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ISSN 2174 - 4092

Fallo de los premios literarios Semana Negra 2012 - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Viernes 13 de julio de 2012. Gijón Hace 25 años la Semana Negra de Gijón instituyó una serie de premios literarios. La intención es que no fueran los tradicionales y que no hubiera dinero de por medio. La única excepción es el premio de relato policíaco que se organiza en colaboración con el Ateneo Obrero de Gijón y que está dotado con una pequeña cantidad. Son unos premios de escritores y para escritores con los que mostrar el reconocimiento de la comunidad literaria. Ganar significa decir que se ha ganado. Durante un tiempo el Rufo de los premios era distinto, lo pintaban de oro, pero es que desteñía, así que los Rufos que se entregan ahora a los ganadores son los mismos que la Semana Negra reparte entre los autores que participan en la Semana Negra y los solicitan. El mecanismo tiene varias fases, hay un jurado de unos 20, 30 0 40 escritores y personas relacionadas con el mundo de los libros que durante el año recomiendan novelas a cada premio. Tienen que ser libros originalmente escritos en español y editados el año anterior a la edición actual de la Semana Negra; el hecho de no haberse editado en España no elimina la participación de dicha obra. Cuando hay muchas coincidencias y alguno de estos libros logra cierta concurrencia se señala y la organización lo lee. Del criterio de la organización salen los finalistas que se entregan al jurado de cada premio para que los lea. Cada jurado lo compone un número reducido de autores que asisten a la edición de la Semana Negra y se mantiene en secreto para no contaminar los premios. De esta forma se sostiene la dulce fraternidad que a veces ha llevado a compartir cuarto a un finalista y a su jurado. En estos premios las razones extraliterarias no cuentan, se prima solo la calidad.

Fallo de los premios literarios Semana Negra 2012

Premiad@s Lola Sanabria García, Emilio Bueso, Ignacio Martínez Pisón, Kike Ferrari, Sanjuana Martínez, Guillermo Saccomanno y Cristina Fallarás

Semana Negra 2012
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Semana Negra 2012

Los premiados Carmen Redón Pomar, Emilio Bueso, Cristina Fallarás, Claudio Cerdán y Guillermo Saccomanno
Foto: ® Javi Álvarez

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Semana Negra 2012

Los premiados Carmen Redón Pomar, Emilio Bueso, Cristina Fallarás, Claudio Cerdán y Guillermo Saccomanno
Foto: ® Javi Álvarez

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Javi Álvarez - La República Cultural

Viernes 13 de julio de 2012. Gijón

Hace 25 años la Semana Negra de Gijón instituyó una serie de premios literarios. La intención es que no fueran los tradicionales y que no hubiera dinero de por medio. La única excepción es el premio de relato policíaco que se organiza en colaboración con el Ateneo Obrero de Gijón y que está dotado con una pequeña cantidad. Son unos premios de escritores y para escritores con los que mostrar el reconocimiento de la comunidad literaria. Ganar significa decir que se ha ganado. Durante un tiempo el Rufo de los premios era distinto, lo pintaban de oro, pero es que desteñía, así que los Rufos que se entregan ahora a los ganadores son los mismos que la Semana Negra reparte entre los autores que participan en la Semana Negra y los solicitan. El mecanismo tiene varias fases, hay un jurado de unos 20, 30 0 40 escritores y personas relacionadas con el mundo de los libros que durante el año recomiendan novelas a cada premio. Tienen que ser libros originalmente escritos en español y editados el año anterior a la edición actual de la Semana Negra; el hecho de no haberse editado en España no elimina la participación de dicha obra. Cuando hay muchas coincidencias y alguno de estos libros logra cierta concurrencia se señala y la organización lo lee. Del criterio de la organización salen los finalistas que se entregan al jurado de cada premio para que los lea. Cada jurado lo compone un número reducido de autores que asisten a la edición de la Semana Negra y se mantiene en secreto para no contaminar los premios. De esta forma se sostiene la dulce fraternidad que a veces ha llevado a compartir cuarto a un finalista y a su jurado. En estos premios las razones extraliterarias no cuentan, se prima solo la calidad.

