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Alberto García-Teresa – La República Cultural
Como “poesía de aventuras” califica Jordi Gol Corzo en el prólogo a este conjunto de versos de Mateo Rello. Y es que en este ejercicio poético Mateo Rello pone el “yo” poético en la voz del Ernest Shackleton, célebre explorador del Sur del planeta, siguiendo el mecanismo que ya ha utilizado anteriormente en otros poemarios de manera puntual.
Los textos simulan en ocasiones las notas de viaje, como si de un singular cuaderno de bitácora se tratase. De ahí que se constate cierto costumbrismo, que puede aparecer aquí con un afán de exotismo.
Abundan los poemas narrativos, emplazados en una gran diversidad de escenarios, aunque el mar y los navíos son el marco principal, en los que destaca su capacidad para el retrato. A su vez, las adversidades, las inclemencias del tiempo, la lejanía de la tierra conocida, el flirteo con la locura o la obsesión son algunos de los temas que aborda Mateo Rello a través de sus personajes.
Básicamente, el escritor plasma una voz maravillada, fascinada por lo que contempla (o por el dolor). Por otra parte, las piezas se acompañan de anotaciones que explican el contexto y la peripecia real a la que aluden los versos. Así consigue Mateo Rello una original propuesta de una práctica poética distinta.
