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Muere Lucio Dalla, una referencia de la canción de autor italiana - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Somos los que crecimos con Dalla, en este país un gran desconocido en sus directos. Tan sólo recuerdo que corrían los finales de los 80 del siglo pasado cuando Lucio Dalla vino a hacer de telonero de Joaquín Sabina en el Palacio de los Deportes de Madrid. Por aquellos años, alguno antes del concierto referido, Victor Manuel y Ana Belén, habían traído al en castellano una canción, Banana Republic, que era el título de un tema traducido por Francesco De Gregori que daba título a una gira y aun disco que De Gregori y Dalla hicieron en conjunto. Patxi Andión había hecho una de las suyas. Es decir, convertir en maravillosamente propia L’anno che verrà esto es, Transbordo en sol. Digo que somos de la generación que crecimos con Dalla. En ese disco había una inmensa canción que nos traía al oído nuestra segunda Italia. La primera, la verdad, ya nos había acompañado en el coche con el disco Bella Ciao (con la Marini, etc…) y no nos había hecho daño el Modugno en castellano de suena el teléfono, del que después descubriríamos maravillas en italiano. La canción de Dalla era Piazza Grande. Esa canción que nos acogía en su seno (dormo sull’erba e tanti amici intorno a me / innamorati in Piazza Grande) y nos devolvía a la plaza que, aunque no era la referida en la canción, si era el lugar y el modo del redescubrimiento de la música de Italia. Era allí, en la Piazza del Campo de Siena, donde los estudiantes de verano coincidíamos con los alumnos de la Chigiana (Fondazione Accademia Musicale Chigiana) que tan pronto ejecutaban una pieza de Bach, como llenaban el entorno de un jazz, el más desmelenado o simplemente cantaban con la sola guitarra y algún arreglo la canción que para nosotros se haría banda sonora del año (L’anno che verrà). Entonces, e incluso más hoy, era la vida de Italia y era nuestra vida. Era en la piel una sensación de supervivencia; de saberse inventores de futuro aunque este se empeñe en no llegar, en ser robado por otros.

Muere Lucio Dalla, una referencia de la canción de autor italiana

Lucio Dalla
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Lucio Dalla

El cantautor en la Trattoria da Vito, en Bolonia.
Foto: M.D. Castro / M. Gil Rovira

Lucio Dalla
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Lucio Dalla

El cantautor en la Trattoria da Vito, en Bolonia.
Foto: M.D. Castro / M. Gil Rovira

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Manuel Gil Rovira – La República Cultural

Somos los que crecimos con Dalla, en este país un gran desconocido en sus directos. Tan sólo recuerdo que corrían los finales de los 80 del siglo pasado cuando Lucio Dalla vino a hacer de telonero de Joaquín Sabina en el Palacio de los Deportes de Madrid. Por aquellos años, alguno antes del concierto referido, Victor Manuel y Ana Belén, habían traído al en castellano una canción, Banana Republic, que era el título de un tema traducido por Francesco De Gregori que daba título a una gira y aun disco que De Gregori y Dalla hicieron en conjunto. Patxi Andión había hecho una de las suyas. Es decir, convertir en maravillosamente propia L’anno che verrà esto es, Transbordo en sol.

Digo que somos de la generación que crecimos con Dalla. En ese disco había una inmensa canción que nos traía al oído nuestra segunda Italia. La primera, la verdad, ya nos había acompañado en el coche con el disco Bella Ciao (con la Marini, etc…) y no nos había hecho daño el Modugno en castellano de suena el teléfono, del que después descubriríamos maravillas en italiano. La canción de Dalla era Piazza Grande. Esa canción que nos acogía en su seno (dormo sull’erba e tanti amici intorno a me / innamorati in Piazza Grande) y nos devolvía a la plaza que, aunque no era la referida en la canción, si era el lugar y el modo del redescubrimiento de la música de Italia. Era allí, en la Piazza del Campo de Siena, donde los estudiantes de verano coincidíamos con los alumnos de la Chigiana (Fondazione Accademia Musicale Chigiana) que tan pronto ejecutaban una pieza de Bach, como llenaban el entorno de un jazz, el más desmelenado o simplemente cantaban con la sola guitarra y algún arreglo la canción que para nosotros se haría banda sonora del año (L’anno che verrà). Entonces, e incluso más hoy, era la vida de Italia y era nuestra vida. Era en la piel una sensación de supervivencia; de saberse inventores de futuro aunque este se empeñe en no llegar, en ser robado por otros.