La ganadora del Concurso Internacional de Relatos Policíacos fue Lola Sanabria García de España por su relato Lucía. El segundo premio se lo llevó La ley del narco de Claudio Cerdán (España). El tercer premio se entregó a Tensión superficial de Carmen Redón Pomar (España). El jurado estuvo compuesto por Ignacio del Valle, Guillermo Saccomano y Fritz Glockner.

El premio Celsius 232 a la mejor obra de ciencia ficción, fantasía o terror de 2011 escrita en español se ha concedido a la novela Diástole del español Emilio Bueso. Este libro se ha impuesto a Antirresurreción de Juan Ramón Biedma (España), 2022. La guerra del gallo de Juan Guinot (Argentina) y El escondite de Grisha de Ismael Martínez Biurrún (España). Formaron el jurado de este premio Jesús Lens, Juan Miguel Aguilera y Elia Barceló.

Emilio Bueso está en la Semana Negra presentando Cenital, otra novela distinta a la que ha ganado el premio. El autor explica que Diástole es una historia de redención que tiene que ver con las culpas. Es género negro criminal, pero no hay policías. En la novela se establece un juego metafórico. Cuenta que la prosa de Diástole le ha supuesto un trabajo de mucha dificultad y que es un libro que se ha vendido menos que otros de los suyos. Por eso agradece especialmente que haya recibido el premio con esta obra.

El premio Espartaco a la mejor novela histórica de 2011 escrita en español se ha concedido a la novela El día de mañana del español Ignacio Martínez de Pisón. El resto de finalistas de esta edición han sido Antonio Garrido (España) con El lector de cadáveres, Alfonso Mateo-Sagasta (España) con Caminarás con el sol y Fabrizio Mejía Madrid (México) con Disparos en la oscuridad. El jurado estuvo compuesto por los escritores Julio Murillo, Pedro de Paz y Carles Quílez.

El premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela de 2011 escrita en español se ha concedido a la novela Que de lejos parecen moscas del argentino Kike Ferrari. Se quedaron a las puertas del premio las novelas El país de los ciegos de Claudio Cerdán (España), 36 toneladas de Iris García Cuevas (México) y Cachorros rabiosos. Narcolepsia de Jordi Ledesma (España). El jurado estuvo formado por María Zaragoza, Jerónimo Tristante y Noemí Sabugal.

Kike Ferrari no estaba presente en Gijón, pero había enviado una carta explicando que se había quedado en su casa de Argentina tomando mate y escribiendo una novela, pero que aún así se podía imaginar entre los demás escritores de la Semana Negra y que en el fondo también él estaba allí. ¿Qué estará haciendo mientras se entregan de premios en los bajos del Hotel Don Manuel?, se pregunta. En Argentina serán las cinco de la mañana, pero no estará durmiendo, sino que esperará inquieto los resultados conectado a internet. Si Paco Taibo lee esta carta, dice, será porque ha ganado, así que ahora estará dando botes de alegría porque se lleva el Rufo. Se despide diciendo que nos vemos todos en la 26, porque la del año que viene no se la pierde.

El premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción sobre tema criminal de 2011 escrita en español se ha concedido en calidad de compartido en igualdad de condiciones a las obras La frontera del narco de la mexicana Sanjuana Martínez y a Un maestro del argentino Guillermo Saccomanno. Los otros finalistas fueron Xavier Montanyà (España) por El oro negro de la muerte y José Reveles (México) por Levantones, narcofosas y falsos positivos. El jurado estuvo compuesto por José Luis Muñoz, Rafael Marín y Paco Ignacio Taibo II.

