Julio Castro – La República Cultural
En su vigésima edición, el festival internacional oscense de las músicas del mundo, que se viene celebrando año tras año en el embalse de Lanuza y en Sallent de Gállego, fija su principal punto de mira en las músicas de nuestra península, bajo el título de Tribus Ibéricas.
Como explicaron en Madrid durante la presentación a la prensa l@s responsables de su organización, tras el largo recorrido en que el Festival Pirineos Sur ha tenido alrededor del orbe, en este año se ha querido reflejar lo sana que está la música de nuestro entorno, en el que se recoge tanto España como Portugal, y así lo recalcaba el propio Luis Calvo, (que lleva desde el inicio al frente de esta organización), porque a veces parece que al hablar de la Península Ibérica se recorta la silueta del país vecino que, pese a mirar al océano, está ahí junto al nuestro.
Si Elisa Sanjuán, Presidenta de la Comisión de Cultura de la Diputación de Huesca, se centraba en algunos aspectos más generales de la organización, haciendo algunas recopilaciones acerca del significado del festival y de su proyección internacional, Luis Calvo, director y programador del evento se explayó este año en el significado intrínseco de los contenidos de este año, así como de los motivos que resumen el largo recorrido del Festival para llegar a este punto. Y mientras el Director General del INAEM intervino en la línea de sustanciar el apoyo desde el Ministerio de Cultura, como un eje que sirve para dinamizar y apoyar ciertos entornos rurales, la sesión acababa con la presentación del cartel de esta nueva edición que, como se puede observar claramente, es muy diferente del de años anteriores en estilo, en diseño e incluso en formato, de manera que traslada el festival a un concepto más cercano, más local, en el que su autor ha querido sumar a las jorobas del tradicional camello que simboliza esas cumbres del valle del Tena, un gallo que añada el toque luso a la cabecera musical de este año.
Al igual que en las últimas ediciones el festival cuenta con un apartado, que ya está en desarrollo, dedicado a labores de cooperación internacional, con talleres y creación musical que se moverán entre Dakar, Casablanca y Sallent de Gállego, proyecto a partir del cual nacerá una nueva propuesta creativa intercultural, como que en años anteriores.
Junto a autores más de la tierra como Albert Pla (que repite en el festival), o Andrés Calamaro, encontramos a Orelha Negra, que está pegando fuerte en el país vecino, o a Rubén Blades que nos trae su música de más lejos. Podemos encontrar también a gentes como Eliseo Parra, Kiko Veneno, La Troba Kung-Fú. Bandas como Russian Red que contrastan con lo más tradicional de Miquel Gil. Pero también contrasta encontrar la música de Miguel Poveda en el mismo festival en que están Russian Red y Ojos de Brujo.
Al igual que otros años, son tres semanas del mes de julio, en las que tendremos también pasacalles, circo, diversos talleres, cuentacuentos, conciertos para el público familiar, y también exposiciones como la de fotografía de Mario Pacheco.
14 julio
Auditorio Natural de Lanuza
Rão Kyao [Portugal] |
Rubén Blades [Panamá] |