Pero digo que somos de la generación que crecimos con Dalla. Lo que los amigos músicos nos estaban contando en la plaza, el amigo profesor Gianni Iaquinta de la Università degli Studi di Siena, nos lo había puesto ante los oídos en sus clases de italiano para extranjeros. Los clásicos de la espera del disco Bella Ciao (Canzone delle donne, de Novecento, Il naufragio del Sirio, Addio Lugano) y la canción para los jóvenes que entonces éramos que era la Italia del momento: Caro amico, así nos quedaría a nosotros, L’anno che verrà, en su título.

Porque Lucio Dalla era eso: un acompañador histriónico, si por histrión entendemos a aquel que actúa y representa lo que quiere decir, de los sonidos hablados suyos y de su entorno. Y no sé si es casualidad que los primeros en dar la noticia en Italia hayan sido, a través de twitter, los frailes de la abadía de Asís, aquellos en tiempos jaculatores Domini, que en por entonces contaban las historias de Dios y de los hombres, ajuglarados con el laúd u otro instrumento ante el público.

Porque Lucio Dalla es eso. Es parte fundamental de la canción de autor en Italia. Es uno de esos juglares que un día parió un gran cancionero (Com’ è profondo il mare, es sólo un ejemplo) en el que la canción que le da nombre, escondía el más precioso jugo de lengua entre la imagen de seguridad y la de autoridad y miedo en un niño (cacciatore / Caccia: léanse ambas “cci” como ch castellana):

Babbo, che eri un gran cacciatore / Di quaglie e di faggiani / Caccia via queste mosche /Che non mi fanno dormire / Che mi fanno arrabbiare / Com’è profondo il mare (“Padre, tu que eras un gran cazador de tórtolas y faisanes, espántame estas moscas que no me dejan dormir, que me cabrean. Cuan profundo es el mar…”)

Imagen a la que seguía una juglaresca descripción de nuestra realidad de hoy y de entonces:

 E’ inutile / Non c’è più lavoro / Non c’è più decoro /Dio o chi per lui / Sta cercando di dividerci / Di farci del male / Di farci annegare / Com’è profondo il mare (“Es inútil, no hay trabajo, no hay decoro/ Dios, o quien le represente, está intentando dividirnos, hacernos mal, ahogarnos. Cuan profundo es el mar…”)

Es eso: el gran juglar/cantautor que convirtió en los ‘80 con L’anno che verrà, a Italia en sus plazas y en sus aulas en una banda sonora. El que después inundó Europa con la voz de su amigo Pavarotti cantando Carusso y sabiendo que ‘querer’, en la ópera, o es antiguo, o es un dialecto culto (ti voglio bene assai, ma tanto, tanto bene assai).

En cualquier caso, el histrión Dalla lo había dejado claro en su caperucita particular (Attenti al lupo) del ‘90. Aconsejo, todo Dalla sí, pero el youtube de Attenti al lupo sube el ánimo.

Todo Dalla entra en el ánimo, en el alma que es la misma palabra. No siempre cuenta lo que en la tristeza nos pasa. No siempre nos dice lo que de luminosos podemos ser entre lo oscuro. Reitero que somos de la generación que crecimos con Dalla. Y que cuando hace trece años nació mi sobrina Paula la pensé con un nombre con la que ella no sabe que la pienso, y la culpa es de Lucio: e se è una femmina si chiamerà, futura.

La discografía la podéis encontrar en su página web. Sus amigos musicales se pueden rastrear en Google. Si alguien quiere ir un poco más allá, dado que en Milán ya no existen los sitios en lo que una vez se cantaba, quedaos en Bolonia, allí incluso podrías ver una preciosa foto en una osteria fuori porta, en la Osteria da Vito.

