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Muere Numancia, muere, o la actualidad cervantina de Carlos Be - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Sociedades decadentes como la nuestra no tienen otro remedio que recrearse en el pasado, cual antiguos románticos o neoclásicos que han perdido todo referente de su tiempo y necesitan mirar hacia otro lado, a fin de no ver las miserias que han creado y en las que nadan. En tiempos como este, la recuperación de objetivos es imprescindible y, muy acertadamente, Carlos Be recupera en la mirada hacia Cervantes el ejemplo del mítico autor, para traernos un juego similar al que aquel hiciera con su Numancia, pero trasladado a nuestra época. Y si Cervantes se adentra en la España de Felipe II, para señalar a la necesidad de libertad del ser humano, ya sea en el ejercicio de la misma o en la represión, parece que nuestro contemporáneo autor quiere trasladar esa imagen a nuestra sociedad actual, pero añadiendo otros valores que pasan por nuestro tiempo y nuestros lugares cercanos. Así se muestra a vencedores soberbios que encierran en frascos vacíos las supuestas victorias, fruto de la destrucción y la desdicha ajena, mientras que no trata de esconder las miserias de los vencidos que a su vez, bajo el orgullo de su abnegación en la derrota, no renuncian a escudarse en la paz, pero nunca en la soberbia. De esta manera el pueblo numantino, recogido en los personajes de Caciro, Aunia, Buntalos, Babpo y Amaima, tienen un reflejo de seres mortales, que sufren su destino, pero que también son capaces de acobardarse o traicionar incluso en los peores momentos, defendiendo su derecho a pelear como cualquiera por su vida y por su pueblo. Pero también de luchar por su entorno, por su dignidad y por su libertad frente al opresor despiadado.

Muere Numancia, muere, o la actualidad cervantina de Carlos Be

Un pueblo elige la libertad con pinceladas de humor entre la tragedia

Muere Numancia, muere
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Muere Numancia, muere

Scipio (Fran Arráez) muestra la prueba de su victoria.
Foto: Julio Castro.

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Aunia (Carmen Mayordomo) a los pies de Amaima (Mentxu Romero), mientras Scipio (Fran Arráez) exhibe su victoria en la urna de cristal y la muerte (Juan Caballero) lo celebra detrás.
Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Autor y director: Carlos Be
Intérpretes: Carmen Mayordomo, Jose Gamo, Juan Caballero, Mentxu Romero, Iván Ugalde, Fran Arráez
Ayudante de dirección: Sara Luesma
Iluminación: Jesús Antón
Vestuario y escenografía: The Zombie Company & Korego proArte
Realización de vestuario: Sol Curiel
Fotografía de cartel: Manuel Cortés
Diseño gráfico: Jan Písařík
Producción ejecutiva: Ana Sánchez de la Morena
Compañía: The Zombie Company
Coproducido con: Korego proArte

Julio Castro – La República Cultural

Sociedades decadentes como la nuestra no tienen otro remedio que recrearse en el pasado, cual antiguos románticos o neoclásicos que han perdido todo referente de su tiempo y necesitan mirar hacia otro lado, a fin de no ver las miserias que han creado y en las que nadan.

En tiempos como este, la recuperación de objetivos es imprescindible y, muy acertadamente, Carlos Be recupera en la mirada hacia Cervantes el ejemplo del mítico autor, para traernos un juego similar al que aquel hiciera con su Numancia, pero trasladado a nuestra época. Y si Cervantes se adentra en la España de Felipe II, para señalar a la necesidad de libertad del ser humano, ya sea en el ejercicio de la misma o en la represión, parece que nuestro contemporáneo autor quiere trasladar esa imagen a nuestra sociedad actual, pero añadiendo otros valores que pasan por nuestro tiempo y nuestros lugares cercanos. Así se muestra a vencedores soberbios que encierran en frascos vacíos las supuestas victorias, fruto de la destrucción y la desdicha ajena, mientras que no trata de esconder las miserias de los vencidos que a su vez, bajo el orgullo de su abnegación en la derrota, no renuncian a escudarse en la paz, pero nunca en la soberbia. De esta manera el pueblo numantino, recogido en los personajes de Caciro, Aunia, Buntalos, Babpo y Amaima, tienen un reflejo de seres mortales, que sufren su destino, pero que también son capaces de acobardarse o traicionar incluso en los peores momentos, defendiendo su derecho a pelear como cualquiera por su vida y por su pueblo. Pero también de luchar por su entorno, por su dignidad y por su libertad frente al opresor despiadado.

