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Alberto García-Teresa – La República Cultural
El tiempo constituye el eje del último poemario de Rosa Lentini. En estos textos, los recuerdos se entretejen y dan sentido al presente. Se cuestiona entonces qué es reflejo de qué, puesto que ambos se iluminan mutuamente en un peculiar juego de espejos.
En cualquier caso, el entorno familiar suele ser el principal espacio donde la memoria se mueve, y se pone de manifiesto la conciencia de la ausencia (de ahí el título de la obra), aunque el “yo” lo hace sin nostalgia. Así va construyendo su historia, y por eso se presta especial atención a la infancia, a las personas que lo han rodeado o a pequeños gestos que encierran toda una cosmogonía particular.
Los versos que componen Tuvimos transcurren con fluidez. La autora expone escenas, encadena anécdotas que se relacionan, en ocasiones, con alusiones a la mitología clásica o a referencias cristianas. De esta forma, el volumen está integrado por una primera parte muy unitaria y otras dos secciones más heterogéneas, que mantienen la unidad de registro pero que rompen la estructura tan marcada de las piezas iniciales.
En esencia, Rosa Lentini pliega el tiempo, lo recoge sobre sí mismo y explora cómo actúa sobre la construcción del “yo” en este poemario.
