Octavio Fraga Guerra – La República Cultural
Encontrarse con un documental que en tan solo 15’ acoge historias de vida, hechos narrables o por narrar. Testimonios viscerales, sentidos e impostergables sobre La República y la ocupación franquista, es otro gran oxígeno para la Historia Universal.
La puesta cinematográfica a la que me refiero, construye un período negro que dejó lechos de muerte y sembró el horror con la pretendida acción de afincar el silencio y la desmemoria. Hoy, en “tiempos de democracia”, los represaliados del franquismo y sus familiares exigen el reconocimiento y el decoro. Estos son parte de los atributos y aciertos del filme documental Lágrimas de rabia.
Un texto fílmico inspirado en la antología Los poetas de la guerra. Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Miguel Hernández y Federico García Lorca, son el alma y el espíritu de esta puesta cinematográfica, que traza rutas de gran acento historiográfico. La puesta cinematográfica de este documental, se aferra en fortalecer y refundar la Memoria Histórica. Para glorificar esa República hermosa, utópica y necesaria.
El documental deja escrito, claros apuntes sobre el dolor de hombres y mujeres que vivieron en carne propia, el látigo del fascismo español. De ese franquismo que amenaza resurgir en tiempos de crisis con otras vestiduras, con otros ropajes glamorosos de “aspecto demócrata”.
El documental evoluciona a velocidades rockeras. La música marca ese tempo para decir muchas cosas. Para construir nuevas imágenes en “tan poco de nada”. En su esqueleto fílmico se reúnen diálogos pospuestos. Imágenes de archivo traídos para revisitar nuestro pasado. Esta es la obra de cuatro jóvenes que han querido hacer más que música. Esta es una noble y necesaria contribución al verdadero ejercicio de reconstruir el pasado.
El grupo de rock español Boikot nos sorprende con una pieza cinematográfica que apunta hacia los pilares carcomidos de muros que silenciaron la historia y el verso de una nación trucada. Fue ese pasado de muertes, donde los pronósticos más conservadores señalan en más de 113.000 las personas enterradas en fosas y cunetas en el Estado Español.
Muertes extrajudiciales que son asesinatos en toda regla. Vidas mutiladas que hoy sus familiares y amigos exigen la exhumación de los cadáveres para un entierro digno. Por el decoro de hombres y mujeres que lucharon y soñaron por una España lúcida, culta y solidaria. Por una República joven y necesaria.