Parece que autor y compañía tienen apego y facilidad por trasladar los clásicos a lo contemporáneo, pero en este caso es la misma idea original la que facilita su intención a partir, como decía, de La destruición de Numancia de Cervantes.

Viendo la rápida evolución de The Zombie Company en poco tiempo, es fácil apreciar sus preferencias y, así, poder analizar algunos paralelismos entre trabajos tan dispares como su reciente Exhumación o las Peceras, que han estrenado en los últimos meses. Y recursos como las músicas estridentes a modo de introducción para ciertos momentos, unidos al simbolismo de objetos y gestos, me sugieren que la luz rojiza unida al mismo rojo de los ropajes quieren mostrar la profundidad de un proceso creativo que evoluciona a la par que la historia en escena. Y es que aquí el fuego es el patrón de la historia, y casi cualquier persona entre el público lo sabe previamente, así que pancarta roja de fondo para los fuegos, pero también ropajes rojos en el general romano, para la sangre que porta desde Cartago: aquello que en manos de Escipión es muerte y destrucción, en el interior del pueblo asediado es liberación y, en cierto modo, victoria o una forma de pobre venganza. Todo lo ronda el personaje de la muerte, que surge del propio sillón del militar, pero acabará acunado en brazos del general, entre intervención e intervención.

Pero no todo es tragedia en esta nueva puesta en escena, de manera que Carlos Be introduce claros rasgos de humor, en ocasiones a modo de reality show con el Africano Menor como conductor del espectáculo entre Aunia y Amaima, y en otras ocasiones como el déspota que se deleita en sus propios chascarrillos, que sólo los suyos jalearían y reirían. Así que el personaje viene muy bien al juego de Fran Arráez, que le da vida en la obra, porque magnifica ese deje cínico-irónico, tras el que se trasluce el veneno del masacrador, que quiere pintar de “necesidad histórica” sus tropelías, o de “cuestión de carácter” inevitables en su vida. Y aquí me parece que se encuentra, precisamente, una gran referencia paralela a nuestros tiempos y los grandes déspotas de la edad contemporánea, que hoy día se suceden y perpetúan en las sombras de una invisible democracia, y que portan en sus brazos con levedad esa muerte y esta miseria.

¿Conoces a la paz?”, le pregunta en “off” una de las numantinas “claro, cuando nos quedamos a solas se abre de piernas”, y ante la duda nos la define con una pregunta “¿Qué es la paz, sino la muerte desnuda?”, pero, redondeando la parodia de la visión del poderoso de esa muerte frente a la paz afirma “la muerte no tiene apetito, padece bulimia”. Aseveración esta última que enlazará muy bien con el parangón que hace el general romano de las masacres, trasladando su paralelismo al holocausto judío, y comparando la población estimada para el imperio romano entorno al II siglo (88 millones de habitantes), y despreciando a los 6 millones de judíos masacrados, igual que los muertos en Cauca (antigua ciudad de Coca) o en Lutia (que trata de socorrer a los numantinos): “quebrar la ternura no tiene parangón”.

Y es que, lo mismo que el romano no evita dirigirse al público desde la presentación, tampoco hay una línea que separe a los personajes de aquel pasado frente a otros sucesos históricos, perfeccionando así la manera de transgredir momentos y hechos que aplicaran ya en Exhumación, pero también mezclando actores en escena con discurso al público, como hacen en Peceras.

Pero todo acaba por irse resolviendo de la manera esperada, aunque la visión que nos ofrezcan sea desde otra perspectiva. Tampoco se salvan los personajes de la denuncia del machismo contra el que Aunia (Carmen Mayordomo) lucha ferozmente ante Buntalos (José Gamo), “¿Qué te importa esa parte de mi vida que siempre abandonas? Que sepas que soy mucho más”, espeta Aunia a su hombre.

