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ISSN 2174 - 4092

Crímenes de narcos mejicanos llevados al arte por Teresa Margolles - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Teresa Margolles es una artista comprometida con la situación de violencia de su país. En la exposición vemos 21 piezas que corresponden a 21 asesinatos, dato que resulta escalofriante, teniendo en cuenta que durante este último año, en Méjico, se han registrado ya en torno a los 2.800 homicidios. El tono de denuncia de la exposición queda disfrazado de la elegancia de cada pieza pero recorrer cada vitrina supone una experiencia enormemente agresiva para el espectador. El espacio neutro de la sala se convierte casi en una instalación que invita a reflexionar acerca de la mentalidad artística y de la finalidad de las obras, ya que las joyas pueden ser adquiridas por cualquier particular, aún sabiendo que detrás de ellas está la mancha de un asesinato.

Crímenes de narcos mejicanos llevados al arte por Teresa Margolles

Primera exposición monográfica de la artista en España, ahora en la galería Salvador Díaz

Exposición de Teresa Margolles
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Exposición de Teresa Margolles

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Exposición de Teresa Margolles

"Ajuste de cuentas 13"

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DATOS RELACIONADOS

ExposiciónTeresaMargolles
Fechas: del 22 de noviembre al 19 de enero.
Lugar: Galería Salvador Díaz
Dirección: C/ Sánchez Bustillo, 7 28012 (Madrid) Metro Atocha
Teléfono: 91 527 40 00
Fax: 91 539 06 10
Horarios:
  L-V: de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00
  S: de 11:00 a 14:00 o previa cita
Para más información:
www.salvadordiaz.net

Jana Álvarez Pacheco - La República Cultural

La galería Salvador Díaz, siempre original en sus exposiciones, nos muestra la obra de esta artista mejicana, que refleja a través de su arte el protagonismo de la violencia en su país.

La galería se convierte en una enorme joyería que sorprende por su suntuosidad, pero detrás de cada pieza se esconde una historia de violencia de la región de Sinaloa. El material de las joyas procede de “ajustes de cuentas” que se han llevado a cabo en los últimos meses por un grupo de narcotraficantes de esta región. Un joyero local ha diseñado cada pieza sustituyendo las piedras preciosas por los pedazos de vidrio procedentes de los asesinatos. La huella de la balas en las lunas de los coches, deja un material perfecto para su elaboración. Pero la reflexión va más allá. Algunos de los cristales han sido sustraídos de los propios cadáveres.

Teresa Margolles es una artista comprometida con la situación de violencia de su país. En la exposición vemos 21 piezas que corresponden a 21 asesinatos, dato que resulta escalofriante, teniendo en cuenta que durante este último año, en Méjico, se han registrado ya en torno a los 2.800 homicidios.

El tono de denuncia de la exposición queda disfrazado de la elegancia de cada pieza pero recorrer cada vitrina supone una experiencia enormemente agresiva para el espectador. El espacio neutro de la sala se convierte casi en una instalación que invita a reflexionar acerca de la mentalidad artística y de la finalidad de las obras, ya que las joyas pueden ser adquiridas por cualquier particular, aún sabiendo que detrás de ellas está la mancha de un asesinato.

La artista, de 44 años, ha dedicado toda su obra a denunciar la carencia de identidad de de los cadáveres y la desigualdad económica que, incluso en la muerte, está presente en el Méjico actual.

En 1990 funda el grupo SEMFRO junto con Carlos López y Arturo Angulo. Desde entonces, la morgue y las salas de autopsia han sido el principal escenario de experimentación de su obra. Sus videos, fotografías e instalaciones se han llenado de imágenes impactantes que han suscitado gran controversia. Quizá su obra no sea “políticamente correcta” pero, ¿acaso su Estado opresor lo es?

Teresa Margolles ha llevado a cabo instalaciones sonoras en las que se podía escuchar una trepanación y ha habilitado una sala donde vaporizar el agua resultante del lavado de los cuerpos en las autopsias. En otra obra ha utilizado un crematorio para enfrentar al espectador a la muerte, e incluso, en los primeros años de su carrera ha llegado a retratarse junto a cadáveres.

En 1998 el grupo SEMFRO se disgrega y la artista continúa su carrera de forma individual. Desde este momento las imágenes morbosas empiezan a suavizarse. Ya no necesita enseñarnos los cadáveres para impactar. Con esta exposición ha demostrado que no sólo a través de las imágenes morbosas y tortuosas podemos extraer la violencia del arte, y ha acallado las voces de aquellos que han considerado su obra como un “atentado artístico”.

Las joyas de esta exposición no son sino una excusa para denunciar todas esas muertes que el Estado silencia. Reflexionar sobre la violencia ante un objeto de lujo, resulta mucho más impactante que ante una imagen que, en si misma, tiene connotaciones violentas.

Dejemos el morbo atrás, y pensemos que éstos artistas son uno de los medios que tenemos para acercarnos a la muerte, y por contraposición sentirnos plenamente vivos y a la vez reflexionar, sobre una sociedad que tiene que seguir viviendo para denunciar esos abusos de poder con los que nadie debería estar conforme.

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