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2014: ¡Corten! - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Finalmente, de forma consciente en algunos casos, e inconscientes en la mayoría, con los colectivos que generan, producen, inventan, provocan y trabajan en la cultura, las puertas se han abierto y han creado un enorme espacio común, que aún se está definiendo, pero que cuenta con bocas y brazos, y mientras le despuntan unas largas piernas para comenzar a caminar, se defiende, concilia, resuelve y ofrece a nuestra sociedad todo lo que puede ofrecer en estas circunstancias.

2014: ¡Corten!

Un cuerpo colectivo, incluso físico, se ha conformado y está creciendo en el magma cultural de nuestra sociedad

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Julio Castro – La República Cultural

Cualquiera que se acerque a nuestro entorno cultural quedará impresionad@ por el curso de los acontecimientos, ya sea los de los legisladores y gobernantes, como por la autodefensa que vivimos. Nunca he visto una actividad tan frenética y diversa en nuestro entorno cultural, como el de este pasado año 2013: abrazos y manos han dado un cuerpo mayor al anterior de las uñas y dientes individuales entre quienes componen el colectivo creador más combativo de nuestra historia. Y no es normal. Pero recapitulemos un poco…

Un nuevo año empieza, y la actividad que viene moviendo el mundo de la Cultura de nuestro país, parece acercar los resultados artísticos a la efectividad que logran otros países con mayor apoyo y mejores sistemas de gestión, o con manos más próximas a l@s responsables de propiciar una vida mejor en la sociedad. Es normal, creo que es la demostración más clara de la puesta en valor de todo aquello que es capaz de crear tanta gente vinculada al entorno cultural,… frente a quienes lo desprecian. Es la prueba del duro trabajo que cada persona o colectivo es capaz de desempeñar para lograr ese producto final que cada cual llevamos dentro: la creación.

Sucesivos gobiernos en este país han recortado, mermado, estigmatizado, perseguido y denostado a quienes ofrecen sus propuestas artísticas enriquecedoras a la sociedad abierta y libremente. Claro, por aquello de la generación de pensamiento, mentes libres, tararí, tarará… no es nada nuevo.

No es nada nuevo, pero sí cuestiones ignoradas, en la preocupación de la subsistencia diaria por el trabajo que proporciona ese acceso a la comida o al alimento más tangible, a la educación, a la sanidad, a otras “comodidades” que no debieran ser sino derechos básicos.

Hoy sabemos ya que en este país no existen las libertades democráticas, y que el camino seguido a lo largo de décadas termina en el punto de partida, con la imposibilidad de acceder todo el mundo a la sanidad, si no es a derechos mermados, y siempre que seas “nacional”; con la imposibilidad de acceder a una educación por igual, incluso con discriminaciones de tipo económico, por cuestiones sociales, ideológicas, religiosas, de sexo o… de origen; con una justicia desigual, que favorece a quienes tienen poder y dinero, y perjudica expresamente a quienes quieren reclamarles a éstos los derechos básicos o la igualdad en los tribunales; con un retroceso en igualdades sociales, ya sea en aspectos sexuales, religiosos/a-religiosos, laborales, de vivienda, o de respeto a las libertades fundamentales. Frente a todo ello, los legisladores crean herramientas que parapetan al poder frente a la sociedad, y culminan en la llamada “ley mordaza”, que no es, contrariamente a lo que se dice, una ley del extremista ministro Gallardón, sino una ley fruto de todo su entorno y de la estirpe a la que representa. Esa que durante la anterior dictadura fascista en este país criminalizó tanto hechos como palabras… y pensamientos. Toda esa patulea ha ideado este camino, en el que volvemos, como en el juego del parchís, a la casilla de salida: ya estamos de nuevo en “casa”.

Pensaba añadir un párrafo más a las limitaciones e impedimentos anteriores, que ahora desgajo para reanalizar por separado, es decir: con la máxima dificultad para poder asistir a eventos culturales, mediante el veto económico, de uso de espacios, de asfixia a quienes ofrecen posibilidades…. Pero ocurre que ni aún así lo han conseguido.

Como decíamos al comienzo, parece que un cuerpo colectivo, incluso físico, se ha conformado y está creciendo en el magma cultural de nuestra sociedad. Es un ser de complicidad, de abrazos, de gritos ante el pensamiento plano, de apoyo y defensa del colectivo, a favor de una sociedad mejor más justa y más libre, con criterio propio y capacidad de tomar decisiones individuales o no. Aún es un poco amasijo, pero ya no es el gólem que algunos querrían ver, como tampoco es el Pigmalión que otros hubieran deseado generar.

Finalmente, de forma consciente en algunos casos, e inconscientes en la mayoría, con los colectivos que generan, producen, inventan, provocan y trabajan en la cultura, las puertas se han abierto y han creado un enorme espacio común, que aún se está definiendo, pero que cuenta con bocas y brazos, y mientras le despuntan unas largas piernas para comenzar a caminar, se defiende, concilia, resuelve y ofrece a nuestra sociedad todo lo que puede ofrecer en estas circunstancias.

Cuando el hecho sea puramente consciente, nadie podrá ya parar o mermar a nuestr@s creador@s, y quienes quieran devastar la cultura, tendrá que talar a una sociedad completa. Con un pie fuera y otro dentro, soy capaz de percibir esa realidad, que quienes se subsumen en otros mundos no pueden o no quieren ver, pero que se llaman salas abiertas y participativas, compañías y creador@s escénic@s a pie de calle, narrador@s, poetastro@s y demás gente de la escritura volcando textos en calles, bares y librerías, artistas plástic@s plasmando sueños y pesadillas dentro y fuera de los espacios físicos o de la red, músic@s que enfrentan la realidad de una calle que les es vetada, negándose a morir en un rincón oscuro, gentes del celuloide que inventan o reinventan espacios, maneras o festivales…

…nada de ello está al servicio del poder, y ninguno de sus resultados procede del buen hacer de quienes gobiernan. Todo lo han pervertido por ellos, todo ha sido reinventado por otr@s.

Y est@s otr@s las pasarán putas (que las están pasando), pero nada les ha podido callar: ni cierres, ni recortes, ni impagos, ni engaños. Por todo, en este séptimo año, queremos seguir siendo espacio y canal para incidir en ese mundo de la Cultura, para que quienes quieran y precisen de un medio que la favorezca, encuentren aquí algo más que una herramienta.

Y si las energías siguen puestas en su sitio, este nuevo año 2014 puede ser el momento de gritarles “¡Corten!” porque ya no pueden ir más allá en su “recorten”, y porque el poder sólo se tiene de dos maneras: por la vía del pueblo, o por la de la imposición, y la del mundo de la cultura, siempre fue la de la gente de la calle. Yo siempre les encontré ahí.

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