Frente a esa lucha dentro de una guerra, encontramos la otra lucha, la ideológica que trata de sobreponerse al pragmatismo “Necesito un mendrugo de pan” dice uno de los personajes “Necesitamos libertad”, reflexiona otro a modo de respuesta lanzada al aire. De nuevo el debate sobre el significado de todo aquello que abarca la libertad, frente a la visión de la inmediatez que crea una dependencia, como respuesta al instinto primario de supervivencia.

Una vez más encuentro la fuerza de Carmen Mayordomo en su discurso y en su presencia escénica, que me parece que ante una dirección y un texto adecuados a su carácter va creciendo en el tiempo. Pero también vuelvo a ver esa doble faceta de Iván Ugalde, que es capaz de contraponer los momentos de un papel dramático firme, a un las secuencias de un personaje enloquecido y fuera de sí, que consigue reflejar tan sólo con su rostro y la tensión de su cuerpo.

Y si Fran Arraez, como comentaba, se adapta perfectamente a este papel de Escipión Emiliano, llamado el Africano Menor, parece que el mismo se haya creado para recoger todo su carácter actoral, y él consigue aprovechar cada instante en sendos gestos y discursos.

No conocía a José Gamo en escena, y aquí asume un papel principal entre los masculinos, para mostrar un marcado personaje de peso entre su gente, pero también para despreciar hábilmente lo mundano que retiene al resto. Papel que contrasta con su personaje secundario, como soldado ayudante del general romano. Y es que dentro del simbolismo del guión, los personajes que la muerte arrebata en la parte numantina, van pasando a convertirse en soldados del enemigo, como si se tratase de una captura ajedrecística, convirtiendo la muerte ajena en piezas propias.

También me gusta el papel que cumple Mentxu Romero como Amaima, y es que a ella tampoco la conocía dentro de escena, pero me parece que consigue superar un texto que es menor que el de algunos otros, convirtiendo su actuación en expresión física, incluso en imágenes estáticas o de progresión lenta, desde el centro o un lateral frontal de escena, que permite que discurra la obra sin dejar de señalar su posición. Entre tanto en esta ocasión las intervenciones de Juan Caballero en el papel de Babpo se complementan con su apariciones en encapuchado interpretando a la muerte que acompaña a Escipión, por lo que su doble papel que da algo más oculto y en la sombra.

Como decía, nadie cambia el suceso de Numancia, pero tenemos su visión “hay alguien esforzándose en borrarnos de la historia. Sin futuro, los visionarios somos los primeros en extinguirse”. Cada cual interprete su propia epopeya numantina en los tiempos que corren.

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Numancia, entonces como ahora, representa lo que hay después de perder la última esperanza. Después de la última esperanza y antes de la muerte, lo que hay es el mensaje. Un mensaje que nos habla de unos valores humanos hoy en día en vías de extinción, como un mensaje arrojado al mar, a la deriva. Los nuevos numantinos protagonistas de Muere, Numancia, muere van a demostrarlo. Puede que la guerra esté perdida, pero aún puede ganarse la última batalla.

Alrededor del año 1585, Miguel de Cervantes Saavedra escribe El cerco de Numancia, una tragedia renacentista inspirada en la derrota de Numancia de las Guerras Celtíberas a manos del poder romano en el siglo II a.C. En el siglo XXI, Carlos Be retoma el sitio de Numancia para hablar del tema de la identidad en nuestros días así como de la necesidad de héroes en una sociedad en la que los valores tienden a desaparecer. Muere, Numancia, muere parte de los últimos días de la cercada Numancia y abarca hasta nuestros días (tal como hiciera Miguel de Cervantes en su momento hasta el reinado de Felipe II) para hablarnos del hombre y la guerra.

