Julio Castro – La República Cultural
María trabaja y vive en un convento de monjas, donde sor Benita se dedica a confeccionar magdalenas de diferentes sabores. Por su parte, Magdalena, la amiga de María, llega huyendo porque al parecer la quieren matar y le pide ayuda y refugio durante un tiempo. Aunque no se fía mucho de ella, como María se siente atraída por ella, y por otro lado está más preocupada por sí misma, sus orígenes y su futuro, arreglan rápidamente un engaño a la madre superiora y al resto de las monjas para que Magdalena pueda quedarse haciéndose pasar a su vez por monja.
Esta historia creada entre Velén Granados, Irene Santos y Anna Hastings es una comedia de enredo, en la que la droga anda de por medio (por medio de las magdalenas), y donde las monjas son un enredo en sí mismas. Así que Irene Santos dobla papeles entre Magdalena y sor Casilda Desideria, una supuesta adivina que tiene hilo divino directo para predecir o “ver” cosas acerca de la gente… aunque no es un servicio gratuito. En cambio, Anna Hastings se desdobla entre diferentes monjas, ya sea la superiora, o la cocinera. Ambas juegan a tratar de desempeñar papeles muy opuestos, serios o locos, que se alternan y, entre medias, Velén Granados tiene su propia dicotomía tratando de averiguar quién es de verdad, si la hija de una cantante famosa, la nieta de una folclórica o una chica que trabaja en un convento. Y bastante lío es todo esto ¡como para preguntarse si una gitana puede ser a la vez lesbiana!
Por esta historia pasarán Gloria Stephan y Lola Flores… bueno, o una posible descendiente. Aunque el final de la comedia es algo previsible, y seguramente habrá cosas del trabajo que se irán puliendo con el tiempo, no dejaremos de pasar un rato divertido, en el que hay lugar para la crítica entre situaciones. Estamos ante un equipo de actrices bastante jóvenes, repartidas entre el cine y el teatro.
A Irene Santos pudimos verla en La decorosa vida de los Stuart, y a Anna Hastings en Ellas son historia. Por su parte, Velén Granados es, entre otras cosas, guionista de ¡Díselo ya!, del grupo Tres Keves.
El espacio donde se presenta es bastante diminuto, pero muy apropiado para una cripta y ellas se encargan de hacer que parezca el lugar más adecuado para su obra. Además de la divertida comedia, la compañía incorpora la traducción simultánea a lenguaje de signos para personas con capacidad auditiva, de la que se encargan Begoña Bascuas o Carmen Quiles. Y, por si faltara algo, te regalan una magdalena al acabar (sin relleno).