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ISSN 2174 - 4092

Daniel Abreu, en la punta joven de la Danza Contemporánea consolidada - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

No sabría decir concretamente a cuántas funciones he asistido de trabajos con Daniel Abreu en escena, coreografiadas por él, con su colaboración, tutorizadas, dirigidas… muchas. Aunque sigue siendo una pequeña parte de su trabajo. Hoy nos encontramos con que se le otorga el Premio Nacional de Danza este 2014 y, aún siendo yo contrario al significado de los premios, no puedo por menos que alegrarme y reconocer que es la continuación de una línea en nuestro país, respecto de premios anteriores. Eso se puede traducir en casualidad, o en imaginar que existe una intención auténtica y un deseo de favorecer a la Danza desde al menos un ámbito de “lo público”.

Daniel Abreu, en la punta joven de la Danza Contemporánea consolidada

Un acertado Premio Nacional de Danza este 2014

Daniel Abreu
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Durante una función de Otros rostros, otros rastros. Foto: Julio Castro.

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Junto a Anuska Alonso durante una función de Otros rostros, otros rastros. Foto: Julio Castro.

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Compañía Daniel Abreu

Julio Castro – La República Cultural

No sabría decir concretamente a cuántas funciones he asistido de trabajos con Daniel Abreu en escena, coreografiadas por él, con su colaboración, tutorizadas, dirigidas… muchas. Aunque sigue siendo una pequeña parte de su trabajo.

Hoy nos encontramos con que se le otorga el Premio Nacional de Danza este 2014 y, aún siendo yo contrario al significado de los premios, no puedo por menos que alegrarme y reconocer que es la continuación de una línea en nuestro país, respecto de premios anteriores. Eso se puede traducir en casualidad, o en imaginar que existe una intención auténtica y un deseo de favorecer a la Danza desde al menos un ámbito de “lo público”.

Algo está cambiando al respecto, y es preciso reconocerlo. Como también es preciso reconocer que la Danza, y en particular la Contemporánea, es una de las hermanas más pobres de las Artes Escénicas. Y ya está bien. Ya estaba bien de obviar un movimiento artístico tan principal y puntero, que en otros lugares tiene una gran consideración y aprecio, del público en última instancia, pero en primera por parte de las Administraciones Públicas, que la fomentan, protegen y apoyan.

Daniel Abreu lleva muchos años creando, rompiendo, bregando contra viento y marea. Hace un par de años, tras una función en la Sala Triángulo de Madrid, recogiendo unos ventiladores que acababa de utilizar en la función, y que habían sido difíciles de conseguir, me daba a entender que estaba pensando en dejar de bailar. Yo le di a entender que no podía imaginarlo. Pero si es complicado contar con un par de ventiladores para una función, llego hasta a entenderlo.

Daniel forma parte, desde mi punto de vista, de la punta joven de toda una corriente de creadores de danza, que no se limitan a su entorno, que se inmiscuyen en propuestas múltiples, y que logran mantener su trabajo con un estilo fresco y serio a la vez: ya no es una joven promesa, porque, con premio o sin él, ya era quien es. Uno de los “no endiosados” por su profesionalidad, que comparte ideas y escenarios con numerosas personas destacadas de esa Danza Contemporánea, como Carmen Werner, y a la vez con personas jóvenes y consolidables, como Anuska Alonso.

Le escucho en la radio hoy, aprovechará para irse de viaje con lo que reciba del premio, dice, y hay descansos que son merecidos, como este, porque además en breve le veremos en Madrid en Danza, y seguro que será una nueva propuesta que su público admirará y compartirá.

Pero hay que recordar que el trayecto que nos queda por recorrer no logra encauzarse ni siquiera con este premio a Daniel, sino que hay que romper más, tal vez algunas cabezas, para hacer comprender que la línea no se compone de puntos o trazos, que la Danza Contemporánea requiere de una continuidad en los apoyos, que las Artes Escénicas han sido arrojadas al fuego por quienes nos gobiernan y nos gobernaron, y que lo que no sabían era que se trataba de una llama eterna, que siempre estará ahí, malviviendo si es preciso, pero saliendo a los escenarios o, si es preciso, a las calles: porque hay que danzar.

Hoy no es día para soltar todos los improperios, pero sí para decir, una vez más, que los premios no tapan bocas ni necesidades, especialmente cuando se otorgan a las personas adecuadas, así como la Danza Contemporánea no tiene que conformarse, arrojar la toalla o esconderse cuando la de arena porque antes nos dieron la de cal.

Hay que apoyar los movimientos artísticos, porque, sin ellos, la sociedad es una deriva sin cerebro, un estado de imbecilidad zombi permanente en el que todo se permite y cualquier cosa es aceptable. Lástima que el Ministerio de Cultura otorgue premios puntuales, en lugar de defender lo nuestro. De manera que enhorabuena, y a seguir haciendo y diciendo lo que sea necesario desde cualquiera de los lugares posibles.

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