Decía que soy de esa generación que ha aprendido a vivir con Dalla. Que quiere con estas líneas ofrecer un Recuerdo a uno de los más activos actantes que ha contado Italia. La que, a pesar de todo, es capaz de ser alegre. La que nunca es alegre si no es consciente de sí misma. Me vais a permitir la expresión, la que se “chotea” de si misma, consigo misma, porque siempre ha estado empeñada en conocerse.

Ahora sólo me queda devolverle a Lucio lo que nos hizo. La versión de Patxi Andión es inmensamente buena. Pero no es la que necesito hoy. Hoy necesito a mi Dalla del ochenta y muy pocos, cuando quería saber entre el aula y la plaza cómo nos vendrían los años.

El año que vendrá

Querido amigo, te escribo, así me distraigo un poco
Y como estás tan lejos, más fuerte he de escribirte.
Desde que te fuiste, hay una gran novedad,
El año viejo por fin se ha ido,
Pero algo hay que no funciona

Se sale poco por la tarde, hasta en días de fiesta
 Hay quien ha puesto sacos terreros junto a la ventana,
Y se mantiene un silencio durante semanas enteras,
Hasta a los que nada tienen que decir
Les sobra el tiempo.

Pero la televisión ha dicho que el nuevo año
Traerá una transformación
Y todos estamos esperando
Habrá tres Navidades y fiesta todo el día,
Todo Cristo bajará de la cruz
Y hasta volverán los pájaros

Tendremos de comer y luz todo el año,
Hasta los mudos podrán hablar,
Mientras los sordos ya lo hacen.

Y se hará el amor cada uno como quiera,
Hasta los curas podrán casarse
Pero sólo a una cierta edad
Y sin gran escándalo alguien desaparecerá,
Serán quizá los muy listos
Los cretinos de todo tiempo.

Ves, querido amigo, lo que te escribo y te digo
Y como estoy contento
De estar aquí en este momento
Ves, ves, ves, ves,
Ves amigo mío todo lo que hay que inventar
Para poder chotearnos,
Para continuar esperando.

Y si este año, al fin, pasase en un instante,
Ve, amigo mío,
Cómo se vuelve importante,
Que en ese instante hasta estoy yo.

El año que está llegando tras un año pasará
Yo me estoy preparando, esta es la novedad.

DATOS RELACIONADOS

Lucio Dalla (Bolonia, 4 de marzo de 1943 - Montreux, 1 de marzo de 2012) fue un cantautor italiano con 50 años de actividad artística.

Biografía

Su carrera comienza como clarinetista en un grupo de jazz romano del que forman parte, también, Fabrizio Zampa y Massimo Catalano. Es descubierto por Gino Paoli, que lo convence para iniciar su carrera como solista. Su debut resulta polémico, y en múltiples ocasiones le lanzan objetos al escenario debido a sus propuestas audaces para la época y a su look transgresivo. En cualquier caso, la provocación forma parte del estilo de Dalla. Su primer álbum, titulado 1999 alterna piezas de carácter extravagante y escaso valor musical con pequeñas joyas, como Tutto il male del mondo, la canción más elaborada musicalmente de este trabajo. Posteriormente, como otros divos de la época, aguará el vino de su producción artística para sobrevivir musicalmente. A pesar de ello, crea piezas de gran calado musical como Lucio dove vai e Il cielo. Abrirá posteriormente una nueva década con el álbum Terre di Gaibola, que contiene varias piezas destacadas (Il fiume e la cittàOrfeo biancoNon sono matto y África). Cerrará esta su primera etapa con un álbum de escaso valor, 4 marzo de 1943, con evidentes cesiones comerciales (de este disco sale la canción del mismo nombre del disco 4 marzo de 1943 (que grabó en español, bajo el título “Un Niño llamado Jesús”).

