Eliane Hernández Montejo – La República Cultural
Es un tipo bajito y cabezón, y con una ingenuidad que provoca que ver la vida a través de sus gruesos cristales sea igual que adentrarse en una realidad paralela. Rompetechos no entiende el mundo que le rodea, y eso que se esfuerza y pone siempre su mejor intención, pero cualquier tarea que emprende, por simple que sea, se convierte en un cumulo de fatalidades que conducen a que él o su interlocutor pierdan por completo los nervios. Al contrario que el botones Sacarino, cuya habilidad para meter a los demás en problemas es casi tan legendaria como su tendencia al escaqueo, por lo que nunca se enfrenta a los conflictos que provoca.
Francisco Ibañez es el orgulloso padre de un sinfín de personajes que ya forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones. Y no solo en España, puesto que sus viñetas han sido traducidas a varios idiomas. El Círculo de Bellas Artes muestra en una exposición toda la trayectoria del dibujante, desde sus inicios con colaboraciones en las revistas Hipo, Monito y Fifi y La Risa hasta la incorporación de dos de sus personajes más famosos, Mortadelo y Filemón, convertidos en hombres de carne y hueso, al mundo del cine. Haciendo hincapié en la capacidad de adaptarse a los tiempos con la que siempre ha contado el dibujante.
Especialmente curioso resulta, por ejemplo, comprobar la evolución de los dos detectives de la T.I.A. a lo largo de sus primeros diez años de vida. Mortadelo comenzó teniendo los ojos entrecerrados y llevando siempre un paraguas y un bombín, mientras que Filemón tenía una impresionante nariz aguileña y fumaba en pipa, características que ambos irían perdiendo a lo largo de los años. Además, se puede confirmar en la exposición que no solo el cine se ha rendido a sus encantos, ya que los artículos de merchandising basados en ellos son innumerables, desde juegos de mesa hasta caramelos, pasando por figuras de diversos materiales, puzles, camisetas y despertadores, entre otros productos.
Pero seguramente lo mejor de la muestra sea comprobar que los dibujos originales y las reproducciones que la componen siguen siendo capaces de arrancar sonrisas en todos los que se acercan a las viñetas, sin que la edad de los lectores, ni el tiempo transcurrido desde que creó cada ilustración, influyan en la reacción que sus tebeos provocan. Los antihéroes ideados por Francisco Ibañez, y las escenas surrealistas en las que transforman cualquier situación cotidiana a la que se enfrentan, demuestran por si mismos la importancia de los más de cincuenta años de carrera del dibujante y guionista español.