Julio Castro – La República Cultural
Lynette tiene problemas para dormir, y se vuelve paranoica cuando llega la noche. En cambio, su novio Bobby, no parece tener más preocupaciones que lograr que ella le deje dormir. Lo cierto es que, mientras ella se preocupa por todo lo que le concierne a él, lo que recibe es indiferencia.
Las relaciones fuera de contexto pueden parecer “normales”, aunque todas sean peculiares, y sin embargo, al cambiar el entorno, o bien, al introducir otras variables, la comparativa hace que nos topemos con lo erróneo de esa vida de pareja y, en este caso, el contraste lo aportará Estevão, un brasileiro que sólo está de paso en ese momento.
Estamos en Brooklyn, en un apartamento, con un obra corta de Jane Anderson (ganadora del premio Actors Theatre of Louisville en 1991) la cual, además de adaptarla Gala García-Cuerva, ha sido su manera de debutar en el mundo de la dirección. Por si fuera poco, interpreta el papel femenino de la misma y, de esta manera, intercambia papeles con su compañero Antonio Zancada (que la dirigiera en Cuentos surrealistas para mujeres reales), e incorporan al elenco a Juan Caballero.
Una pieza íntima y de reflexión, en la que el desarrollo conduce por caminos extraños en la relación. Y todo lo que parece físico se vuelve intangible, mientras aquello que era imaginario se convierte en real, al menos para los personajes, pero también para el público.
La dirección puede ser complicada, especialmente para atreverse a ejecutarla con alguien que ya dirige, pero además, incorporando a un actor con quien no se ha trabajado, y asumiendo un papel dentro de la obra, todo se hace más difícil. Sin embargo, no parece habar dificultad tal y como Gala lo arma en este caso. Tal vez en parte se deba al buen encaje de los otros dos actores, que son capaces de una buena adaptación de equipo a las órdenes de otros directores o directoras. De hecho, a Juan Caballero últimamente le vemos en diferentes obras por Madrid (Silenciados, Autostop, Galáctica,…), con un estupendo resultado.
En fin, un microteatro, no hay para mucho más por lo general, y por eso no suelo entrar a ello, pero seguro que tras la experiencia, la nueva directora pronto nos sorprenderá con una obra de formato completo.