene claro quién es el gigante, si el propio Uribe que se adueñó de las tierras, e incluso encarceló a su primo (vecino de tierras) por ser jefe de los paramilitares, o Vargas Llosa, o el grupo Prisa,… y quién es la Puta Culta, si será Bastenier, la rico y esposo, o Gabriela Cañas y su entrevista digna de la revista Hola.

La escenificación, tan sólo palabra y sombra, de cuerpos mutilados, de atrocidades cometidas… la documentación grosso modo de lo que hubo y hay en Colombia, como en otros lugares de Latinoamérica, deja helado al público más escéptico que pueda asistir a su trabajo, porque no precisa de más recursos para poner los pelos de punta, con verdades completamente verificables en distintos lugares… salvo en El País, claro. Y si bien el autor, dramaturgo y actor, cree que esto no tendrá mayores consecuencias, es responsable y comprometido, por lo que decide dar la cara: “Es necesario escribir esta obra con nombres y apellidos. Pero hay que elegir, rodear con cientos de hormigas a las palabras para que las indispensables subsistan”. Y un texto que comienza así, y luego es consecuente, no puede ser ignorado, no puede quedar en la indiferencia. Marco Canale es capaz de sorprenderse de asustarse sí mismo con lo ocurrido, con lo que está ocurriendo, por eso no es sorpresa descubrir que al acabar se le queda esa imagen de quien lo ha dicho todo, de quien ha soltado una pesadísima carga, distinta de quien recita en un estreno, porque aquí, el actor-dramaturgo deja latiendo el cotazón en el escenario.

Por la obra desfilan las vergüenzas y los sinvergüenzas, que desde Uribe, o los directores del periodicucho y sus amos apoyan los crímenes, hasta el principito Felipe de Borbón entregando todo orgulloso un premio de derechos humanos por la labor del criminal, con Letizia y su zeta de fondo, o la Repsol, la ya clásica United Fruit Company, conniventes y testigos mudos de las masacres tapadas por esta nuestra prensa, tanto en España como en Colombia. Y de fondo el gran premio Nobel, al que Canale titulara hace año y medio como “desnobelado”, y que ahora, reconoce, ha tenido que corregir en su trabajo.

Y me gustaría llorar
o prender fuego a El País
o a esta jaula
e irme a vivir.

Solo
salir
a
vivir.

Si este estreno en Escena Contemporánea es para apenas tres días, comentamos al final que debiera prolongarse, y el propio director del festival, Alberto Nuñez, afirma “si estuviese un mes, seguiría llenando”, y no nos cabe la menor duda, pero ¿habrá suficientes espacios para la verdad en nuestro país?, no, no su El País, sino en nuestro país.

Quién esté interesado puede acceder al texto de la obra por 8€, editada en Artezblai (http://www.artezblai.com), con prólogo de Laura Corcuera y Pepe Henríquez, y comprobará que el compromiso comienza en Marco Canale, pero sigue en sus prologuistas, sin duda, porque el tema lo merece y porque su trabajo vale este apoyo.

Sinópsis

En 2009 el autor y director Marco Canale (Buenos Aires, 1977) acude a un taller impartido por Angélica Liddell en Guatemala. Se plantea entonces abordar una escritura en la que la ficción queda relegada por lo autobiográfico y lo real. Ese mismo año viaja al sur de Colombia y escribe La puta y el gigante. Unos meses más tarde decide representarla él mismo, poniendo su cuerpo y su voz sobre el escenario.

La obra nace de la acción de buscar una y otra vez artículos de El País en Internet, siguiendo los nombres de las diferentes masacres perpetradas en Colombia por paramilitares durante el gobierno de Álvaro Uribe, sin encontrar prácticamente ninguna. Y pensar que son demasiados cuerpos torturados y asesinados -con machetes, motosierras, armas de fuego y cuchilloscomo para que se trate de un descuido. Leer las palabras de los periodistas que hablan de democracia, ayuda al desarrollo y terrorismo, y que nunca nombran la dimensión económica de las masacres. Los negocios que van del narcotráfico a la ampliación de los territorios de los grandes terratenientes, de la construcción de hidroeléctricas a las perforaciones petrolíferas hechas por Repsol YPF. La economía y sus muertos. Y el silencio de los medios masivos de comunicación.

La obra nace de un viaje por el sur de Colombia que se abre adentro de mí. Un río rodeado de miles de hectáreas de palma aceitera muerta -un desastre ecológico que partió del deseo de vender «energía limpia» a Europa-, y las poblaciones afrocolombianas que después de nombrar el horror bailaban salsa.