En Muere, Numancia, muere, cinco numantinos se enfrentan a Scipio como último enclave de la resistencia celtíbera y lo hacen con muchas dosis de energía, acción y poesía. Los numantinos resisten en la ciudad sitiada por el ejército romano comandado por Scipio el Joven. En el interior del cerco, Aunia lucha por sobreponerse a la pérdida de sus seres queridos mientras Babpo, su hermano, anuncia con visiones una derrota ineludible y Buntalos, su esposo, parte hacia la última misión que puede salvarles. También encontramos a Amaina, hermana de Buntalos, y su esposo Caciro, que acaban de perder a su hijo víctima del hambre. Todos ellos viven una situación límite de la que intentarán escapar a cualquier precio.

The Zombie Company & Korego proArte

Con ocasión del estreno de Eloísa y el domador de mariposas en la Sala Artenbrut de Barcelona en 2003, Carlos Be funda la compañía teatral The Zombie Company. Su objetivo principal: hacer llegar a un público exigente textos actuales mediante un lenguaje escénico elaborado, preciso y contundente.

Tras cinco espectáculos estrenados en Barcelona y el posterior estreno absoluto de Origami en el Teatro Ungelt de Praga con dirección del propio autor, Carlos Be se afinca en Madrid donde presenta, en coproducción con Korego proArte, el sexto espectáculo de su compañía: Exhumación. Estrenado en la Sala Triángulo, cosecha el aplauso del público y la crítica y recibe los Premios al Mejor Espectáculo y a la Mejor Actriz en Indifestival Festival de Teatro y Danza Independiente de Santander. Asimismo, es seleccionado entre un total de 68 propuestas para participar en la sección off del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro 2012.

Con anterioridad a Muere, Numancia, muere, The Zombie Company ha presentado los siguientes montajes:

2012 Peceras de Carlos Be Estreno en La Casa de la Portera (Madrid). Dirección del autor

2012 Exhumación de Carlos Be Estreno en la Sala Triángulo (Madrid). Dirección del autor

2011 My favorite things de Carlos Be Estreno en la Nau Ivanow (Barcelona). Dirección del autor

2009 Torniquet de VV. AA. Estreno en la Nau Ivanow (Barcelona). Dirección de Carlos Be

2008 Achicorias de Carlos Be Estreno en el Obrador de la Sala Beckett (Barcelona). Dirección del autor

2005 Noel Road 25: a genius like us de Carlos Be Estreno en el Obrador de la Sala Beckett (Barcelona). Dirección de Álex D. Capo

2003 Eloísa y el domador de mariposas de Carlos Be Estreno en la Sala Artenbrut (Barcelona). Dirección del autor

Si Carlos Be es el autor y director detrás de The Zombie Company, Ana Sánchez de la Morena y Hugo Nieto son los productores detrás de Korego proArte, una joven productora nacida en 2011 que apuesta por la creación escénica contemporánea.

Korego proArte plantea su actividad desde un enfoque colaborativo en el que tanto las compañías como ellos mismos asumen el proyecto desde una implicación profunda para desarrollar un producto profesional y de calidad. Korego proArte cree en proyectos contemporáneos, arriesgados y rigurosos, sin olvidar que el objetivo final es que estos trabajos lleguen y seduzcan al gran público.

Después de su primera coproducción con The Zombie Company, Korego proArte vuelve a unirse a la compañía teatral para trabajar activamente en arte teatral e impulsarlo como manifestación cultural imprescindible en nuestra sociedad.

Fecha: el Sábado 24 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

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Fecha: el Sábado 24 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
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91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Viernes 23 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
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91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Sábado 17 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Viernes 16 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Sábado 10 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Viernes 9 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Sábado 3 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Viernes 2 de noviembre de 2012

Horario: a las 20:30h

Lugar: Sala Triángulo - c/ Zurita, 20 -Lavapiés- (Madrid)

Entradas: 14€ con consumición
Para más información:
91 530 68 91
Venta anticipada: 902 488 488 - y cajeros de Ibercaja y Cajamadrid y en

Fecha: el Martes 24 de julio de 2012

Horario: a las 20:00h

Lugar: Centro Cultural Conde Duque - c/ Conde Duque, 9-11 -San Bernardo- (Madrid )

Fecha: el Lunes 23 de julio de 2012

Horario: a las 20:00h

Lugar: Centro Cultural Conde Duque - c/ Conde Duque, 9-11 -San Bernardo- (Madrid )

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