Acontece entonces una benéfica ruptura en la trayectoria de Dalla, al asociarse al poeta boloñés Roberto Roversi, iniciando una colaboración que durará cuatro años y tres álbumes. El controvertido disco Automobili resultará un éxito de ventas. De este álbum Roversi se distancia parcialmente, firmándolo con el seudónimo Norisso. Frustrado por una colaboración artística, con Roversi, que entra en crisis inmediatamente después de dar lugar a sus más elevados frutos, Dalla decide convertirse en el único referente de su música, y desde entonces será el compositor, letrista, arreglista y principal músico en todas sus obras, a la vez que se rodea de un núcleo de músicos boloñeses que confluirá en parte en la creación de los Stadio de los excelentes guitarristas Jimmy Villotti y Ricky Portera. Esta etapa se caracteriza por la fuerte necesidad de Dalla de contar y contarse. Se puede resumir esta época del autor con la canciones Anna e MarcoFutura y Caruso (esta última hecha años después fuertemente conocida, incluso en España, por Luciano Pavarotti).

El estilo poético de Dalla como letrista es, en varios aspectos, antitético al de los cantautores convencionales, sin pretensiones de erudición ni de formalismo, jugando a veces con alegría y a veces con inquietud con la lengua cotidiana.

La fascinación por el mar, que llegará a cumbres casi freudianas en la magnífica Nun parlà; el gusto por el cultivo de una afectividad aún adolescente (Stella di mare o Futura); los desconcertantes pasos de lo dramático a lo cómico son algunas de las características de sus letras, a la vez que sus músicas resultan cada vez más cantables y fascinantes.

Durante al menos diez años, Dalla pone de acuerdo a público y crítica como quizás tan solo Battiato había sido capaz de hacer. Varios cantautores de la generación posterior son explícitos deudores suyos (Carboni, Bersani, Grignani, Antonacci… colaboraciones con De Gregori, y ecos de Dalla en Rossi, Fornaciari y Ligabue).

Pasado el hito del medio siglo, Dalla entra en un crepúsculo dorado, abandona los histrionismos y acepta con sabiduría popular las consecuencias de la edad. En el último decenio, sus álbumes pierden su impacto sorprendente y original y se convierten en excelentes muestras de canción de autor. El Dalla actual es un artista aún vital que consigue no convertirse en un icono de sí mismo y a continuar proponiendo una música emocionante y plenamemente suya. En 2004 participa en el disco colectivo “Neruda en el corazón” que celebra el centenario de Pablo Neruda.

Falleció el 1 de marzo de 2012, tres días antes de cumplir 69 años debido a un infarto.

Discografía

  • 1999 (1966)
  • Geniale? (1969)
  • Terra di Gaibola (1970)
  • Storie di casa mia (1971)
  • Il giorno aveva cinque teste (1973)
  • Quel fenomeno di Lucio Dalla (1973)
  • L’álbum di… Lucio Dalla (1974)
  • Anidride solforosa (1975)
  • Automobili (1976)
  • 4 marzo de 1943 (1976)
  • Come è profondo il mare (1977)
  • Live @ RTSI (1978)
  • Lucio Dalla (1979)
  • Banana Republic (1979) con Francesco De Gregori
  • Dalla (1980)
  • Torino, Milano e dintorni (1981)
  • Lucio Dalla (1981)
  • Gli anni Settanta (1981)
  • 1983 (1983)
  • Viaggi organizzati (1984)
  • Bugie (1985)
  • The best of Lucio Dalla (1985)
  • DallameriCaruso (1986)
  • Dalla/Morandi (1988) con Gianni Morandi
  • In Europa (1988) con Gianni Morandi
  • Cambio (1990)
  • Il motore del 2000 (1990)
  • Il primo Lucio Dalla (1990)
  • Amen (1992)
  • Henna (1994)
  • Le origini (1996)
  • Canzoni (1996)
  • Ciao (1999)
  • Luna Matana (2001)
  • Caro amico ti scrivo (2002)
  • Tosca. Amore disperato (2003)
  • Lucio (2003)
  • 12000 Lune (2006)
  • Il contrario di me (2007)
  • La neve con la Luna (2008)
  • Angoli nel cielo (2009)
  • Work in Progress (2010) con Francesco De Gregori
  • Questo è Amore (2011)

(Fuente: Wikipedia)

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