Guillermo Saccomanno dedica el premio al Nano Balbo que es el maestro de su novela. Un luchador que después de ser torturado por la dictadura vuelve para trabajar con los Mapuches, dedicándose a impartir formación y trabajar por los Derechos Humanos. Saccomanno y el Nano fueron compañeros de mili en la Patagonia. Hace unos años, en una feria de libros le mandaron saludos del Nano. Saccamanno pensaba que estaba desaparecido, así que quiso telefonearle, pero le dijeron que las torturas recibidas le habían dejado sordo. Contactó por correo electrónico y retomaron sus historias donde las habían dejado en los años 70. El Nano le contó su vida, que se dedicaba a educar, y Saccomanno le dijo que tenían que hacer un libro. Balbo dijo «yo cuento y tú escribís», así que Saccamanno le grabó y luego le fue dando una forma de cronología y usando la primera persona para que quedara la propia voz del maestro en el relato. Lo que cuenta son situaciones que tenían que ver con su militancia y con su padre, con ribetes emocionales para explicar una aventura existencial y de lucha por la justicia. Tres veces ha declarado el Nano y siguen sin castigo sus represores. Uno de ellos fue el guardaespaldas del presidente Alfonsín. Saccamanno señala que el golpe militar se dio bajo la complicidad civil, de otra forma no es posible. Pensaba cerrar el libro cuando declaraba, pero en los últimos días de escritura se produjeron los juicios en los que el Nano declaró durante más de tres horas. Una de las intenciones de Un maestro es romper el concepto de generación porque los explotados ya no pasan de la cuna al trabajo, ahora pasan de la cuna a la mendicidad. El autor se siente orgulloso de haber recibido este premio en la Semana Negra y recuerda el viaje en el tren negro cuando en La Robla nos detuvimos porque los mineros habían cortado las vías en Ciñera, vías que luego abrieron para nosotros. Cuenta las lágrimas de Taibo por la emoción de aquellos momentos y dice después que no deja de pensar en la situación que están viviendo los españoles que es la misma que se dio hace unos años en la Argentina.

A Paco Taibo le preguntan por el libro de Sanjuana Martínez y explica que es una colección de crónicas periodistas de alto riesgo hechas sobre el terreno y lidiando con narcos, policías corruptos y militares amenazantes. La autora se vio en medio de una tormenta sola entre los militares, escuchando ciertos comentarios sobre su condición de mujer para atemorizarla. Ella es una periodista importante siempre en la primera punta de la denuncia. Ha confirmado que asistirá a la Semana Negra del próximo año. Ya participó anteriormente. La primera vez que vino le sirvió para tomar oxígeno y distancia con su país y del horror con el que trabajaba a diario.

El premio Dasiell Hammett a la mejor novela negra de 2011 escrita en español se ha concedido a la novela Las niñas perdidas de la española Cristina Fallarás. Esta novela se impuso a las de Leonardo Oyola (Argentina) con Kryptonita, Edmundo Paz Soldán (Bolivia) con Norte y Carlos Salem (Argentina) con Un jamón calibre 45. El jurado lo formaron Carlos Zanón, Javier Márquez Sánchez y Fernando Marías.

Es la primera vez que una mujer consigue el Hammett. Cuenta Cristina Fallarás que Las niñas perdidas trata el tema de la rabia, con toda ella está escrita. Es la historia de unas niñas asesinadas y torturadas. Habla del maltrato a la mujer por parte de esta sociedad e incluso de sí misma. Retrata a esa mujer que además es madre y profesional. Se acuerda de cuando leía a Andreu Martín, Juan Madrid y Manuel Vázquez Montalbán y se preguntaba lo que significaría estar en la Semana Negra. Con su primera novela la invitaron, venía como escritora y también como periodista, pero recuerda a Taibo en la recepción del hotel cuando preguntaban quién era ella respondiendo «la acompañante de Argemí». La Semana Negra es una fiesta, es cultura y es intercambio. Confiesa que escribe novela negra para venir aquí cada año.

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