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Perdida, felices y comieron perdices - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

David Fincher forma una santísima trinidad de cineastas junto a Christopher Nolan y Baz Lurhmann de la llamada generación de los noventa, que han desarrollado y lustrado al máximo su carrera creativa en el nuevo siglo, con el llamado cine del espectáculo, de gran poder visual pero aderezado de contenido en el camino de un nuevo realismo, mágico en algunos casos como el de Lurhmann. Un cine atractivo que mantiene las pupilas atentas y la atención continua del espectador, lo que siempre se ha demandado el cine, esa ficción de feria que evade momentáneamente de la vida real. Pocos cines mantendrán aún en cartel el último estreno de Fincher, Perdida, pero nosotros hemos conseguido verla, siempre más interesante en pantalla grande que en las planas de nuestro hogar.

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Perdida, felices y comieron perdices

Un cine atractivo que mantiene las pupilas atentas y la atención continua

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Fotograma del film de David Fincher

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La detective Boney y su compañero Gilpin, Kim Dickens y Patrick Fugit

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DATOS RELACIONADOS

Título original: Gone Girl, 2014
Dirección: David Fincher
Intérpretes: Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris, Tyler Perry, Kim Dickens, Patrick Fugit, Carrie Coon, Missi Pyle, Kathleen Rose Perkins, Scoot McNairy, Sela Ward, Emily Ratajkowski, Lee Norris, Casey Wilson, Lyn Quinn, Lola Kirke, David Clennon, Lola Kirke
Guión: Gillian Flynn (Libro: Gillian Flynn)
Fotografía: Jeff Cronenweth
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Duración: 149’
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / New Regency

Blanca Vázquez - La República Cultural

David Fincher forma una santísima trinidad de cineastas junto a Christopher Nolan y Baz Lurhmann de la llamada generación de los noventa, que han desarrollado y lustrado al máximo su carrera creativa en el nuevo siglo, con el llamado cine del espectáculo, de gran poder visual pero aderezado de contenido en el camino de un nuevo realismo, mágico en algunos casos como el de Lurhmann. Un cine atractivo que mantiene las pupilas atentas y la atención continua del espectador, lo que siempre se ha demandado el cine, esa ficción de feria que evade momentáneamente de la vida real.

Pocos cines mantendrán aún en cartel el último estreno de Fincher, Perdida, pero nosotros hemos conseguido verla, siempre más interesante en pantalla grande que en las planas de nuestro hogar. Remarcar que la que suscribe ha leído la novela de Gillian Flynn, de una calidad inusual en este tipo de bestseller de éxito mundial. La adaptación de Gone Girl (título original) al cine realizada por el cineasta natural de Denver se suma a su numerosas obras maestras, contando con la participación en el guión de la propia novelista, Flynn, quien ha decidido qué suprimir de su propio libro de 500 páginas. Así conseguimos ver una adaptación muy fiel de la novela, con un desarrollo clásico en su filmación y una potente atención en los personajes, sobre los que reposa el interés del film, contado el argumento (nada fácil de llevar a pantalla) con gran claridad expositiva y una escenificación muy realista, añadiendo a ello el uso del digital en el tratamiento del color para hacer invisible su poder visual, y el de Fincher es grande.

Perdida tiene mucho que ver con Zodiac (2007), en la que Fincher volvía a indagar en la mente del serial killer, como ya lo hiciera con Seven (1995). Y de nuevo retorna a los límites de la obsesión, a retratar un estado de ánimo, no solo personal, también social guiado por los medios de comunicación, centrándose en los márgenes del protagonista, en este caso pareja protagonista, un matrimonio de la actual sociedad líquida, donde el amor dura como mucho tres años.

Fincher sabe retratar las costuras de una sociedad, la norteamericana, que es ya universal, con todos su pinchazos, pero también ventajas. La alta definición del digital es ideal para Fincher. Perdida, nos dice su director, es una historia de misterio que de pronto se convierte en un thriller del absurdo, hasta devenir en sátira, es decir un híbrido de varios géneros.

Ben Affleck deja de lado su labor de dirección para ponerse a las órdenes de Fincher y dar vida al marido pasivo (Nick) de una asombrosa Amy, (estupenda Rosamund Pike), matrimonio que está a punto de romperse definitivamente en el momento que ella desaparece dejando un rastro de pistas que apuntan a su marido. Pero también hay una mirada atrás, a los felices días de esa pareja, quizá un tanto idealizados, donde ambos pretendían ser el reflejo de lo que quería el otro. Toda una vivisección de la decadencia de un matrimonio bajo la batuta, por momentos, de una genial banda sonora que enfatiza la vampirización bajo contrato.

Perdida es también el retrato de una sociedad mermada por la falta de trabajo físico para mover la microeconomía, convertida en un conjunto de zombis que se mueven en paisajes espectrales, como ya vaticinó George A. Romero en sus películas de zombies.

Libro y película forman un tándem de calidad para regalarte.

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