Un entierro en el que ancianas cantaron hasta la madrugada alabaos y donde una mujer, después de contar chistes sobre su madre muerta, lloró con una profundidad que yo no puedo alcanzar. Sentir como una sombra el suicidio que me acompañó desde mi adolescencia y que nunca quise nombrar, y tratar de hacerlo por primera vez desde las palabras que escribí en una libreta y que con el paso del tiempo crecieron. Recordar a la mujer que me dijo que iba a quedarse en su pequeña parcela de tierra después del asesinato de su marido, sabiendo que los paramilitares la podían matar y ser más que nunca consciente de mi incapacidad para ir más allá de la palabra y la representación. De mi incapacidad para correr los mismos riesgos.

Por eso esta obra nace también de la vergüenza. Y de una necesidad.

Escribir esta obra con nombres y apellidos. Tratando de no olvidar ninguno.

Pararme en el escenario aunque no sea actor y decir este texto en un espacio en el que no haya más de dos botellas de agua. El teatro desnudo y el público. Sostener el texto una y otra vez, evitando que medie la interpretación, una escenografía o una iluminación efectista. Pararme ahí sin un refugio y sostener la palabra.

Al menos eso”.

Marco Canale

Sobre la compañía

Marco Canale (Buenos Aires, 1977) reside desde 2001 en Madrid y desde 2008 entre Guatemala y España. Se licenció en Dramaturgia en la RESAD y ha estrenado o publicado sus obras en España, Argentina, Marruecos, Francia y Guatemala.

Lo político y lo autobiográfico atraviesan su obra, haciéndose presente lo primero en La bala en el vientre, centrada en el conflicto vasco (V Premio Madrid Sur de Textos Teatrales); Evita Montonera, sobre la lucha armada en Argentina (Finalista del Premio Born) y Piel de rinoceronte, escrita junto a Alberto Conejero y Julio Salvatierra, centrada en la decisión personal y política de migrar (estrenada en el Festival Thas Arts de Marruecos, 2008). Lo autobiográfico se aprecia en su primer obra, El duelo, estrenada en la Muestra de las Autonomías del Círculo de Bellas Artes y basada en un accidente sufrido por su familia, y se explicita de mayor manera en La alambrada, (accésit del XVI Premio SGAE, estrenada en el Teatro Beckett de Buenos Aires y presentada en el XXIII Festival Iberoamericano de Cádiz), en la que aborda de manera explícita el silencio de su familia ante el abuso sexual cometido de manera sistemática por su tío.

Desde el año 2007 colabora como dramaturgo y director en procesos colectivos con actrices no profesionales y grupos políticos, donde ahonda en la relación entre la biografía y lo político. En el año 2007 apoya la creación del Grupo Teatreras y en 2009 forma parte del grupo compuesto por mujeres guatemaltecas víctimas de violencia, Las Poderosas.

Colabora a su vez con grupos indígenas mayas mam de resistencia contra la Mina Marlin (de la minera canadiense Goldcorp), con la red de mujeres mayas ixiles y con el grupo de jóvenes teatreros de la comunidad kaqchikel de Santa María de Jesús (Guatemala).

Fecha: el Miércoles 16 de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: CSOA Casablanca - c/Santa Isabel 21 -Atocha- (Madrid)

Entrada gratuíta.

Ver más fechas pasadas

Fecha: el Miércoles 16 de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: CSOA Casablanca - c/Santa Isabel 21 -Atocha- (Madrid)

Entrada gratuíta.

Fecha: el Domingo 6 de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: La Nave de Cambaleo - Avda. de Loyola, 8 (Aranjuez -Madrid)

Entradas: 6€
Información y reservas:
Teléfono: 91 892 17 93

Fecha: el Sábado 5 de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: La Nave de Cambaleo - Avda. de Loyola, 8 (Aranjuez -Madrid)

Entradas: 6€
Información y reservas:
Teléfono: 91 892 17 93

Fecha: el Jueves 3 de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: Teatro LaGrada - c/ Ercilla, 20 (Madrid)

Entradas: 6€
Información y reservas:
Teléfono: 91 517 96 98
lagrada@teatrolagrada.com

Fecha: el Miércoles 2 de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: Teatro LaGrada - c/ Ercilla, 20 (Madrid)

Entradas: 6€
Información y reservas:
Teléfono: 91 517 96 98
lagrada@teatrolagrada.com

Fecha: el Martes 1ro de febrero de 2011

Horario: a las 21:00h

Lugar: Teatro LaGrada - c/ Ercilla, 20 (Madrid)

Entradas: 6€
Información y reservas:
Teléfono: 91 517 96 98
lagrada@teatrolagrada.com

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