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La Guerra Civil y el Cerro Rojo - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

La Iglesia apoyó el golpe militar y fue parte esencial durante la dictadura. La Carta colectiva del episcopado español durante la Guerra Civil tuvo una gran repercusión internacional, atrayendo apoyos hacia los sublevados franquistas, sobre todo entre los católicos franceses y estadounidenses y el Vaticano. Ante la supresión casi total de las actividades de culto en la zona republicana y los asesinatos de personas relacionadas con la Iglesia, el documento consideraba la situación como una persecución religiosa y a sus víctimas como mártires, y justificaba la sublevación militar como algo providencial: una verdadera Cruzada que debía salvar a España del ateísmo marxista. El símbolo de todo ello fue el fusilamiento del Monumento del Cerro de los Ángeles, un icono para los sublevados que no estuvo carente de milagros.

La Guerra Civil y el Cerro Rojo

Batalla entre la superstición y la manipulación. Tercera parte de la investigación histórica sobre el monumento al Sagrado Corazón de la localidad madrileña de Getafe

El Cerro Rojo
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El Cerro Rojo

Destrucción del monumento del Sagrado Corazón.
Fuente: Blog internet.

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El Cerro Rojo

Fusilamiento del monumento del Sagrado Corazón.
Fuente: Blog internet.

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Silvia Martín Gutiérrez - La República Cultural

En la noche del 18 al 19 de enero concentré los batallones “Victoria”,”Amanecer” y “Thaelmann” en Perales del Río, durante todo el día 19 se les explico el conjunto de la operación […] A las 11 de la noche del 19 al 20 se pusieron en marcha los batallones; a las dos de la madrugada todos estaban al pie de las posiciones que debían atacar. […] El ataque fue simultáneo desde todos los puntos, y a las cuatro de la mañana el Cerro Rojo estaba en nuestro poder, con más de 400 prisioneros(1).

La Iglesia apoyó el golpe militar y fue parte esencial durante la dictadura. La Carta colectiva del episcopado español durante la Guerra Civil tuvo una gran repercusión internacional, atrayendo apoyos hacia los sublevados franquistas, sobre todo entre los católicos franceses y estadounidenses y el Vaticano. Ante la supresión casi total de las actividades de culto en la zona republicana y los asesinatos de personas relacionadas con la Iglesia, el documento consideraba la situación como una persecución religiosa y a sus víctimas como mártires, y justificaba la sublevación militar como algo providencial: una verdadera Cruzada que debía salvar a España del ateísmo marxista. El símbolo de todo ello fue el fusilamiento del Monumento del Cerro de los Ángeles, un icono para los sublevados que no estuvo carente de milagros.

Es significativo el hecho de que en la piedra correspondiente al corazón de la imagen, encontrada más tarde, se aprecien veintidós impactos de bala, pero ninguna de ellas precisamente el lo que conforma el corazón(2).

La devoción al Sagrado Corazón muestra un rasgo claramente político, durante la Guerra Civil los soldados sublevados llevaban el Sagrado Corazón en un fieltro adherido a su uniforme para detener las balas del enemigo, se les dio el nombre de detentes(3). También fue muy utilizada (y lo sigue siendo en la actualidad) la imagen del Sagrado Corazón en una chapita metálica fijada a la puerta como símbolo de la condición católica de una casa. Suele acompañarse de algún lema, del tipo El Sagrado Corazón de Jesús reina en esta casa. Tal costumbre piadosa, en el contexto de la posguerra a nadie se le escapaba que era una clara y sencilla manera de demostrar la adhesión al régimen franquista, lo que explicaba en gran medida su gran difusión.

En el verano de 1936, milicianos republicanos destruyeron la imagen de Jesús y dinamitaron el monumento reduciéndolo a ruinas. Se conserva una fotografía donde los milicianos posan en actitud de fusilar el monumento, tras ello procedieron a la destrucción de las esculturas, primeramente a mano y por último, dada la dureza de su material, recurrieron a la dinamita hasta lograr reducirlo a escombros. Existe polémica sobre las imágenes, que algunos autores consideran que la foto del fusilamiento ha sido adulterada por los servicios de propaganda franquista dirigidos por Luis Bolin. Argumentan que de todas las imágenes de la destrucción del monumento la única que no presenta el marchamo de la casa Alfonso.

El Ayuntamiento de Getafe, en decisión refrendada por el Gobierno de la República, cambió el nombre Cerro de los Ángeles por el de Cerro Rojo, nombre que conservó hasta el final de la Guerra Civil. Al día siguiente de la toma infructuosa del Cerro de los Ángeles, los periódicos y comunicados oficiales hablan de la batalla como éxito propio y derrota del contrario. Los partes de guerra narran cómo el enemigo ha sido rechazado en su ataque o, en el otro bando, como ha sido la conquista del que desde entonces llamarán el Cerro Rojo.

En la prensa republicana se publica rápidamente la noticia y se le cambia el nombre al cerro, aunque ya nadie sepa que haya sido arrebatado por los rebeldes. Sin embargo la toma del cerro tiene la doble importancia de demostrar que el ejército de milicias puede atacar además de defender y que el enemigo no es tan fiero como lo pintan. La captura de más de cuatrocientos soldados así lo atestigua.

Un estorbo que desparece. Esta madrugada ha sido volado el monumento al Corazón de Jesús que tenían para sus expansiones fascistas los grandes capitalistas, terratenientes y pistoleros a sueldo de la reacción. El Cerro de los Ángeles se encuentra limpio de estorbo(4).

Los presos son llevados a Madrid donde son juzgados de inmediato en un ambiente victorioso, siendo absueltos en su mayor parte. El propio Miaja se dirige a ellos y muchos se pasan al ejército leal, el resto son finalmente encarcelados. Son un arma publicitaria incluso más importante que el propio Cerro, ya por siempre Rojo, incluso tras su pérdida.

¡Falso cerro de opresores,
de los Ángeles que engañan,
donde, en vez de crucifijo,
se adoraron negras panzas,
falo, enhiesto y vengativo
en el ombligo de España!
Cerro, Cerro de los Ángeles,
que los fascistas tomaron
con cañones alemanes
y banderas italianas(5)

Fin de la tercera parte. Continuará…


(1) Tiempo De Historia. Nº 37. Lister: La Defensa De Madrid. Madrid, 1977.

(2) Pascual, P. El Cerro de los Ángeles. Madrid, Publicaciones Españolas, 1965. Pag 18-19.

(3) Durante la guerra fueron muy populares los escapularios llamados «Tente bala» (o «Detente bala») en los que, a veces sobre el fondo de la bandera rojigualda, se representaba un corazón coronado de espinas y el lema: «¡Tente bala, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo!», en la esperanza de que fueran útiles para detener o desviar milagrosamente las balas enemigas.

(4) Caballero, P.J. Corazón de España. Historia del Monumento del Cerro de los Ángeles (1900-1976). Madrid, Ed. Fe Católica, 1977. Pag. 36.

(5) Versos de José Herrera Petere. En la guerra es cuando se convierte en un prolífico poeta componiendo versos y canciones de arenga del bando republicano.

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