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Raimon canta encara a la Villa - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Sigue haciéndolo. Raimon continúa poniendo la emoción en sus canciones, como en sus textos y, si a veces quienes se convierten en receptores pueden no ser tan adecuados, algo, siempre queda, porque su manera de transmitir es poco común. Asistíamos varios centenares de espectadores en el auditorio de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid al concierto conmemoración de aquel otro del 18 de mayo del ’68. Un Raimon que, como él mismo declaró, salía a cantar ya emocionado por la acogida de estos días “lo cual no es bueno para la interpretación”, dice, no lo tengo yo tan claro: allí había muchos trocitos de sentimiento del cantante.

Raimon canta encara a la Villa

Recital homenaje al ’68 y a aquella lucha

Recital Raimon '68
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Recital Raimon ’68

Un recorte de prensa del recital de mayo del 68 en Madrid, figura en la exposición organizada por la Universidad Complutense de Madrid.

José Luis Sampedro
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José Luis Sampedro

El nonagenario escritor y profesor de Económicas, José Luis Sampedro, asiste al concierto de Raimon en la Complutense.
Foto: José Alfonso.

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Julio Castro – La República Cultural

Sigue haciéndolo. Raimon continúa poniendo la emoción en sus canciones, como en sus textos y, si a veces quienes se convierten en receptores pueden no ser tan adecuados, algo, siempre queda, porque su manera de transmitir es poco común.

Asistíamos varios centenares de espectadores en el auditorio de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid al concierto conmemoración de aquel otro del 18 de mayo del ’68. Un Raimon que, como él mismo declaró, salía a cantar ya emocionado por la acogida de estos días “lo cual no es bueno para la interpretación”, dice, no lo tengo yo tan claro: allí había muchos trocitos de sentimiento del cantante.

Antes de comenzar se rindió homenaje a tantos que colaboraron en su momento para organizar aquel otro recital y que luego seguirían luchando por las libertades en este país. Asistía también José Luis Sampedro

Acompañado de sus cuatro músicos (dos guitarras, un contrabajo y viento), puso en escena un recorrido por muchos años de trabajo desde casi sus inicios, hasta el 2008.

Sigue pareciéndome sorprendente desde este Madrid de hoy, que un compositor que incluye textos de Ausias March (poeta medieval en catalán), pueda mover lo que ha movido todos estos años. O que la movilización “sesentayochesca” en aquella dictadura fascista española, pudiera fuera enardecida en aquellos momentos hasta converger en un recital de este músico valenciano. Arturo Mora, aquel estudiante (desaparecido en accidente diez años después) que organizó casi todo, tuvo que ser un auténtico visionario para empeñarse en convencer a Raimon y traerle a Madrid sin apenas garantías de que se pudiese celebrar el recital.

Claro, estoy aún saboreando el concierto (¡que me dure mucho tiempo!).

Digo que, quizá, ayer, los receptores de este nuevo concierto, pudieran no ser los más adecuados, porque, sinceramente, una buena parte de los que estaban sentados en las butacas estaban realmente fríos y distantes, mientras otros disfrutábamos, se nos escapaba la voz de tanto en tanto, las palmas de acompañamiento y nos hubiésemos levantado más de una vez. Muchos le habríamos pedido otras canciones más al finalizar. Sin duda. Pero, muchas veces, el afán de figurar en un acto que nada tiene que ver, mueve a la gente a coleccionar invitaciones ¿Cómo evitarlo? Yo no lo sé. Sé que he estado en conciertos de Raimon pagando “una pasta gansa” cuando a veces no me lo podía permitir y el público era "la hostia". Me sale así y así lo digo. Me niego a concluir que, por tanto, no se deban organizar este tipo de eventos.

Al contrario. Me enorgullece que aquella universidad que fue la mía, que primero estuvo limitada por los fascistas aquella dictadura y que más tarde sería “pastoreada” y saqueada por Rectores peores que los de la dictadura (leve es la historia con muchos), hoy se empeñe en desterrar ambos tiempos. Muchos lo envidiamos y lo agradecemos. Sólo queda luchar par que ese famoso “plan Bolonia” (que suena a “plan Marshall”), no se devore la enseñanza pública universitaria definitivamente.

Los titulares de hace 40 años quedaron atrás, no hubo cargas policiales tras la actuación, no hubo seis mil estudiantes en Económicas de la Complutense… Sí hubo manifestación de estudiantes, los motivos profundos pueden ser muy distintos, las circunstancias lo son, esperemos que el espíritu de lucha no sea otro.

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